Marcos
El mundo y las influencias en la vida del autor del primer Evangelio
Una escuela de pensamiento sobre
su mundo, su familia y la gente que le rodeaba, y las influencias principales en su vida
Un estudio sobre el trasfondo bíblico de Juan Marcos
Por: Prince Maurice Parker, Th.D.
Facultad de Teología
La Carlota, Córdoba
España
Tabla del contenido
Resumen
Introducción
Comienzo
Una invitación inesperada e histórica
Detalles de las máscaras
Capítulo 1 – ¿Qué es el Evangelio de Marcos?
Marcos como fundamento
La autoría del Evangelio de Marcos
Detalles del evangelio de Marcos
La influencia de Pedro
Indicios históricos
¿Quién era Juan Marcos?
Capítulo 2 – Influencias que provocan una eiségesis y no una exégesis
Un puente exegético
Era bueno en gran manera
El comienzo del desvío
La santidad y la eucaristía
El Imperio romano y la Iglesia católica romana
La influencia católica
El celibato
Una parte lógica y natural del plan perfecto de Dios
Moisés y los levitas
Jeremías y Ezequiel
Abraham, “Ismael”, Isaac, Jacob
El Mesías
Siguiendo con el tema
Capítulo 3 – El matrimonio en el Nuevo Testamento
La familia del Señor Jesucristo
Las genealogías de Mateo y Lucas
Jacobo
Jacobo como apóstol
Judas
Capítulo 4 – Ejemplos de relaciones familiares no acentuadas
El camino a Emaús
Los idiomas
Mara, María, Mariam, Miriam, Miryam
Originalmente ¿qué era un judío?
Los judíos etíopes
Judíos del Reino del Norte
De vuelta a las “Marías”
De vuelta al camino a Emaús
Capítulo 5 – Juan Marcos
La relación entre Juan Marcos y José de Chipre
Capítulo 6 – La madre de Juan Marcos
Capítulo 7 – La relación entre Juan Marcos y Pablo
Capítulo 8 – La relación entre Simón Pedro (Cefas) y Juan Marcos
Lo que sabemos de Simón Pedro
Una realidad para Pedro, y una situación hipotética para nosotros
Marcos en Getsemaní
El dilema repentino, pero pasajero de Pedro
De vuelta al huerto
Siguiendo el camino de la deducción lógica
Conclusión
Bibliografía
Traducciones de Biblias empleadas
Dedicatoria:
Para mi querida esposa y mi perfecta ayuda idónea, Guillermina Olmos de Parker (Gina), ella es la manifestación en la carne de Proverbios 31, y mis tres hijas: Hilda Guadalupe Parker de Jesús, Genesis Parker-Davis, y Myrrh Jasmine Parker-Hampton, y, por último, pero solamente porque es el más joven de todos, mi querido hijo, Jason Uriel Parker. ¡Mil gracias!
También quiero agradecer:
El rector de nuestra facultad, Dr. Jesús Manuel Caramés Tenreiro, y mis colegas: Dr. Levi De Carvalho, Osmany Cruz Ferrer, Jesús Javier Gómez, el Pastor Esteban Muñoz de Morales, y el Dr. José Manuel Díaz Yanes, (es, también, rector del Centro de Investigaciones Bíblicas, CEIBI). Todos son altamente estimados profesores del seminario que tengo el privilegio de conocer, y que refrescan y me retan continuamente con sus agudos intelectos y altamente afinada academia. Finalmente, quiero dar un agradecimiento especial a José María Almarza Cano (sin faltar a esto bella esposa y colaboradora en la obra de Dios, Carlota Verdura por las décadas de estrecha amistad y compañerismo. Pero en esta ocasión, quiero reconocer a José Mari por su arduo trabajo y ojo tan perspicaz en su revisión de mi manuscrito. Os amo, y que el Señor os bendiga inefable y continuamente (a lo mejor, va a leer esto y encontrar algo para corregir J). Ellos me han ayudado con su paciencia al leer este manuscrito y ofrecer sus observaciones y valioso criterio.
Traducciones de Biblias empleadas
- Dios Habla Hoy (DHH) ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.
- Biblia del Jubileo (BDJ). Russell Martin Stendal, © 2000, 2001, 2010
- Blue Red and Gold Letter Edition™ (BRG). Copyright © 2012 BRG Bible Ministries.
- Greek Old Testament (Greek OT), Deutsche Bibelgesellschaft, Balinger Straße 31A 70567 Stuttgart Germany. Revised ed. edition (9 Mar. 2007).
- Jubilee Bible 2000 (Spanish) (JBS) (from the Scriptures of the Reformation) edited by Russell M. Stendal Copyright © LIFE SENTENCE Publishing, LLC P.O. BOX 652 Abbotsford, WI 544052000, 2001, 2010
- La Biblia de las Américas (LBLA)Copyright © 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation.
- La Palabra (España) (BLP) La Palabra, (versión española) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España
- La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH) La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España
- Nueva Biblia Viva (NBV) © 2006, 2008 por Bíblica, Inc.® Usada con permiso de Bíblica, Inc.® Reservados todos los derechos en todo el mundo.
- Nueva Versión Internacional (CST) Santa Biblia, Nueva Versión Internacional ® NVI® (Castellano) © 1999, 2005, 2017.
- Nueva Traducción Viviente, (NTV) © Tyndale House Foundation, 2010. Todos los derechos reservados.
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- Reina Valera Contemporánea (RVC) Copyright © 2009, 2011 por Sociedades Bíblicas Unidas
- Reina Valera Gómez (RVG) Humberto Gómez Caballero, Chick Publications, Ontario, Calif. 91761 © 2004
- Traducción en lenguaje actual (TLA) Copyright © 2000 by United Bible Societies
Marcos. El mundo y las influenciasen la vida del autor del primer Evangelio
Resumen
Quiero presentar una escuela de pensamiento sobre la vida y las relaciones familiares de Juan Marcos. Para realizar este trabajo, tomaré el tiempo necesario para montar un fundamento amplio sobre el cual pueda construir mi argumento. En la formación de esta plataforma desarrollaré varios conceptos que, al principio, parecerán sin relación al tema, pero al final se manifestará su coherencia y valor contundente en cuanto a una amplia comprensión del contexto principal.
Además, en el desarrollo de esta plataforma, mostraré influencias históricas y socioculturales que creo que han provocado una eiségesis de las Escrituras sobre varios aspectos del tema que estudiaremos a continuación. Estas influencias han inculcado conceptos y percepciones que obscurecen nuestro entendimiento y nos quitan las riquezas de ciertos aspectos del hermoso mensaje originalmente presentado por el autor.
Sin estas influencias, y teniendo una postura y aproximación más práctica y holística, podemos tener un conocimiento más claro de las situaciones de las cuales leemos en el Nuevo Testamento.
También, quiero presentar las influencias y trasfondos históricos que marcaron el medio ambiente, cultura y situaciones del primer siglo con el fin de ayudarnos a entender lo que vemos en las Escrituras. En este proceso, tomaré el necesario tiempo para indicar dichas atribuciones para poder construir un puente desde el primer siglo hasta nuestro día.
De esta manera, podremos ver si es verdad que sin la interferencia de las influencias de nuestra era han desviado o no nuestra comprensión acerca del verdadero ambiente y mundo de Juan Marcos. Asimismo, quiero darle coherencia a las Escrituras para mostrar el agraciado e informativo cuadro que nos pintan. En este proceso, veremos casos de otros personajes bíblicos que eran parientes de sangre o de matrimonio que comúnmente no se conectan así.
Tocando su historia extrabíblica, investigaremos sobre los criterios y comentarios de figuras históricas del segundo siglo y a través de la historia de la iglesia, entidades religiosas, y observaciones y opiniones de teólogos e historiadores selectos.
Es mi esperanza que al presentar evidencia exegética que afirma lo mencionado, podremos entender con más nitidez los pasajes que estaremos analizando.
Palabras claves: Exégesis; Evangelios; Perspectiva sociocultural; Perspectiva geopolítica; Influencia filológica, lingüística, etimológica; Historia; El Liderazgo de la Iglesia Primitiva; Ambiente familiar/familia.
Introducción
Comienzo
Hace varios años hice una investigación sobre el trasfondo de la vida y el ambiente sociocultural de Simón Pedro. Unos años después, escribí un comentario sobre el Evangelio de Marcos para el uso en mi iglesia y para los estudios bíblicos en las iglesias que había establecido. Esto simplemente me provocó para hacer investigaciones y estudios mucho más a fondo de estos dos personajes. Y desde el principio noté que mientras más los estudiaba, más descubría de hechos que eran prácticamente inseparables.
Mediante este estudio, quería entrar en algunos aspectos acerca del mundo en que estos dos protagonistas vivían e influía en sus vidas. Quería saber detalles de las personas que les rodeaban; personas que ellos conocían muy bien. Quería saber cómo todo esto se reflejaba en sus acciones y decisiones.
Una invitación inesperada e histórica
En abril de 2015, fui invitado para viajar a Jerusalén en junio para presenciar la introducción, a un público limitado, de un gran hallazgo arqueológico consistente en fragmentos del Evangelio de Marcos. El presentador de tales materiales era el Dr. Craig Evans, profesor del Nuevo Testamento en el seminario evangélico, Acadia Divinity College en Wolfville, Nueva Escocia, Canadá. Él y un equipo de investigadores de unas tres docenas de científicos y académicos encontraron los fragmentos más antiguos de este Evangelio en unas máscaras para los muertos hechas de papiro.[1] Estos fragmentos tendrán el mismo valor para el Nuevo Testamento que los rollos del Mar Muerto tienen para el Antiguo.
La razón que este hallazgo es tan transcendental es que ya tenemos fragmentos de los Evangelios del segundo siglo. Por ejemplo, un fragmento del Evangelio de Juan de los años entre 101-200 d.C., está en exposición en las subastas Sotheby en Londres.[2] No obstante, los fragmentos de estos antifaces son considerablemente más antiguos, dando evidencias de ser de los años de mitad o finales del primer siglo; como por la década de los 80 d.C.
Aunque en la fecha de este escrito, el equipo de la investigación no ha publicado todavía oficialmente acerca del hallazgo, pero ellos sostienen que, por medio de exámenes de carbono-14, análisis de caligrafía, y comparación de textos, confirman que las máscaras fúnebres son egipcias y del primer siglo.
Santiago Guijarro, catedrático de Nuevo Testamento de la Universidad Pontificia de Salamanca y director de la Asociación Bíblica Española, no es parte del equipo oficial, pero, él también, pone la fecha de estos fragmentos en el primer siglo por la década de los 80 d.C. La evidencia que tenemos sostiene que puedan tener hasta cien años más que el fragmento de Sotheby.
Antes de este hallazgo, “El papiro P52” o Papiro Biblioteca Rylands, también llamado «El fragmento de San Juan», era el trozo de manuscrito escrito en papiro que se propone ser el más antiguo conocido del Nuevo Testamento. Se conserva en la biblioteca John Rylands, Mánchester, en el Reino Unido.[3]
Este papiro contiene un texto del Evangelio de Juan que data cerca del año 125-130 d.C. y manifiesta que el último de los cuatro Evangelios que, según tradición, fue escrito entre 90 y 100 d.C. Este fragmento (claro, en su día el documento entero) estaba circulando en Egipto durante los primeros cuarenta años después de su composición. Es posible que este papiro se originó en Egipto donde fue adquirido en 1917.[4]
Los académicos e historiadores bíblicos siempre hemos afirmado que, aunque la epístola de Santiago es el libro más antiguo del Nuevo Testamento, el Evangelio de Marcos es el primer y más antiguo Evangelio escrito. Aseveramos que fue escrito en el primer siglo durante un período en que todavía vivían la mayoría de los testigos oculares de la vida, muerte, y resurrección de nuestro Señor Jesucristo.
Si bien esto ha sido nuestra aseveración, hay muchos críticos que han querido establecer fechas más tardías para la escritura de todos los Evangelios. Sin embargo, aunque nosotros basábamos nuestra afirmación en el mismo testimonio de las Escrituras y en otras fuentes históricas, esta es la primera vez que lo podemos argumentar con una evidencia física “en la mano”.
Detalles de las máscaras
Los poderosos y ricos en el antiguo Egipto eran sepultados con máscaras de muerte hechas de oro, obras artísticas de mucho lujo. Los de menos escala de poder tenían antifaces de plata; los siguientes a ellos eran de bronce, y más abajo eran de madera. Entre los más pobres, haciendo lo mejor que podían hacer para honrar a sus difuntos, las elaboraban de lino, o papiro, pegamento y pintura, o sea, hechos de maché de papiro.
Con todo, incluso el papiro era una sustancia muy cara y difícil de adquirir para los pobres. Además, la vasta mayoría de los pobres eran iletrados, y lo que estaba escrito en los papiros que encontraban para hacer las mascarillas para sus seres queridos era de poca importancia para ellos.
Se ha desarrollado una técnica de despegar las hojas sin dañarlas de tal manera que se puede leer claramente el texto escrito en ellos. Mientras lo hicieron, documentaron minuciosamente cada paso de su procedimiento. No obstante, los que se opusieron al proyecto, lo hicieron porque decían que se estaban destruyendo reliquias valiosas.
Sin embargo, este equipo de arqueólogos estima que el valor de los fragmentos que están encontrando como mayor que las mismas máscaras. Sería comparable al hecho de romper una pared de la tumba de un faraón para entrar y encontrar adentro un tesoro de más grande valor que la pared que rompieron.
Además, no se han destruido todas las máscaras, sino aquellas que se estimaban no ser aptas como muestras en un museo. Al otorgarles este valor, decidieron seguir adelante con su investigación para examinar y ver qué encontrarían en los papiros utilizados, en el caso de que encontraran algo. El resultado fue que, a su criterio, lo que han encontrado es de mucho más valor que las mismas máscaras.
De manera que estas máscaras contenían una riqueza de, no solo los fragmentos del Evangelio de Marcos, sino de otra literatura antigua. Dijo el Dr. Evans en una entrevista con Live Science:
Estamos recuperando documentos antiguos del primero, segundo y tercer siglos. Y no son solo documentos cristianos, no solo documentos bíblicos, sino textos clásicos griegos, pliegos de negocios, varios folios cotidianos, y cartas personales… Los documentos incluyen textos filosóficos y copias de cuentos por el poeta griego Homero.
Algunos de los otros documentos tienen fechas que ayudan a corroborar En resultado fue que, a su criterio, lo que han encontrado es de mucho más valor que las mismas máscaras.
Así que, como ya he mencionado, lo que tenemos con estos fragmentos es que son para el Nuevo Testamento el equivalente del valor que los rollos del Mar Muerto para el Antiguo Testamento.
Capítulo 1
¿Qué es el Evangelio de Marcos?
Al escuchar esta pregunta, la podríamos considerar como una interpelación de índole embrionaria. Pues es evidente que se trata del testimonio ocular de la vida de nuestro Señor Jesucristo.
No obstante, al investigar el trasfondo de este Evangelio podemos ver que la pregunta tiene mucho más peso. No es posible determinar, con precisión, la fecha exacta de cuándo se escribió este Evangelio. Las perspectivas de los historiadores varían entre los años 55 y 70 d.C. Con todo, yo estoy plenamente de acuerdo con F.F. Bruce cuando dice:
Muchos de los académicos modernos fijan las fechas de los cuatro Evangelios de la siguiente manera: Mateo, cerca 85-90 d.C.; Marcos, cerca 65 d.C.; Lucas, cerca 80-85 d.C.; Juan, cerca 90-100 d.C.
Estoy inclinado a poner la fecha de los primeros tres evangelios más temprano: Marcos un poco después de 60 d.C., Lucas entre 60 y 70 d.C., y Mateo justo después de 70 d.C. Un criterio que tiene un peso especial conmigo es la relación que estos escritos tiene con la destrucción de la ciudad y el Templo de Jerusalén por los romanos en 70 d.C. Mi perspectiva es que Marcos y Lucas fueron escritos antes de este evento, y Mateo no mucho después.[5]
Marcos como fundamento
Está claro que Mateo y Lucas hicieron sus propias investigaciones para redactar sus Evangelios. Mateo era un testigo ocular, y fácilmente tenía acceso para entrevistarse con María y otros personajes involucrados en la vida de Cristo antes que él fuera llamado para seguir a Cristo. Por otro lado,, Lucas dijo que su Evangelio era una combinación de la recopilación de testimonios que le aportaron testigos oculares que estuvieron con Cristo desde el principio, así como sus propias investigaciones (Lucas 1:1-3).
Sin embargo, es indudable que ambos tuvieron al Evangelio de Marcos como un bosquejo para seguir y hacer sus obras más completas y ordenadas. No tenemos que estudiar mucho para ver que los tres testimonios tienen mucho en común, y, por lo tanto, les llamamos los sinópticos. Y, siendo que hemos establecido que el Evangelio de Marcos fue escrito antes que los otros dos, podemos afirmar lo siguiente: Que, en esencia, encontramos que, 606 de 661 versículos de Marcos aparecen de forma similar en Mateo, y 350 de los versículos de Marcos aparecen en Lucas con pocas o nada de variaciones.[6]
Ahora bien, no podemos evitar el hecho natural de la similitud de testimonios. Es más, esto es deseable y de esperar porque estamos hablando de un acontecimiento verídico e histórico relatado y escrito por testigos oculares mismos, o escrito por personas que registraron los testimonios de los que presenciaron lo sucedido. Si quieres establecer un caso legal, buscas precisamente lo que vemos en los Evangelios de similitud de testimonios con matices recalcados, y perspectivas del individuo.
No obstante, también la similitud de los versículos mencionados es una evidencia de que el Evangelio de Marcos era el documento en común que ocuparon, tanto Lucas como Mateo, para escribir sus maravillosos testimonios de una forma aún más desglosada. A veces, el material es tan idéntico que, difícilmente, podría ser accidental.
La autoría del Evangelio de Marcos
La autoría de los Evangelios es un asunto de considerable debate entre escépticos y detractores del canon del Nuevo Testamento. El Evangelio de Marcos es el registro inicial de la vida, ministerio, muerte y resurrección de Jesucristo. Pero, en cuanto a la persona de Juan Marcos, él, por nombre, no se menciona como testigo en ninguno de los Evangelios. Entonces, ¿cómo podemos atribuir la autoría de este Evangelio a él con tanta certeza y confianza? Y, ¿cómo consiguió Marcos su información acerca de Jesús?
Aunque en el Evangelio de Lucas y el libro de los Hechos podemos concluir, por su evidencia interna, que el autor de estos es Lucas; no obstante, no tenemos nada específico que afirme que Juan Marcos es el autor del Evangelio que lleva su nombre. Aun así, todos los escritores de los primeros siglos de la iglesia atribuyen la autoría del libro, de forma unánime, a Juan Marcos.
Por ejemplo: el testimonio más antiguo sobre la autoría de este evangelio procede de Papías, y se remonta aproximadamente alrededor del año 140 d.C.. Papías era obispo de Hierápolis, en Frigia, y se refiere a este Evangelio en su obra, «Exégesis de los oráculos de Jesús«, en unos fragmentos que se recogen en la «Historia Eclesiástica» de Eusebio de Cesarea (del siglo IV).[7]
El fragmento de la obra de Papías titulada, “Exposición de los Oráculos del Señor” (del cual, solo se han conservado algunos pasajes de ella por Eusebio de Cesarea), dice lo siguiente:
Y el Presbítero dijo también esto: Marcos, como intérprete de Pedro, escribió con exactitud, aunque sin orden, todo lo que recordaba de los dichos y hechos de Jesús. El personalmente no había oído al Señor ni había sido discípulo suyo, sino que posteriormente había sido compañero de Pedro, como ya dije. El apóstol había adaptado su enseñanza a las necesidades (de los oyentes), pero sin intención de componer un relato ordenado de las palabras del Señor. Así, pues, Marcos, no se equivocó al poner por escrito las cosas tal como las recordaba, porque su única preocupación fue no omitir ni falsear nada de lo que había oído.[8]
Todos los testimonios posteriores a Papías identifican a Marcos como autor de este Evangelio. Podemos encontrar el reconocimiento de la autoría de Marcos en los escritos de: Justino, el Canon Muratoriano, Ireneo, (que fue discípulo de Policarpo, que, a su vez, lo fue de Juan), Clemente Alejandrino, Orígenes, los padres de los siglos siguientes, como Eusebio, Jerónimo, y otros. Ellos repiten y corroboran estos mismos testimonios.[9]
Así que, con esta uniformidad de testimonio de fuentes fiables, descansamos en conformidad sobre su autoría como un hecho establecido. También, es imprescindible mencionar que todos los patriarcas anteriormente indicados afirman que el apóstol Pedro fue el recurso principal de la información que Marcos utilizó.
Detalles del Evangelio de Marcos
Apocalipsis 4:7 describe los querubines alrededor del trono de Dios como seres con cuatro rostros: el rostro de un león, el rostro de un becerro, el rostro de un hombre y el rostro de un águila volando. Tradicionalmente, los eruditos dicen que estos cuatro rostros representan los cuatro Evangelios y describen el carácter y mensaje de cada uno en particular.
En las catedrales de toda Europa se puede ver esta analogía vez tras vez con la representación de uno de los Evangelios con una de estas criaturas.
La criatura que representa el Evangelio de Marcos es el becerro; una bestia de labor y servicio. El Evangelio de Marcos nos enseña a Jesús como el Siervo de Dios. Sabemos que el Evangelio de Marcos fue escrito a los creyentes de Roma, y se cree que Marcos escribió su Evangelio en Roma.
Por esta razón el Evangelio de Marcos es un libro lleno de las cosas que Cristo hizo, moviéndose rápidamente de un evento a otro. Encontramos el Señor tan ocupado que, en Marcos 3:20, dice que ni siquiera tenía tiempo para comer.
Una de las palabras claves que encontramos, más o menos como 40 veces en este Evangelio, es la palabra griega, euthéos, (εὐθέως) que significa, “luego” o “inmediatamente”. Vemos a Cristo ocupado como el Siervo de Dios, y realizando su propósito en la tierra como el Mesías del Padre. En este Evangelio el énfasis está en las obras de Cristo más que en Sus palabras.
La influencia de Pedro
La primera vez que Simón conoció a Cristo cara a cara, Jesús se dirigió a él llamándole, Simón hijo de Jonás. “Entonces lo trajo a Jesús. Jesús mirándolo, dijo: Tú eres Simón, hijo de Juan; tú serás llamado Cefas (que quiere decir: Pedro) …” (Juan 1:42 LBLA).
También, como ya se ha mencionado, es aceptado por muchos eruditos que el Apóstol Pedro era la fuente principal de este Evangelio. Muchos académicos consideran la idea de que el Evangelio de Marcos es, antes bien, un testimonio temprano del apóstol Pedro. Es más, algunos prefieren pensar en este libro con el título de, “El Evangelio Según Simón Pedro”.[10]
Aunque todos los Evangelios tienen detalles que los otros prescinden, los matices de este Evangelio dan evidencias que fácilmente se puede identificar como un testimonio ocular del autor. Más adelante hablaremos de las posibles razones que Pedro habría tenido tanta influencia sobre la vida y los escritos de Marcos.
Otra indicación de la influencia de Pedro en este libro es el hecho de que el idioma natural de Pedro era el arameo, y Marcos tiene más frases en arameo que cualquier otro Evangelio. Son frases como: “Boanerges” (Marcos 3:17); Talitha cumi (5:41), Korban (7:11), Ephphatha, Efata, Efatá, o, Effatá[11] [ἐφφαθά] (7:34), y Abba (14:36).
Marcos escribió su Evangelio a los romanos, un pueblo trabajador, diligente y orientado a los logros. Se ha debatido mucho sobre la naturaleza de la iglesia en Roma; Si era una iglesia de judíos, o una iglesia que tenía una mezcla de judíos, con una mayoría de gentiles romanos que, anteriormente, eran considerados los temerosos de Dios.[12],[13] Dr. Bob Utley dice que, durante el período en que Claudio, el emperador romano, había expulsado a todos los judíos de Roma, los judíos de Roma y en la iglesia predominaban, naturalmente, los gentiles temerosos de Dios que habían creído en Cristo. Al volver los judíos, hubo un período de ajustes que los apóstoles tuvieron que atender.[14]
El Evangelio de Marcos no tiene genealogía porque, generalmente, los romanos no tenían ningún interés en la genealogía de un judío de Palestina. A los romanos solo les interesaban las obras y las acciones. Ellos querían saber exactamente qué era lo que Jesús hizo. Por esto tenemos el énfasis en Jesús como el Siervo de Dios.
Otra indicación de que Marcos escribió su Evangelio para ministrar a la mentalidad romana es que, también hay más palabras y frases latinas que en cualquier otro Evangelio. Son palabras como: “cuadrante” (12:42), “pretorio” (15:16), “centurión” (15:39), y muchas más.
Clemente de Alejandría [Titus Flavius Clemens] (150-215 d.C.) en su obra titulada “Hipotiposis,” se hace referencia a una tradición transmitida por los “ancianos desde el principio”:
Y una tan grande alegría de la luz brilló en la mente de los oyentes de Pedro que no estaban satisfechos con sólo una escucha o con una enseñanza no escrita del evangelio divino, que con todo tipo de ruegos le pidieron a Marcos, del cual está en circulación el Evangelio, y que acompañaba a Pedro, dejar por escrito un resumen de la enseñanza transmitida oralmente; y no cesaron hasta que prevalecieron sobre el hombre y así él se convirtió en responsable de la Escritura para leer en las iglesias.[15]
Tenemos un detalle adicional de Eusebio cuando escribió en relación con la obra de Marcos con Pedro:
…el Evangelio según san Marcos ha tenido los siguientes orígenes: cuando Pedro pronunció públicamente la Palabra en Roma… los presentes, que eran muchos, exhortaron a Marcos, que lo había acompañado durante mucho tiempo… a poner por escrito sus palabras. Cuando Pedro lo supo… no lo prohibió.[16]
Esta obra es importante porque Clemente parece tener una fuente que le proporcionó una perspectiva diferente.
Eusebio citó un comentario evangélico escrito por Orígenes que, también, atribuye el Evangelio de Marcos a Pedro:
… El segundo es de Marcos, quién lo compuso según las instrucciones de Pedro, el cual en su epístola católica le reconoce como hijo, diciendo: “La iglesia que está en Babilonia elegida juntamente con vosotros, os saluda, y lo mismo ocurre con Marcus, mi hijo”. 1º Pedro 5:13.[17]
Finalmente, mencionaré los “Prólogos Anti-Marcionistas”, de las Biblias Latinas que datan del siglo cuarto o antes. Hay tres de estos “prólogos” de los evangelios.[18] Pero, en el contexto de nuestro argumento, el prólogo del Evangelio de Marcos es particularmente interesante. Dice: “Después de la muerte de Pedro, él [Marcos] escribió este mismo Evangelio en las regiones de Italia”.[19]
Indicios históricos
Hay varias vislumbres históricas de Marcos y su testimonio. Comprobadamente sabemos que él hizo viajes misioneros hasta Alejandría, una ciudad importante de comercio y estudio, para predicar el Evangelio de Cristo. Logró establecer una iglesia fuerte allí que hoy es conocida como Iglesia copta ortodoxa. Según la tradición, la Iglesia Copta tiene su origen en las prédicas de Marcos, autor del segundo Evangelio en el siglo I, cuando él llevó el Evangelio a Egipto en tiempos del emperador Nerón.
La Iglesia ortodoxa copta, que cuenta con más de setenta millones de seguidores mundialmente, afirma que el apóstol Marcos estableció su obra en Alejandría, Egipto, en el año 42 del primer siglo. Esta entidad ortodoxa considera a Marcos como su fundador hasta esta fecha. Así que, históricamente, la iglesia copta, fundada en África en el primer siglo, es más antigua que la iglesia católica.
Marcos, el valiente siervo de Dios, murió como mártir en Alejandría. Aconteció durante una fiesta pagana por una turba furiosa que se había reunido en el templo de Serapis.[20] Marcos estaba celebrando la Resurrección de Cristo cuando la turba descendió sobre él y los creyentes que estaban con él. Consecuentemente, fue capturado y arrastrado con cuerdas por las calles principales de la ciudad. Después, probablemente durante la procesión triunfal de Serapis, fue arrastrado de nuevo por toda la ciudad hasta que murió.
¿Quién era Juan Marcos?
La mejor manera de comenzar un estudio sistemático de cualquier libro o pasaje de las Escrituras es hacer una investigación bíblica, y si es posible, histórica sobre su autor. Para esto, en cuanto a la investigación bíblica en este estudio, tenemos ocho referencias claras de Marcos, tanto en el libro de los Hechos como en las epístolas. También, existe una fuerte posibilidad de una referencia del autor en el Evangelio que lleva su nombre. Quiero presentar versículos que patentemente identifican a este evangelista y otros que nos dan mucha más información de su identidad, trasfondo, historia y persona.
El primer lugar donde le encontramos mencionado por nombre es Hechos 12:12. “Al darse cuenta de esto, fue a la casa de María, la madre de Juan, llamado también Marcos, donde muchos estaban reunidos y oraban…” (LBLA).
Al encontrarle mencionado por primera vez, también, encontramos el nombre de su madre, María.
Posteriormente, encontramos a Marcos mencionado por nombre en Hechos 12:25, Hechos 15:37, Hechos 15:39, 2ª Timoteo 4:11, Filemón 1:24, y 1ª Pedro 5:13. Con toda la ciencia confirmada que tenemos, solamente una persona en las Sagradas Escrituras lleva este nombre, o sobrenombre de Marcos, o como le conocemos en Hechos, Juan Marcos.
Juan Marcos es un nombre compuesto de dos idiomas; una práctica común para el mundo polígloto en que vivía. Juan era su nombre hebreo, (יְהוֹנָתָן) (pronunciado: yehônâthân), que significa, “Jehová ha dado.” Era el nombre de, por lo menos, catorce hebreos en el Antiguo Testamento.[21] Aunque Juan era su nombre hebreo, Marcos era su nombre romano. Como vamos a ver, esto era normal en las regiones de Galilea y Judea durante el primer siglo a causa del ambiente pluricultural que prevalecía. También, facilitaba la vida para personas que se movían entre ambientes cosmopolitas, y es algo que explicaré con mucho más detalle en otro capítulo.
En su caso, eventualmente, su nombre judío fue casi totalmente olvidado, siendo conocido simplemente como «Marcos». Esto no es atípico para personajes conocidos del Nuevo Testamento. Por ejemplo: muchas veces, si menciono a José de Chipre, muchos de los creyentes fieles el día de hoy no saben de quién se trata (Hechos 4:36).
Juan Marcos, eventualmente, dejó atrás su nombre hebreo porque había dedicado su vida a trabajar para alcanzar a las personas para Cristo fuera de los contornos del ambiente estrictamente hebraico de Judea. Tal como Saulo, y Silas, era más fácil utilizar su nombre griego o latino para facilitar su pronunciación para las personas a quién ministraba. Mi esposa se llama Guillermina, pero cuando ministramos a personas que solamente hablan inglés, siempre decimos que su nombre es Gina. Es que, a la vez de hacernos reír, nos cansamos de oír a las personas luchar y magullar la pronunciación de su verdadero nombre.
En esta monografía quiero ayudar al lector a entender mejor el contexto bíblico y situacional de lo que leemos de este notablemente importante personaje del Nuevo Testamento. Tenemos que entender las cosas que nos separan del mundo en que vivían Marcos y sus contemporáneos.
Capítulo 2
Influencias que provocan una eiségesis y no una exégesis
Un puente exegético
Hemos de ser conscientes de que la cultura condiciona nuestra percepción y nuestro modo de pensar. En este caso, tenemos hoy una influencia histórica y cultural que las personas del primer siglo no tenían. Quiero proveer un puente entre el tiempo y la cultura de Marcos y nosotros. Además del tiempo y la cultura, otra de las separaciones más evidentes entre ellos y nosotros son los aspectos filológicos de los lugares donde él y sus contemporáneos vivían y trabajaban. De manera que, al desarrollar la plataforma de mi argumento observaremos, de paso, pero con algo de detenimiento, varios aspectos de estos temas.
En la primera parte del estudio nos concentraremos, principalmente, en el matrimonio y el celibato. Entre las barreras que impiden una nítida comprensión de varios aspectos de nuestro tema, está el concepto de la santidad de nuestras relaciones conyugales y la procreación de hijos. Un buen entendimiento de esta verdad tan sencilla muy bien puede cambiar el enfoque de la orientación de nuestro estudio.
De la misma manera, hemos de entender las vicisitudes que tenemos en común y que nos unen inseparablemente. Las incidencias de las cuales hablo son cosas como nuestra humanidad, y nuestras relaciones familiares y cotidianas. Estudiaremos los contornos de Jesucristo, Marcos y brevemente, otros protagonistas bíblicos para entender la realidad de su mundo, las personas que le rodeaban, y sus familias. Lo haremos para tener una mejor comprensión de las Escrituras, y para saber más de Marcos, y del Señor Jesucristo de quién escribió.
Por esta razón, me centraré a lo largo de varias páginas para exponer ideas asociadas con el mandato de Dios sobre lo que la Biblia dice del matrimonio, la relación del sexo conyugal, los siervos de Dios y un breve resumen del criterio de estos temas a través de la historia de la iglesia. Todo esto lo haré para construir la plataforma de nuestro argumento sobre la persona de Marcos, su vida y su familia.
Era bueno en gran manera
Es indispensable examinar elementos que, en general, hayan influido negativamente en nuestra mentalidad cultural y, a veces, nuestra perspectiva teológica el día de hoy. Puesto que muchos, sin saberlo, o indispuestos a admitirlo, han sido influidos por el concepto católico de la santidad y los personajes santos de las Escrituras, no somos capaces de verlos como personas tan humanas como nosotros, y en condiciones y situaciones semejantes, o iguales que las nuestras. No obstante, así es precisamente como la Biblia nos exhorta a verlos.
El apóstol Santiago, en el Capítulo cinco de su epístola, dirige nuestra atención a la franca humanidad de dos figuras dignas: Elías y Job.[22] De Elías dijo:
Elías era un hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses. Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto. (Santiago 5:17)
La implicación de este pasaje es para hacernos ver que todos los personajes bíblicos, nuestros héroes, eran simplemente hombres y mujeres que amaban a Dios. Y, tal como nosotros, a veces hicieron esto imperfectamente. Eran iguales que nosotros en su humanidad, pero a su vez, dieron todo para él. Como se ha dicho, la cuestión no es, ¿dónde está el Dios de Elías?, sino, ¿Dónde están los Elías que se han entregado de la misma manera a Dios?
El apóstol Pablo reafirmó la postura del apóstol Jacobo diciendo, “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea común a los hombres…” (1ª Corintios 10:13 LBLA). Igualmente, el autor de la epístola de Hebreos aseveró la misma mentalidad diciendo: “Pues no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades; al contrario, excepto el pecado, ha experimentado todas nuestras pruebas… (Hebreos 4:15 BLP). Quiero reiterar este versículo con una traducción, que no es una de mis favoritas, pero dice expresamente lo que quiero enfatizar aquí. “El diablo le puso a Jesús las mismas trampas que nos pone a nosotros para hacernos pecar, sólo que Jesús nunca pecó. Por eso, él puede entender que nos resulta difícil obedecer a Dios.” (Hebreos 4:15 TLA)
El comienzo del desvío
Debemos tenerlo en claro, que el apóstol Pablo nos avisó de un desvío venidero que sería un gran estorbo para la iglesia en 1ª Timoteo 4:1-3 diciendo:
Pero el Espíritu dice claramente que en los últimos tiempos algunos renegarán de la fe, siguiendo a espíritus engañadores y enseñanzas que vienen de los demonios. Harán caso a gente hipócrita y mentirosa, cuya conciencia está marcada con el hierro de sus malas acciones. Esta gente prohíbe casarse y comer ciertos alimentos que Dios ha creado para que los creyentes y los que conocen la verdad los coman, dándole gracias. (DHH)
La parte de este solemne aviso que quiero recalcar es: “Esta gente prohíbe casarse…”. La iglesia católica presenta, como dogma, que las personas santas son tan allegados a Dios que no tienen ninguna necesidad o deseo de las cuestiones naturales, como podrían ser el matrimonio, y los deseos sexuales en el matrimonio. Que estos santos estaban tan desprendidos de esta vida que no sentían, o no tenían la necesidad de ninguno de estos deseos naturales.
No obstante, en su debido orden, estos elementos son parte de la disposición espiritual y orgánica designados por Dios, y han sido creados para ser la labor y voluntad de Dios en nuestras vidas, y como lo voy a mostrar, aún en las vidas de estos protagonistas bíblicos. Estando en Cristo y andando en Su voluntad, estas mismas cosas son deseos y funciones que no impiden Su obra de santidad en nosotros, porque Dios mismo ha hecho que fuera así.
Tengo que reiterar que, lo que estoy indicando sobre la soltería, se trata de una decisión íntima de un individuo que decide casarse, o permanecer soltero o soltera. Esta decisión es extremadamente personal, y pertenece únicamente al creyente individual y a su Creador. El apóstol Pablo, un soltero, dijo, “¿Acaso no tenemos derecho a llevar con nosotros una esposa creyente, así como los demás apóstoles y los hermanos del Señor y Cefas?” (1ª Corintios 9:5 LBLA).
La enseñanza bíblica está completamente abierta a esta decisión personal de cualquier creyente de no casarse (1 Corintios 7:1, 6-9, 25-40). Con todo, el mismo Pablo nos enseñó que los que exigían la soltería estaban enseñando doctrina santánica (1ª Timoteo 4:1-3 LBLA).
En 1ª Timoteo 3:1-2, el apóstol presentó disposiciones y requisitos en el caso de que un obispo estuviera casado. En esto, no vemos que fuese un requisito que un hombre tuviera que estar casado para ser obispo, sino que, si el candidato fuera un hombre casado, esto es lo que se demandaba de su estado matrimonial.
Palabra fiel es ésta: Si alguno aspira al cargo de obispo, buena obra desea hacer. Un obispo debe ser, pues, irreprochable, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, de conducta decorosa, hospitalario, apto para enseñar… (1ª Timoteo 3:1-2 LBLA).
La santidad y la eucaristía
Sin embargo, a causa de la ideología de que todo esto es carnal y en contra de la voluntad de Dios, resulta que esta es una de las razones por las que el clero católico tiene el voto de celibato; para comprobar que son más santos que los laicos y, por lo tanto, son contados dignos de ser usados por Dios en la eucaristía.
Para recalcar este punto, el teólogo católico, Antonio Orozco-Delclós, en su breve, pero bien escrita e interesante monografía titulada, “Celibato sacerdotal y la Eucaristía” escribió:
En la Eucaristía se centra y concentra todo. Supera toda pasión y toda pasión noble en ella encuentra su último y definitivo sentido. En cierto modo, el primer atraído e inmerso en el Misterio es el sacerdote que celebra el Sacrificio Eucarístico, la Santa Misa.
Por eso, a mi modo de ver, el papa Benedicto pronuncia una palabra definitiva, tras múltiples intentos a lo largo de la historia de la teología, en la Clausura del reciente Sínodo. Las palabras son éstas, breves, sintéticas, formidables: «Sobre el misterio eucarístico, celebrado y adorado, se funda el celibato que los presbíteros han recibido como don precioso y signo del amor indiviso hacia Dios y hacia el prójimo» [Homilía de la Clausura del Sínodo de los obispos y del Año de la Eucaristía (23.X.2005)].[23]
Sigue el reverendo Orozco-Delclós diciendo:
Pues bien, para superar todas las posibles dificultades que pueden surgir para vivir fielmente este compromiso, cabe recordar: ¿Cómo se vence una gran pasión? Respuesta: con una pasión más fuerte. El sacerdote es el testigo de la existencia de la pasión más fuerte de todas las pasiones humanas, por invencibles que puedan parecer, por violentas que puedan resultar en momentos concretos de la existencia humana.
Como Juan Pablo II ha señalado, «las razones últimas para la disciplina del celibato no se pueden fundamentar en el campo psicológico, sociológico, histórico o jurídico, sino, esencialmente, en el teológico y pastoral, en el mismo carisma ministerial». Tampoco se pueden fundar en el hecho de que «hay mucho que hacer», lo cual es bien cierto. Y se hará, si el sacerdote es fiel a su «ser» sacerdotal.[24]
El Imperio romano y la Iglesia católica romana
Ahora bien, es necesario hacer una pausa aquí de seguir adelante con mi esclarecimiento con Pedro. Os presento una pregunta: ¿Si los católicos presentan a Pedro como el primer papa, como es que Pedro, claramente, estaba casado, y la institución católica romana exige el celibato de su clerecía? ¿De dónde viene este concepto de célibe en el ámbito cristiano?
También, y admito que este es un punto de menor importancia, pero que es interesante tenerlo en cuenta, es ver lo paradójico que a esta institución se le llame “Iglesia católica romana”, cuando el Imperio romano vio el celibato como una aberración. Su aversión era de tal grado que tenía una ley a la que llamaban, la Lex Papia Poppaea.[25] Esta ley fue introducida en el año 9 a.C., por el emperador Augusto para la promoción y apoyo del acto matrimonial.
En particular, cargaban multas y otras penalidades en los celibatos o adultos solteros que reusaban casarse. Creían, (irónicamente, considerando cuan libertinos que eran los romanos), que tales actos de soltería promovían el desenfreno del adulterio y fornicación debilitando así la institución de la familia y, por ende, el imperio. Además, con las familias de la plebe procreando hijos, el imperio estaba garantizando un crecimiento de familias fieles a Roma, porque los hijos eran ciudadanos de nacimiento. La única excepción que se concedió fue para las vírgenes vestales.[26]
Para entender este contexto, hay que saber un poco de la diosa virgen Vesta, y sus seguidores vestales:
La pura e inmaculada Vesta, también conocida como Hestia en Grecia, era la diosa del fuego y la chimenea familiar. Gradualmente, se fue convirtiendo en la diosa protectora de Roma cuya llama representaba el bienestar del estado, es decir la res publica… era considerada protectora de la humanidad… Fue cortejada por Apolo y Neptuno, pero prefirió permanecer pura y virgen… Esto era representado por el fuego sagrado -que los Romanos consideraban como el emblema al fuego de la vida que ardía en el pecho de los seres humanos, gracias a Vesta-… Su festival era la Vestalia, y como veremos este era uno de los eventos con más pompa y de mayor popularidad entre la población romana. Señal inequívoca del cariño y adoración hacia esta diosa.[27]
Creo que este es el concepto que se encuentra en la iglesia católica, hasta el día de hoy, con la veneración de la Virgen María. La diosa Vesta era adorada por su virginidad, y esta era una gran parte de lo que le dio tanto poder. Los católicos veneran a María, la madre de Jesús, por su virginidad perpetua. Según su dogma, la virginidad perpetua es lo que le ha hecho pura y santa ante los ojos de Dios.
Puede ser que veamos el mismo concepto en la iglesia católica hasta hoy. La diosa Vesta era adorada por su virginidad que, en parte, le dio tanto poder. Además, tenemos la idea del crecimiento de los adeptos a su reino por medio del curso natural del crecimiento numérico de las familias. Ahora bien, como la institución católica prohíbe los anticonceptivos, las familias católicas crecen. Como es natural, si crecen las familias, crece también la iglesia. Los hijos nacen en la iglesia, y crecen con una fidelidad orgánica a la institución católica.
La influencia católica
La influencia católica ha empañado nuestra perspectiva de las realidades, o posibilidades naturales de los personajes bíblicos, que muchas veces estimamos como héroes alejados de nuestra realidad. A menos que lo mencione específicamente, pensar que ellos hubieran tenido esposas con quienes tuvieron relaciones sexuales para tener familias, es inconcebible. A veces, en sus mentes, un concepto tal aborda a lo absurdo e impensable. En algunos casos de protestantes muy religiosos, este se asemeja a la blasfemia.
Para estos, enseñar que estos caudillos bíblicos eran personas con anhelos, afanes, necesidades, pasiones, preocupaciones y luchas cotidianas tal como tenemos, los baja a nuestros niveles carnales. Con todo, así era. Como he dicho, eran simplemente seres humanos tales como nosotros y amaban a Dios y caminaron con él fielmente, prestaron atención a Su voz y obedeciéndole.
Ellos no vieron los milagros, ni experimentaron las proezas de las cuales leemos en las Escrituras todos los días. Pero, cuando Dios obraba con Sus portentos, tuvieron el cuidado de registrar en sus escritos muchas de las obras milagrosas y sobrenaturales que presenciaron, vieron y experimentaron. Por cierto, el apóstol Juan aclaró hiperbólicamente en su Evangelio que: “Jesús también hizo muchas otras cosas. Si todas se pusieran por escrito, supongo que el mundo entero no podría contener los libros que se escribirían” (Juan 21:25 NTV).
Dicho esto, en beneficio de nuestro argumento tenemos que ver, primeramente, cómo y de dónde ha venido la idea de que vivir conyugalmente con una esposa y engendrar hijos implicaba a la carnalidad, y falta de espiritualidad. ¿Cómo es que se ha influido tanto nuestra percepción al punto de forzar una eiségesis sobre ciertos pasajes y personajes bíblicos?
Reitero al decir que comenzó con la evolución del concepto dentro de la Iglesia católica, y a través de siglos de modificaciones de las verdades bíblicas. Ahora bien, no pretendo de ninguna manera ser exhaustivo sobre el tema, solo estimo necesario tocarlo para dar claridad y contexto a mi argumento. Así que, con esto quiero dar un breve repaso de esta historia:
El celibato
El concepto de celibato no es original con el cristianismo o los católicos. Mucho antes que esta noción entrara en el catolicismo, el budismo[28] lo practicaba.
En el segundo y tercer siglo entró la edad del gnosticismo que enseñaba: La luz y el espíritu son buenos, la oscuridad y las cosas materiales son malas. Además, asimilaba el matrimonio bajo la misma óptica diciendo que una persona no puede estar casada y ser perfecta. Sin embargo, la mayoría de los líderes de la iglesia eran hombres casados.
El principio del decreto católico fue en el siglo IV, el Concilio de Elvira (Concilium Eliberritanum) del año 306 d.C., que fue el primer concilio que se celebró en España. En este sínodo se formuló el canon 33. Este canon introduce la primera ley del celibato. Dice así: “Todo sacerdote que duerma con su esposa la noche antes de dar misa perderá su trabajo.”[29]
Posteriormente, el Concilio de Nicea, en el año 325 d.C., decreta en el canon 3, que una vez ordenados, los sacerdotes no pueden casarse.[30] En el año 401 d.C., Agustín de Hipona escribió: «Nada hay tan poderoso para envilecer el espíritu de un hombre como las caricias de una mujer.»[31]
De allí en adelante, todo sigue su curso cuesta abajo en contra de la santidad del matrimonio para los siervos de Dios; matrimonio que fue aprobado por Dios tal como está escrito en la Palabra de Dios. Ha llegado al punto que, tan recientemente como el 28 de mayo de 2010, se publicó un artículo oficial[32] escrito por Sandro Magister, el secretario oficial de la prensa del Vaticano, titulado, Eunucos por el Reino de los Cielos. La disputa sobre el celibato. Declara Magister:
En todo el primer milenio y también después, el celibato del clero era entendido en la Iglesia precisamente como «continencia», es decir, como renuncia completa, luego de la ordenación, a la vida matrimonial, también para quien hubiese estado anteriormente casado.
Efectivamente, la ordenación de hombres casados era una práctica común, documentada también por el Nuevo Testamento. Pero se lee en los Evangelios que Pedro, luego de la llamada del Señor como apóstol, «dejó todo». Y Jesús dijo que por el Reino de Dios también hay que dejar «esposa o hijos».[33]
Es precisamente esta clase de eiségesis que infunde la mentalidad que ha logrado permearse dentro de la teología evangélica. Sutilmente, ha inspirado la lucha o el rechazo abierto contra el concepto de las relaciones familiares entre el personaje bíblico de nuestro tema; o sea, de Juan Marcos, Pedro, y otros.
Una parte lógica y natural del plan perfecto de Dios
Aunque parezca rudimentario, veo necesario recalcar el punto de que el matrimonio es un acto divino, bendecido y aprobado por Dios. Hebreos 13:4 dice: “Honroso es en todo el matrimonio, y el lecho sin mancilla; más a los fornicarios y a los adúlteros juzgará Dios.” (RVG)
Bíblicamente, no hay duda alguna de que Dios aprobaba del matrimonio para la humanidad entera. Es claro que esto incluye al pueblo de Dios en general y, en el Antiguo Testamento, a los levitas y sacerdotes en particular. Desde el principio, es indudable e inconfundible que Dios creó el matrimonio y la santificó. Es más, el primer mandamiento que encontramos registrado en las Escrituras es el de la procreación. “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios; y les dijo Dios: Fructificad y multiplicaos, llenad la tierra y sojuzgadla…” (Génesis 1:27-28 RVG)
Claro que uno podría alegar que Dios bendijo las relaciones conyugales de Adán y Eva porque esto fue antes de la caída. No obstante, en el mismo acto de la caída y en medio de las declaraciones de las maldiciones resultantes y la expulsión del Edén, Dios manifestó su amor infatigable al dar la primera promesa profética de la venida del Mesías, y su victoria sobre Satanás a través de la procreación al decir. “Y pondré enemistad entre tú y la mujer, y entre tu simiente y su simiente; él te herirá en la cabeza, y tú lo herirás en el calcañar.” (Génesis 3:15 LBLA).
Esta es la primera profecía mesiánica, y da la promesa de la venida del Mesías en una generación futurista no determinada en el momento en que fue dada.
Después de Génesis 3:15, tenemos la Palabra de Dios a Abraham en múltiples ocasiones[34] diciéndole que, por medio de una relación sexual con su esposa en su buena vejez, sería cómo vendría Su bendición. Y está claro que por esta simiente vino tanto la nación de Israel como el mismo Mesías. “Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como de muchos; sino como de uno: Y a tu simiente, el cual es Cristo.” (Gálatas 3:16 RVG).
Y, con una conclusión lógica, podemos ver en Mateo 1:17 que el Mesías vino cuarenta y dos generaciones después de esta promesa. “De manera que todas las generaciones desde Abraham hasta David son catorce generaciones; y de David hasta la expatriación a Babilonia son catorce generaciones; y desde la expatriación a Babilonia hasta Cristo son catorce generaciones.” (RVG)
Moisés y los levitas
Sabemos que Moisés estaba casado y con hijos cuando Dios le llamó, y cuando le estaba usando. (Éxodo 2:21-22; Números 12:1)
En cuanto a los levitas sacerdotes, el libro de Levítico, Capítulo 21 da instrucciones específicas de cómo y con quienes se casarían. Este Capítulo especifica las características de la mujer con que un sacerdote tenía que casarse (Levítico 21:7). No obstante, en un aparente mandato antitético a esta instrucción, Dios mandó a Oseas casarse con una mujer ramera. Lo mandó hacer como ilustración de la infidelidad de las naciones de Judá e Israel al Señor que estaba casado con ellas.
Jeremías y Ezequiel
De la misma manera ilustrativa, pero también de forma antípoda, Dios mandó a Jeremías no casarse como ilustración de su mensaje:
Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo: No tomarás esposa para ti, ni tendrás hijos ni hijas en este lugar. Porque así dice Jehová acerca de los hijos y de las hijas que nacieren en este lugar, y de sus madres que los dieren a luz, y de los padres que los engendraren en esta tierra. De dolorosas enfermedades morirán; no serán plañidos ni sepultados; serán como estiércol sobre la faz de la tierra; y con espada y con hambre serán consumidos, y sus cuerpos servirán de comida para las aves del cielo y para las bestias de la tierra. (Jeremías 16:1-4 RVG)
Con todo, de la misma manera que Dios dijo que no se casara en el lugar donde se encontraba, sabemos que Ezequiel, sí estaba casado y enviudó durante su ministerio. “Por la mañana hablé con la gente, y por la tarde mi esposa murió. Al día siguiente me comporté como Dios me ordenó que lo hiciera…” (Ezequiel 24:18 TLA).
Abraham, “Ismael”, Isaac, Jacob
En Éxodo 3:15, Dios se identificó a sí mismo como el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob. Una de sus obras principales en sus vidas fue la de engendrar hijos para Su gloria y perfecta voluntad. Abraham es conocido como el Padre de la fe, principalmente porque creó a Dios que iba engendrar a un hijo con su esposa Sara, y de él saldrían naciones.
Entonces lo llevó afuera, y allí le dijo: «Fíjate ahora en los cielos, y cuenta las estrellas, si es que las puedes contar. ¡Así será tu descendencia!» Y Abrán creyó al Señor, y eso le fue contado por justicia. (Génesis 15:5-6 RVC)
Es más, la promesa que Dios dio a Abraham abarcó mucho más que una sola nación. Dios le dijo que “naciones” saldrían de él, (Génesis 17:4-16). Esta es una indicación de que Ismael no era un error de Abraham en su esfuerzo de “ayudar” a Dios, como muchos confiesan. Además de esto, la segunda esposa de Abraham, Cetura, le engendró seis hijos, de los cuales algunos de ellos, también, llegaron a engendrar naciones. (Génesis 25:1-4)
Para recalcar este punto, os pregunto en cuanto a Ismael: ¿A cuántas personas en la Biblia ha rescatado Dios con la intervención directa de un Ángel? Y, si Dios no quería que Ismael existiera, ¿Por qué no le mató como hizo con dos de los hijos de Judá en Génesis 38:7-10?
Y Er, el primogénito de Judá, fue malo a los ojos del Señor, y lo mató el Señor. Entonces Judá dijo a Onán: Entra a la mujer de tu hermano, y haz parentesco con ella, y levanta simiente a tu hermano. Y sabiendo Onán que la simiente no había de ser suya, sucedía que cuando entraba a la mujer de su hermano corrompía en tierra, por no dar simiente a su hermano. Y desagradó en ojos del Señor lo que hacía, y lo mató también a él. (Génesis 38:7-10 JBS)
No obstante, con Ismael pasó lo contrario. Dios mandó a dos ángeles para salvar la vida de Ismael en Génesis 16:7-16, y Génesis 21:10-21. Dios quería que él viviera. Dios bendijo a Ismael. Lo que muchos no toman en cuenta es que, tal como Dios dio doce tribus a Israel (es decir, a Jacob), dio también, doce tribus a Ismael (Génesis 25:12-17).
El Mesías
Para aclarar todo lo concerniente a Ismael, lo mismo tenemos que tomar en consideración cuando hablamos de Esaú y el plan de Dios. Lo que es necesario entender cuando contemplamos todo esto es que el propósito de Dios con los descendientes de Abraham está centrado en Su plan Mesiánico.
El Mesías no venía de la semilla de Ismael, ni de ningún otro de los hijos de Abraham, sino de Isaac. Lo mismo ocurrió con Isaac y sus hijos Jacob y Esaú. No es que Dios estaba diciendo que no amaba a Esaú en los pasajes que leemos en las Escrituras, cuando decía: “Como está escrito: A Jacob amé, más a Esaú aborrecí…” (Romanos 9:13).
Al decir esto, Dios no estaba manifestando algo que hubiera sido una contradicción abierta de sus inmutables atributos. El atributo en este caso sería del amor, porque “Dios es amor”. Con esta expresión, no es tanto que estemos diciendo que Él ama y puede amar. Aunque imperfectamente, nosotros también, somos capaces de hacer esto. Sin embargo, el amor es la esencia de su ser, porque Dios ES amor (pero no se debe confundir este hecho con decir que el amor es Dios).
Reitero, lo que estamos viendo en estos casos simplemente es el plan mesiánico de Dios. Dios escogió a Isaac, y no a Ismael, y escogió a Jacob, y no a Esaú para que fuesen progenitores del Mesías.
He aquí, la venida del Mesías es el propósito de la promesa de Dios desde el principio al fin de todo el relato bíblico. Y este es el enfoque principal de todo el Antiguo Testamento.
Siguiendo con el tema
Ahora bien, creo que podríamos estar de acuerdo con decir que sería una redundancia superflua indicar todos los incidentes semejantes. Sin embargo, el punto que quería recalcar es que, a través de todo el Antiguo Testamento, podemos ver que Dios obró de manera redentora e históricamente vital. Pero, insisto, lo hizo en gran parte por medio del acto sexual en los matrimonios de personas escogidas por Dios para realizar su voluntad en la tierra.
Así que, todas las parejas casadas de este linaje participaron en el proceso procreacional natural, como fue establecido por Dios, hasta llegar a María. Por sencillo que parezca, lo que es necesario entender es que, aunque Cristo nació de una virgen, la misma María llegó a la vida por el procedimiento normal de una relación conyugal del matrimonio de sus padres.
Capítulo 3
El matrimonio en el Nuevo Testamento
La familia del Señor Jesucristo
Para comenzar, digo nuevamente que tenemos que eliminar de nuestra mente las malas influencias y los prejuicios que puedan influir en nuestro modo de pensar, de tal manera que podemos leer las Escrituras y llegar a buenas conclusiones a base de una exégesis ortodoxa. Para esto, y para tomar otro camino para llegar a nuestro objetivo principal, nos es necesario comenzar con la misma familia del Señor Jesucristo, empezando con José y María.
En cuanto al Nuevo Testamento, como he dicho, está claro que el nacimiento de Jesucristo aconteció estando María aún virgen. Sin embargo, María llegó a nosotros a través del proceso natural.
Las genealogías de Mateo y Lucas
Para respaldar esta verdad bíblica, tengo que presentar, resumidamente, otra escuela de pensamiento. Hablo de la polémica de las múltiples distinciones entre las genealogías de Mateo y Lucas. Estoy de acuerdo con el consenso conservador evangélico sobre la idea de que Mateo presenta la genealogía de José, y Lucas presenta la genealogía de María.
David Logacho, en parte de su exposición titulada simplemente, “La genealogía del Señor Jesús,” da voz a esta escuela en cuatro puntos básicos al decir:
1.) Lucas presenta la genealogía de Jesús a través de la línea de su madre María. Esto se deduce de un examen minucioso de la genealogía que presenta Lucas. En primer lugar, de lo que Lucas afirma en el versículo 23 cuando dice que el Señor Jesús era hijo, según se creía, de José. Siendo así, entonces Elí, de quien se habla en el mismo versículo, era en realidad el suegro de José, padre de María. En la mentalidad judía se podía llamar hijo a un yerno. Hoy, en nuestra cultura, decimos también, que un yerno es un hijo político.
2.) En segundo lugar, la genealogía del Señor Jesús que presenta Lucas parece ser por la línea de María, por cuanto es un hecho comprobado que Mateo en su evangelio, presenta la genealogía del Señor Jesús, por la línea de su padre legal, José. José fue su padre legal, por ser legítimo esposo de María, pero no su padre biológico, porque el Señor Jesús fue concebido por el Espíritu Santo en el vientre virginal de María.
Algo notorio relacionado con esto es que, en los primeros capítulos del evangelio según Lucas, María es más prominente que su esposo José, mientras que, en los primeros capítulos del evangelio según Mateo, José es más prominente que su esposa María. Lo lógico entonces sería pensar que Lucas registra la genealogía del Señor Jesús a través de María, mientras que Mateo registra la genealogía del Señor Jesús, a través de José.
3.) En tercer lugar, es explicable que en la genealogía del Señor Jesús que presenta Lucas, no aparezca el nombre de María, porque normalmente no se incluía nombres de mujeres en las genealogías en el mundo judío, excepto en casos muy específicos como es en el caso de Rahab, la ramera, Rut la moabita y Betsabé, la esposa de Urías.[35]
4.) En cuarto lugar, en Mateo 1:16 dice textualmente que Jacob engendró a José, marido de María, Pero en la genealogía en el evangelio de Lucas no dice que Elí engendró a José, sino que José fue hijo de Elí. Hijo se debería entender entonces en el sentido de hijo político o yerno, no de hijo biológico. A todas luces… por al menos las razones expuestas, parece obvio que la genealogía del Señor Jesús que presenta Lucas en su evangelio corresponde a través de su madre María. En otras palabras, María fue hija de Elí, y José fue hijo político de Elí. … Además de esto, la genealogía del Señor Jesús que presenta Lucas en su evangelio hace evidente que María fue descendiente de David a través de su hijo Natán… (Lucas 3:31-32)[36]
Así que, después del nacimiento de Cristo, José y María fueron un hombre y una mujer casados que cumplieron su deber conyugal tal como las Escrituras aconsejaron posteriormente en 1ª Corintios 7:2-5.[37] Dice de José y María:
Cuando José se despertó, hizo lo que el ángel del Señor le había mandado y recibió a María por esposa. Pero no tuvo relaciones conyugales con ella hasta que dio a luz un hijo, a quien le puso por nombre Jesús. (Mateo 1:24-25 NVI-CST)
Cristo mostró su aprobación del matrimonio cuando realizó Su primer milagro público en las bodas de Caná de Galilea en Juan 2:1-12. Además, lo manifestó con sus enseñanzas al reiterar las bendiciones de Génesis 1:27. Así, afirmó que el matrimonio es del todo, es bueno, aprobado y santificado para todos los hijos de Dios cuando dijo:
… ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo? Y dijo: Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa, y los dos serán una sola carne. (Mateo 19:4-5 RVG)
Así que, podemos ver claramente que José y María tuvieron hijos después del nacimiento virginal del Cristo. Como está escrito: “¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos Jacobo, José, Simón y Judas? ¿No están todas sus hermanas con nosotros? ¿Dónde, pues, obtuvo éste todas estas cosas?” (Mateo 13:55-56 LBLA). Esto deja la posibilidad de que José y María tuvieran un mínimo de seis hijos después del nacimiento de Jesucristo.
De sus hermanas, no sabemos nada a ciencia cierta, pero sabemos que, por lo menos, había dos de ellas. Sin embargo, tenemos evidencias bíblicas de la identidad de dos de sus medio hermanos y sus papeles en la Iglesia Primitiva. Estos dos son Jacobo y Judas. Comenzaremos con Jacobo.
Jacobo
Pablo menciona a Jacobo como el hermano del Señor Jesucristo en Gálatas 1:19. “También, vi allí al apóstol Santiago, hermano de Jesucristo nuestro Señor. Aparte de ellos, no vi a ningún otro apóstol…” (TLA). Pablo, también, menciona a Jacobo como una columna de la iglesia en Gálatas 2:9:
De hecho, Santiago, Pedro y Juan, quienes eran considerados pilares de la iglesia, reconocieron el don que Dios me había dado y nos aceptaron a Bernabé y a mí como sus colegas. Nos animaron a seguir predicando a los gentiles mientras ellos continuaban su tarea con los judíos. (NTV)
Jacobo, el medio hermano del Señor, recibió una visitación personal de Cristo poco tiempo después de Su resurrección.
… y que fue visto por Cefas, y después por los doce. Y después, fue visto por más de quinientos hermanos a la vez; de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen. Después fue visto por Jacobo; luego por todos los apóstoles. (1ª Corintios 15:5-7 RVG)
Y, como Gálatas 2:9 nombra a Jacobo antes de nombrar a Pedro cuando menciona las columnas de la iglesia, podemos asumir que Jacobo tenía un lugar de más importancia e influencia que Pedro. También, podemos ver que Pedro tenía un respeto tan grande de Jacobo que casi le tenía miedo. Esto lo podemos ver en Gálatas 2:11-13:
Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí en su cara, porque era de condenar. Porque antes que viniesen unos de parte de Jacobo, él comía con los gentiles, más cuando vinieron, se retraía y se apartaba, teniendo miedo de los que eran de la circuncisión. Y otros judíos también disimulaban con él; de tal manera que también Bernabé fue llevado con su simulación. (RVG)
Jacobo o Santiago. ¿Qué pasa con estos nombres?
Es necesario insertar esta breve pauta porque servirá como una ayuda y una nota aclaratoria. En el castellano, fácilmente puede surgir una confusión con la identidad de Jacobo y Santiago. Como esta identidad es esencial para la buena comprensión de este peldaño de nuestro argumento, su indicación es indispensable, también, para nuestro tema principal.
Jacob del Antiguo Testamento y Jacobo del Nuevo Testamento son las formas más cercanas al original hebreo “ya‛ăqôb” (יַעֲקֹב),[38] el hebreo por “cazador del talón” (porque Jacob nació asido del calcañar de su hermano Esaú). Del griego tenemos “Iakōbos” (Ἰάκωβος), que pasó al latín como “Iacobus”. De aquí, la iglesia católica canonizó a Jacobo como San Jacobo, o en latín “Sanctus Iacobus”. Fue un pequeño paso fonético para mudar el nombre a “Santiago”. Así se ha quedado el nombre en casi todas las traducciones protestantes, incluyendo a la Reina Valera.
Jacobo como apóstol
Este mismo Jacobo pronto llegó a ser un líder y una de las figuras más importantes de la iglesia primitiva en Jerusalén. Ya hemos visto en Gálatas 1:19 que, por el tiempo en el que se redactó este escrito, Jacobo ya era considerado como uno de los apóstoles.
También, podemos ver su autoridad y entendido liderazgo en Hechos 15:13. En este capítulo, Simón testificó de como Dios le usó para alcanzar para Cristo a Cornelio y todos los que estaban con él en su casa, siendo Cornelio un gentil incircunciso. Esto provocó la consternación de casi todos los demás de la iglesia (Hechos 10).
Sin embargo, todos quedaron convencidos de que era la obra de Dios a causa de la clara evidencia que manifestaron al recibir, sin conocimiento previo, el bautismo con el Espíritu Santo manifestado con la evidencia inicial de hablar en lenguas. Después, los apóstoles Pablo y José de Chipre testificaron largamente.
Al terminar, Jacobo, el medio hermano del Señor Jesucristo, tomó las riendas del concilio sin que nadie lo cuestionara. “Cuando terminaron de hablar, Santiago dijo: Hermanos míos, escúchenme…” (Hechos 15:13 PDT). Al continuar, Jacobo dio un breve discurso y concluyó dando indicaciones de lo que la iglesia tenía que hacer. Este versículo es la primera indicación de que Jacobo había entrado en un papel de respetado liderazgo entre los apóstoles, y en la iglesia en Jerusalén.
Es importante notar que Jacobo pasó por alto el testimonio de Pablo y José de Chipre, y fue directamente al testimonio de Pedro. Podemos decir que tenía varios motivos, pero uno de ellos es que Pedro tenía mucha más autoridad y respeto en la iglesia en Jerusalén en este tiempo que Pablo.[39]
Pero ¿cómo llegó a ser contado Jacobo entre Los Doce? Para contestar esta pregunta tenemos que recordar que, cuando murió Judas Iscariote, los apóstoles se reunieron para elegir a otro que tomara su lugar para completar a Los Doce (Hechos 1:20-26).
Siguiendo este patrón dejado en Hechos 1:13-26, cuando Herodes mató a Jacobo, el hermano de Juan, en Hechos 12:2, es un paso lógico asumir que ellos siguieron el mismo proceder, o un esquema semejante, para elegir a otro. Porque pronto vemos a Jacobo contado entre ellos. Cuando Pedro fue milagrosamente librado de la cárcel en el mismo capítulo, vemos a Pedro rindiendo cuentas a Jacobo en Hechos 12:17, “… Y dijo: Haced saber esto a Jacobo y a los hermanos…”
Jacobo no llegó a creer en la divinidad de su hermano mayor hasta después de la resurrección. Porque es evidente que, durante Su vida y ministerio terrenales, no creía aún:
Y otra vez se agolpó la multitud, de manera que ellos ni aun podían comer pan. Y cuando lo oyeron los suyos, vinieron para prenderle; porque decían: Está fuera de sí (Marcos 3:20-21 RVG)
… sus hermanos le dijeron: Deberías salir de aquí e ir a Judea, para que tus seguidores puedan ver también allí las obras que haces. Nadie que pretenda darse a conocer actúa secretamente. Si en realidad haces cosas tan extraordinarias, date a conocer al mundo. Y es que ni siquiera sus hermanos creían en él. (Juan 7:3-5 BLPH)
De ninguna manera debemos pensar que los medios hermanos de Jesús le despreciaban. Sino que la pequeña contienda que vemos entre ellos era simplemente la insignificante rivalidad entre hermanos que todos los niños y jóvenes experimentan con sus consanguíneos.
No obstante, como es normal y que pasaría con cualquier familia, aunque los hermanos se pican unos a otros, cuando viene un verdadero peligro que amenaza a un hermano, o uno de ellos sufre un serio daño, no hay nadie que los ame más que los otros que le han estado picando. Jacobo estaba profundamente conmovido al ver a su hermano mayor sufrir y morir de una manera tan horripilante. Pero, al presenciar la resurrección de Cristo de los muertos, la obra redentora en él fue insondablemente contundente y completa.
De manera que él era la persona que tenía más tiempo de conocer a Cristo, y la única persona entre los apóstoles que había conocido a Jesucristo toda su vida. Para hablar con una acertada soteriología, nadie podría ser salvo hasta después de la resurrección, que es precisamente cuando Jacobo llegó a conocer a Jesús como su Salvador. Y, como he dicho, al ver a Jesús resucitado, la vida de Jacobo estaba decisivamente transformada para hacerle el líder que nació para ser. De manera que su experiencia con el Señor era profunda, íntima, y de muchos años.
Por último, aunque Marcos es el primer Evangelio escrito y el registro que muchos consideran el patrón para los sinópticos, la epístola de Santiago es el libro más antiguo del Nuevo Testamento. La autoridad y patente liderazgo de Jacobo están claramente manifestados por medio del ímpetu con que su libro ha sido escrito. Algunos eruditos afirman que hay más de cincuenta y cinco imperativos en sus cinco cortos capítulos.[40]
Judas
Hoy, el nombre de Judas es tan evitado como el nombre de Hitler. Al escuchar el nombre, la primera cosa que viene a nuestras mentes es Judas Iscariote, el que traicionó a nuestro Señor. Por lo tanto, este nombre es casi equivalente a la traición. Con todo, en La Biblia, el nombre de Judas era muy común y apreciado.
Esta es otra barrera para nuestro sano entendimiento que tenemos hoy y que los protagonistas del primer siglo no tuvieron. Así que, debemos quitar el estigma de este nombre.
En Génesis 29:35, tenemos la primera persona que es conocido por este nombre. Tenemos que entender que Judas es simplemente el griego (Ἰουδάς) del nombre hebreo Judá “yehûdâh” (יְהוּדָה), que significa; Alabanza, o Alabado sea el Señor “yâdâh” (יָדָה).
Era un nombre tan usual que en el Nuevo Testamento podemos discernir, por lo menos, seis hombres diferentes que se llamaban Judas.[41] Entre los seis mencionados, hay dos con este nombre entre los doce discípulos que fueron nombrados apóstoles: Judas, el hijo de Jacobo,[42] y Judas, hijo de Simón Iscariote.[43],[44]
De la misma manera, el libro de la Biblia con el nombre de Judas alude directamente al hecho de que este Judas es hijo de José y María, y hermano de Jacobo.[45] Este mismo Judas se identifica a sí mismo como el hermano de Jacobo, que se identificó como el medio hermano del Señor.[46]
En apoyo de la anteriormente mencionada autoridad de Jacobo, el único sentido que tiene de mencionarle en el libro de Judas era porque este Jacobo era una persona ampliamente conocida en la iglesia en su época. Como hemos visto, Jacobo, el medio hermano del Señor, era la única persona con este nombre que tenía tal reconocimiento. Jacobo, el hermano de Juan, aunque era uno de los apóstoles originales, nunca llegó a igualar esa fama en la iglesia.
Así que, este Judas es el mismo que el que se menciona en Mateo 13:55. No obstante, ni siquiera se sentía digno de identificarse como el hermano del Señor. Él se llama a sí mismo, “siervo de Jesucristo, y hermano de Jacobo.” (Judas 1)
Así que, podemos concluir que Jacobo tanto Jacobo como este Judas entre los que Pablo contaba entre los hermanos del Señor en 1ª Corintios 9:5. De manera que podemos deducir, también, que ellos eran hombres casados. “¿No tengo derecho a tener una esposa y llevarla en mis viajes, como hacen los demás apóstoles, los hermanos del Señor y Pedro?” (NBV).
Capítulo 4
Ejemplos de relaciones familiares no acentuadas
Para dar un ejemplo de la mencionada influencia católica, quiero presentar un pasaje conocido y el concepto que se nos presenta, y que aceptamos con facilidad.
El camino Emaús
Creo que todos hemos visto una pintura titulada, “El camino a Emaús”. En esta obra podemos ver a dos hombres caminando de vuelta a casa después de la resurrección de nuestro Señor. También, vemos que Cristo está allí, hablando con ellos. Es una representación de lo que aconteció en Lucas 24:13-35, y es un testimonio hermoso.
Nos ha parecido completamente normal e incuestionable verlo así; es decir, ver ‘dos hombres’ caminando por el camino a Emaús. No obstante, en cuanto a lo que la Biblia nos indica, no es lo que debemos concluir con este relato de los Evangelios.
En la manifestación del Cristo resucitado en el camino a Emaús, aparte de Cristo, una de las personas es identificada. Dice Lucas 24:18, “Y respondiendo uno de ellos, que se llamaba Cleofas,[47] le dijo: ¿Eres tú sólo un forastero en Jerusalén, y no has sabido las cosas que en ella han acontecido en estos días?” (RVG).
Una pregunta sería valiosa hacer es, ¿Por qué es que, de todas las personas, que Cristo escogió a estos dos para una visitación divina? La respuesta es sencilla, pero la clave se encuentra en el Evangelio de Juan 19:25 que dice: “Y estaban junto a la cruz de Jesús su madre, y la hermana de su madre, María esposa de Cleofas,[48] y María Magdalena” (RVG).
Quiero indicar una cosa aquí: Según Lucas, en la mañana de la resurrección, vemos a Cleofas volviendo a su casa desde Jerusalén. Juan dice que su esposa estaba en Jerusalén al pie de la cruz cuando Cristo murió. Está claro en la narración de todos los evangelistas que no había tiempo para salir de Jerusalén después de la muerte y sepelio de Cristo, porque se acercaba el día de reposo; o sea, el Shabat. No obstante, vemos a Cleofas volviendo de Jerusalén la mañana después del Shabat, o sea, la mañana de la resurrección con alguien más. Creo que podemos asumir que la otra persona es su esposa, María.
También, se discute de si había tres, o cuatro mujeres mencionadas en este versículo. Yo leo dos de estas frases como un solo pensamiento cuando dice: “y la hermana de su madre, María, esposa de Cleofas”. Es decir, que la hermana de María, la madre de Jesús era María, la esposa de Cleofas.
El evangelio de Marcos 15:40 es un pasaje similar, o paralelo, que nombra a tres mujeres que presenciaban la crucifixión del Cristo. “Algunas mujeres miraban desde lejos. Entre ellas estaban María Magdalena, María la madre de Jacobo el menor y de José, y Salomé…” (CST)[49]
También tenemos Mateo 27:56 como un versículo paralelo: “Entre las cuales estaban María Magdalena, y María la madre de Jacobo y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo.”
Aquí tenemos a tres testimonios que dicen las mismas cosas, pero que dan la apariencia de presentar discrepancias; esto es hasta que los estudias con un poco más detenimiento. Ahora bien, una cosa que vemos en común es que hay tres mujeres presentes. A una de estas mujeres los evangelistas han identificado con certidumbre, y esta es María Magdalena. Pero una cosa que parece ser una diferencia es la identidad de las otras dos mujeres. ¿Por qué?
Mateo 27:55 nos hace pensar aún más. Dice: “Y muchas mujeres que habían seguido a Jesús desde Galilea para servirle, estaban allí, mirando de lejos…” (LBLA). Aunque este versículo deja claro que hay otras mujeres presentes, estos autores sienten la obligación de presentar a tres mujeres en particular. Tenemos que decidir si la decisión de quiénes ellos querían mencionar era aleatoria, o si la identidad de estas mujeres era clara, particularmente, a los lectores de los Evangelios que eran los receptores originales.
En Mateo tenemos a “María Magdalena, y María la madre de Jacobo y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo.” En Marcos, tenemos a “María Magdalena, María la madre de Jacobo el menor y de José, y Salomé.” Y, en Juan tenemos a “… su madre, y la hermana de su madre, María esposa de Cleofas, y María Magdalena”.
Yo considero que la elección de estas mujeres era intencional, y que los tres autores están introduciendo a las mismas mujeres. Sin embargo, ellos las están presentando de la manera que eran más conocidas, o reconocibles para la audiencia receptora.
De manera que María Magdalena era identificada de esta manera casi universalmente. Con todo, con las muchas “Marías” que el Nuevo Testamento nos presenta, también sostengo que esta María Magdalena es la misma María que se identifica como María, la hermana de Marta en Lucas 10:38-42; y la hermana de Lázaro en Juan 11:1-44. También creo que ella es la mujer descrita en Lucas 7:38-46, y en Juan 12:3.
Estos dos versículos dicen:
Y he aquí una mujer que había sido pecadora en la ciudad, como entendió que estaba a la mesa en casa de aquel Fariseo, trajo un alabastro de ungüento, Y estando detrás a sus pies, comenzó llorando a regar con lágrimas sus pies, y los limpiaba con los cabellos de su cabeza; y besaba sus pies, y los ungía con el ungüento. Y como vio esto el Fariseo que le había convidado, habló entre sí, diciendo: Este, si fuera profeta, conocería quién y cuál es la mujer que le toca, que es pecadora. Entonces respondiendo Jesús, le dijo: Simón, una cosa tengo que decirte. Y él dice: Di, Maestro. Un acreedor tenía dos deudores: el uno le debía quinientos denarios, y el otro cincuenta; Y no teniendo ellos de qué pagar, perdonó a ambos. Di, pues, ¿cuál de éstos le amará más? Y respondiendo Simón, dijo: Pienso que aquél al cual perdonó más. Y él le dijo: Rectamente has juzgado. Y vuelto a la mujer, dijo a Simón: ¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, no diste agua para mis pies; más ésta ha regado mis pies con lágrimas, y los ha limpiado con los cabellos. No me diste beso, mas ésta, desde que entré, no ha cesado de besar mis pies. No ungiste mi cabeza con óleo; más ésta ha ungido con ungüento mis pies… (Lucas 7:37-46 RV-BRG).
Entonces María tomó una libra de ungüento de nardo líquido de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y limpió sus pies con sus cabellos: y la casa se llenó del olor del ungüento…” (Juan 12:3 RV).
Los idiomas
Yo creo que el problema consiste en entender, o tomar en cuenta este detalle de los nombres en los diferentes idiomas que utilizaban en la región, y la influencia de las traducciones desde el griego o el latín al castellano de dichos nombres.
En Mateo y Marcos, la madre de Jacobo el menor y de José, es María, la madre de Jesús, a la que se identifica en Juan 19:25. Sin lugar a duda, los Evangelios en Marcos 6:3 y Mateo 13:55-56 atestiguan que Jacobo y José eran medio hermanos de Jesús. Jacobo es el primer hijo nacido después de Cristo y el primogénito de José el carpintero. José es el segundo hijo de José y María.
(Marcos 6:3 JBS) ¿No es éste el carpintero, hijo de María, hermano de Jacobo, y de José, y de Judas, y de Simón? ¿No están también aquí con nosotros, sus hermanas? Y se escandalizaban de él.
(Mateo 13:55-56 NBV) ¿Será posible? comentaban. Este es hijo de María y del carpintero, y hermano de Jacobo, José, Simón y Judas. Sus hermanas viven aquí mismo. ¿De dónde habrá sacado tanta sabiduría?
Podemos deducir que la razón de llamar a Jacobo, el medio hermano de Jesús, Jacobo el menor, era para no confundirle con Jacobo, el hermano mayor de Juan, hijos de Zebedeo. Se puede asumir fácilmente, que Jacobo, el hermano mayor de Juan, era también, mayor en edad que Jacobo, el medio hermano de Jesucristo. Hablaremos un poco más de ellos a continuación.
¿Qué es lo que sabemos de Salomé? Sabemos que Salomé ha sido referida como María Salomé, y esto puede contestar una parte de una de nuestras preguntas. María es su nombre latino y Salomé o “Shelomah” (שלומית) es su nombre hebreo. Es un nombre que viene de la palabra hebrea “Shalom”, o “Paz” (שלום).
El “Easton’s Bible Dictionary” dice de ella:
Que era la esposa de Zebedeo y la madre de Jacobo y Juan, y probablemente la hermana de María, la madre de nuestro Señor (Juan 19:25). Ella buscó sitios de honor para sus hijos en el reino del Cristo (Mateo 20:20-21; compara 19:28). Ella presenció la crucifixión (Marcos 15:40), y estaba presente con las otras mujeres en el sepulcro (Mateo 27:56).[50]
De la misma manera, “Smith’s Bible Dictionary”, concuerda con la identidad de Salomé como la hermana de María, la madre de Jesucristo.[51]
De manera que estoy de acuerdo y concluyo que este versículo está hablando de tres mujeres, y no de cuatro. También, al leerlo así, tenemos los nombres de todas las implicadas en este versículo. Nadie se queda sin identificar, y esto parece ser la idea y el propósito del autor con este versículo. Con todo, nos quedamos aún con unas preguntas para contestar. Y esta pregunta es, “Entonces, ¿quién es Cleofas?”
Hay dos cuestiones para investigar aquí en cuanto a Cleofas, y este versículo. Como hemos dicho, la primera es, ¿Quién es Cleofas? Y la segunda es, ¿quiénes son las Marías de este pasaje?:
- Algunas traducciones hacen una distinción de nombres al mencionar este personaje en Lucas y Juan. Esto hace surgir una duda si es una sola persona, o si estamos hablando de dos individuos distintos. Estas traducciones ponen el nombre de “Cleofas” en Lucas, y el nombre “Clopas” en Juan.
- Y, ¿Cómo vamos a tener a dos hermanas con el nombre de María? (Juan 19:25)
Primeramente, algunos escritores profesan que el nombre Cleofas (Clopas) en Juan 19:25 (“María, esposa de Cleofas” Κλωπᾶς) es el griego del nombre arameo “Klofa o Qlofa” (קלופא), y que el nombre de Cleopas (Κλεόπας) es una abreviatura de la forma del nombre de “Cleopatros”, un nombre griego que significaba “la gloria del padre”. (Es más conocido en su forma femenina de Cleopatra).[52]
No obstante, históricamente, tenemos a Papías, Hegesipo, y a Eusebio de Cesarea del siglo segundo que confiesan lo mismo que presento en esta disertación. Ellos creían que Cleofás era el hermano de José, el esposo de María, madre de Jesús. Eusebio de Cesarea lo relata en su obra, “Historia de la Iglesia” (Libro III, capítulo 11).[53]
Ahora bien, en las mentes occidentales, nos parece un poco extraño, aunque no desconocido, que hermanos de una familia se casasen con hermanas de otra familia. (A nivel personal, tengo dos cuñadas que se casaron con dos hermanos de otra familia.)
Con todo, en el Medio Oriente, si una familia concertaba un pacto de matrimonio con un hijo o hija de otra familia, y a la familia les parecía muy bien, si ambas familias estaban de acuerdo, no hubiera sido nada anormal que convinieran otro pacto matrimonial para otro de sus hijos o hijas.
Concluyo al decir que estamos hablando de la misma persona, y que los nombres Clopas y Cleofas denotan el mismo individuo.
Aun así, si Easton y Smith tienen razón y María Salomé es esposa de Zebedeo, ¿cómo sería, también, la esposa de Cleofas? Y si Zebedeo era un próspero pescador de la región de Galilea, ¿cómo es que tiene una casa en Judea, cerca de Jerusalén?
Ahora tenemos dos preguntas más. Pero, siendo que estamos aquí para aprender, vamos a tomar el tiempo para examinar toda la situación histórica, geográfica, y sociocultural, y contestar estas preguntas. De esta manera, podemos tener un punto de referencia para contestar incógnitas que todavía tenemos que enfrentar para tener una comprensión plena del mundo de Juan Marcos, y la gente que le rodeaba en su entorno.
Cleofas y Zebedeo
El nombre de Zebedeo se menciona doce veces en el Nuevo Testamento. Se menciona seis veces en Mateo; Cuatro veces en Marcos; Una vez en Lucas; y una vez en Juan. He indicado que Cleofas es un nombre griego. Sin embargo, tal y como ocurre en casi todos los personajes del Nuevo Testamento, Cleofas tenía un nombre griego o latino, y un nombre hebreo, y su nombre hebreo es Zebedeo. Zebedeo es la pronunciación griega para el nombre hebreo “Zabdi” (זבדּי), que significa, “dotación, o dadivoso”.
Como he indicado, y seguiré indicando, no era anormal para las personas de esta región en el primer siglo tener dos nombres en dos idiomas distintas. Cleofas y Zebedeo son la misma persona reconocida por dos nombres diferentes, porque son sus dos nombres en dos idiomas diferentes.
El pescador de Galilea con una casa en Judea
La caída del reino de Judá con el cautiverio en Babilonia sirvió para el arrepentimiento total del pueblo. Al ser repatriados a sus heredades, podemos ver en los libros de Nehemías y Esdras cómo se establecieron para afirmarse en su fe y fidelidad a Jehová.
Aprendemos que Esdras estableció a los soferim. Eran los escribas que reproducían copias de la Tora, los profetas y los escritos a mano para cada una de las comunidades en que vivían judíos. De esta manera, podrían reunirse fielmente cada Shabat para estudiar y aprender de la ley de Jehová.
Después de ellos, vinieron los masoretas, o sea, los doctores de la ley. Sus discípulos eran los rabíes que se habitaron en casi todas las ciudades, aún en la diáspora, donde vivían diez hombres judíos o más para comenzar una sinagoga. En cada sinagoga, estudiaban las copias de las Escrituras hechas por los soferim.
Parte de su arrepentimiento y reconciliación con el Señor era de guardar sus santas convocaciones, comenzando con su fidelidad a las sinagogas en los días de reposo, es decir, el shabat. También, incluían la asistencia a las siete fiestas, siempre que pudieran ir desde donde vivían. Las dos que eran más populares y las más concurridas eran la Pascua y la fiesta de los tabernáculos.
Ahora bien, a causa de estas fiestas, casi todos los judíos guardaban en su familia una o más heredades en Judea, aunque vivían en alguna parte distante del Imperio romano en la diáspora. Otros, siendo que iban por costumbre periódicamente a Jerusalén, compraron una propiedad para alojarse ellos y sus familiares cuando subieran a Jerusalén. No tenía sentido tener que buscar dónde quedarse cada vez que subían si sabían que ellos, o alguien de su familia, iba a subir periódicamente.
De manera que, aunque Zebedeo era un pescador de Galilea, él tenía una propiedad cerca de Jerusalén para alojar a su familia cuando subían a las fiestas en Judea.
Estaremos viendo otros ejemplos en la trayectoria de este discurso. Así que, teniendo en claro esto por el momento, vamos a comenzar con más detalles de las Marías.
Mara, María, Mariam, Miriam, Miryam
Con esto, trataremos la segunda incógnita de esta pauta: Dos hermanas que, a nuestro parecer, tienen el mismo nombre. Primeramente, os he mencionado el hecho de que María, la hermana de la madre del Señor, también se conocía como Salomé; o sea, se llamaba, María Salomé.
No obstante, hay un motivo cultural aún más informativo que es menester tener en cuenta para entender esta costumbre de esta región del primer siglo. Lo que tenemos que contemplar al abarcar este tema es el trasfondo sociohistórico, geográfico, y geopolítico del pueblo y la región de los personajes de los cuales hablamos.
Antes de entrar en el meollo de mi argumento, quiero dar un ejemplo del Antiguo Testamento de una familia que dio nombres semejantes a sus hijos. Este es el caso de Johanán (Jehová ha favorecido) y Jonatán (Jehová ha dado), hijos de Carea, en Jeremías 40:8. La verdad es que, en el castellano, han hecho un trabajo excelente con este versículo, porque en otros idiomas, como en el inglés, he visto traducciones lamentables de este pasaje. Algunas de estas traducciones inglesas malogran este versículo de tal modo que nombran solamente uno de los hijos, porque en el hebreo son nombres muy semejantes, pero son más parecidos en el inglés al traducirlos.
Parece incomprensible a los occidentales tener dos hijos con, lo que a ellos les parece ser, el mismo nombre, o nombres tan homófonos. Pero no era así con los hebreos. Ellos buscaban, no tanto el sonido de los nombres, sino sus significados. Hay casos en que los nombres eran completamente diferentes, pero los significados eran sinónimos. En otros casos, los nombres sonaban muy parecidos, pero su significado era muy distinto.
Originalmente, ¿qué era un judío?
En el caso del nombre traducido simplemente como María, estamos hablando de unas familias judías que venían de una región que, históricamente, no pertenecía a los judíos, sino a los samaritanos. Es decir, que pertenecía a los descendientes del Reino de Israel del Antiguo Testamento. A continuación, intentaré aclararlo escuetamente con un poco del trasfondo histórico de la región.
La denominación “judío” es el indicio de que uno era descendiente del Reino de Judá. Si lo observas bien, la palabra “judío” no aparece en la Biblia hasta el libro de Ester 2:5: “Y había en la fortaleza de Susa un judío que se llamaba Mardoqueo, hijo de Jair, hijo de Simei, hijo de Cis, benjamita…” (LBLA).
Es porque, en el cautiverio babilónico, los únicos que fueron llevados allá eran del Reino de Judá. Todos eran judíos en el sentido de su lugar de origen, y esto era su gentilicio. Es decir, de las doce tribus de Israel, solamente tres eran ciudadanos del Reino de Judá:
- La tribu de Judá,
- La tribu de Leví, y
- La tribu de Benjamín.
En beneficio y edificación de los que, quizás, no habrán contemplado o visto este hecho o perspectiva anteriormente, sigo con la siguiente explicación contextual e histórica.
Sabemos que solamente hay doce tribus de Israel. Pero, leemos en 1º Reyes 11:31 que cuando Jeroboam se encontró con el profeta Ahías, el profeta se quitó el manto nuevo que traía puesto para rasgarlo en doce pedazos. Entonces, el profeta dijo algo que, para nosotros, frecuentemente se pasa por alto, o, se interpreta equivocadamente.
y dijo a Jeroboam: «Toma para ti diez pedazos, porque el Señor, Dios de Israel, te dice: “Voy a quitarle el reino a Salomón, y a darte a ti diez tribus. A Salomón le dejaré sólo una tribu, por consideración a mi siervo David y a Jerusalén, la ciudad que he escogido entre todas las ciudades de las tribus de Israel. (1º Reyes 11:31-32 DHH)
El detalle se encuentra en esto. Cuando contamos las tribus de Israel, nunca contamos la tribu de José. La tribu de José solo se menciona, evidentemente, una vez en la Biblia: en Apocalipsis 7:8. En dos ocasiones más, en algunas traducciones se menciona de modo de referencia de origen, pero el contexto es una indicación directa a la tribu de Manasés: Números 13:11, Números 36:5.
Así que, en el Antiguo Testamento, en vez de mencionar la tribu de José, siempre menciona a sus dos hijos, Manasés y Efraín. La razón de esto es porque, cuando José presentó a sus dos hijos ante su padre, Jacob proclamó que eran suyos. “Y ahora tus dos hijos Efraín y Manasés, que te nacieron en la tierra de Egipto, antes que viniera a ti a la tierra de Egipto, míos son; como Rubén y Simeón, serán míos…” (Génesis 48:5 JBS).
De esta manera, Jacob contó por doble la heredad de José, porque sus dos hijos recibieron heredad, cada uno como una tribu independiente. Y, hay que prestar atención a esto, porque la palabra clave en todo el asunto es la palabra “heredad”. No obstante, vemos claramente en las Escrituras que la tribu de Leví no recibió ninguna herencia en la Tierra Prometida. “Por tanto, Leví no tiene porción o herencia con sus hermanos; el Señor es su herencia, así como el Señor tu Dios le habló…” (Deuteronomio 10:9 LBLA).[54]
Con todo, en la división vemos que la tribu de Benjamín permaneció fiel al trono de la casa de David.
Y cuando Roboam vino a Jerusalén, juntó toda la casa de Judá y la tribu de Benjamín, ciento ochenta mil hombres guerreros escogidos, para hacer guerra a la casa de Israel, y devolver el reino a Roboam hijo de Salomón. (1º Reyes 12:21 RVG)
Cuando el profeta Ahías dijo: “A Salomón le dejaré sólo una tribu, por consideración a mi siervo David y a Jerusalén…”, él se refería a la tribu de Benjamín, porque, indudablemente, la tribu de Judá iba a permanecer fiel a la casa de David siendo él de esta tribu.
Sabemos que cuando Jeroboam logró dividir el reino, abandonó la adoración a Jehová para inventar su propia religión. Esto hizo con el fin de evitar que el pueblo fuese convencido por Roboam para volver a él, si subían a Jerusalén para adorar en el Templo. La tribu de Leví, al ver que no tenían ni heredad, ni trabajo en el Reino del Norte, emigraron al Reino del Sur desde las ciudades que las otras tribus les habían prestado, para seguir con su oficio y obligaciones en el Templo en Jerusalén.
Siendo que Leví no tenía herencia, y la tribu de José era, en realidad, las tribus de Manasés y Efraín, con ellos tienen sus diez tribus del norte. Pero, la verdad es que no debemos verlo como que Jeroboam tenía diez tribus, sino las riquezas de los recursos de diez heredades a su disposición. En comparación, y conforme a la perspectiva meramente humana y material, el Reino de Judá quedó mucho más pobre que el Reino de Israel.
El Reino del Norte tenía el Lago de Galilea, el río Jordán, incontables fuentes de agua, una abundancia de tierras fértiles y bosques verdes. En tanto que, en comparación viendo las grandes fuentes de agua, el Reino del Sur tenía el Mar Muerto. También, tenían la hermosa región alrededor de la ciudad de Jerusalén y las bellas ciudades circunvecinas en esta región verde y montañosa, que era ideal para criar ganado ovejuno. No obstante, lo demás, en su gran mayoría, era lo que podríamos considerar, desierto.
En cuanto a las tribus y heredades, el Reino de Judá contaba con Judá, que iba quedarse con la casa de David, Benjamín, la tribu mencionada en la profecía de Ahías, y la tribu de Leví, que no tenía heredad para contribuir a la riqueza material del reino. Es más, en un sentido material y carnal, la tribu de Leví podría haber sido considerada como una carga en vez de un pueblo que añadía a la riqueza y prosperidad del reino. Antes de la división del reino, las otras doce tribus (acordaos de Efraín y Manasés) contribuyeron al apoyo de la tribu de Leví. Ahora, toda esta responsabilidad descansaba sobre los hombros de solamente dos tribus. Porque la ley de Jehová decretaba que las otras tribus tenían la responsabilidad del sostén financiero y material de los levitas.
Ellos, de esta manera, y a causa del apoyo económico, se podrían ocupar plenamente de sus deberes en el servicio del Señor y el Templo. Con todo, esta tribu tenía a Jehová como su heredad. Y esto contribuyó a la bendición de la vida espiritual y el favor de Jehová, y, por ende, la prosperidad de la nación entera. Este fue el motivo cardinal que sobrevivieron dos cientos años más que el Reino del Norte.
Podemos ver como Nehemías, desde su perspectiva post cautiverio, consideraba la falta de apoyo económico de los levitas como un peligro para la seguridad de la nación en Nehemías 13:10-12:
También descubrí que las porciones de los levitas no se les habían dado, por lo que los levitas y los cantores que hacían el servicio se habían ido, cada uno a su campo. Por tanto, reprendí a los oficiales, y dije: ¿Por qué está la casa de Dios abandonada? Entonces reuní a los levitas y los restablecí en sus puestos. Entonces todo Judá trajo el diezmo del cereal, del mosto y del aceite a los almacenes. (LBLA)
En los libros postcautiverios de Esdras y Nehemías, los levitas realizaron un papel sumamente importante, porque ayudaron a Esdras a enseñar la Ley de Jehová al pueblo.[55] Como resultado de su servicio y diligencia, podemos ver el judaísmo en su apogeo de desarrollo para recibir el Mesías en los días del Nuevo Testamento. Así que, en el Nuevo Testamento, tenemos a los levitas siempre mencionados como judíos. Como muestra tenemos a Zacarías y Elisabeth, los padres de Juan el Bautista, el primo segundo del Señor.[56]
También, tenemos al apóstol Pablo, un judío de la tribu de Benjamín (Romanos 11:1) (Filipenses 3:4-5).
Así que, podemos ver que el Reino del Norte, es decir, los samaritanos, contaba con diez tribus, y el Reino de Judá contaba, principalmente, con tres.
Los judíos etíopes
Ahora bien, con lo que he explicado es inevitable hacer la pregunta sobre la existencia de los judíos etíopes. Con ellos, tenemos un caso distinto, pero fácilmente explicado. Son conocidos, hoy, en Israel como los falasha; es decir, forasteros o exilados, aunque hoy se prefiere el término Beta Israel.[57]
Hay dos teorías básicas en cuanto a su origen:
1.) Dicen las mismas betas israelíes que su origen es que son descendientes del hijo que Salomón engendró con la reina de Sabá (Seba) después de su visita al gran rey judío en 1ª Reyes 10:1-13.
Esta es una gran, y no desconocida parte de la tradición etíope. El gran escudo nobiliario de la casa imperial de Etiopía era “La Casa de Salomón” (Casa de David). De hecho, el nombre del rey era Ras Tafari Makonnen Woldemikael[58],[59] (conocido en el mundo occidental por su “nombre de trono” como “Haile Selassie”). Este reinado era de tal grandeza, que el país de Etiopía es el único país africano que nunca estuvo bajo el dominio colonizador europeo.
En su genealogía proclaman, de acuerdo con la confesión de los falasha, que él era el descendiente número doscientos veinticinco en línea directa del rey Salomón por medio del hijo, Menelik 1º (que significa, “el Hijo del Sabio”) que Salomón engendró con la reina de Sabá.[60] La historia oficial de la nación estima a Haile Selassie como el último miembro de la Dinastía Salomónica, que rastreaba su linaje hasta el Emperador Menelik 1º, vía su registro ancestral.
Aunque es creído que la dinastía salomónica era el bastión del judaísmo, y posteriormente del cristianismo ortodoxo etíope con su reinado desde el siglo 10 a.C.,[61] tengo que estar de acuerdo con mis colegas al decir que, aunque puede ser que no sea totalmente sin fundamento, tenemos muy poca evidencia histórica documentada fuera de las afirmaciones etíopes que apoyan esta suposición.
Otro punto interesante en los contornos de esta conversación es sobre el arca del pacto del Templo en Jerusalén. En algún momento, el arca desapareció de Jerusalén. Las Escrituras dejan un vacío en cuanto a lo que pasó al arca del pacto después de la caída de Jerusalén ante los babilonios. No hay escasez de teorías en cuanto a su destino y ubicación actual, que incluyen un túnel debajo de Jerusalén que está investigando un compañero mío, el distinguido arqueólogo, Dr. Scott Stripling.[62]
Otra de las teorías del paradero del arca del pacto es que, viendo el eminente ataque y conquista del rey Nabucodonosor, el arca fue transportado a Etiopía para esconderla y guardarla allí con la seguridad de estos judíos fieles. Muchos han intentado poner en claro a esta teoría con sólidas evidencias de su posible veracidad. Entre ellos estaba el reconocido arqueólogo, Dr. Stuart C. Munro-Hay. Con el fin de investigar esta posibilidad, él exploró y escribió de esta contingencia en su libro, Aksum: An African Civilisation of Late Antiquity.[63]
Concluyo esta pauta al decir que estos orígenes son posturas que sostienen ellos. Con todo, añado una nota, simplemente como una apostilla informativa: Los seguidores del rey Haile Selassie conocidos como los Ras Tafari. “Ras”, la primera parte de su nombre significa “príncipe, cabeza, y respetado líder”, y Tafarí, el segundo nombre del emperador Haile Selassie, en el idioma amhárico, el idioma semítico de Etiopía. Tomando el título de rastafari es una confesión de que uno es seguidor de Ras Tafari Makonnen, aunque él mismo negaba vehementemente ser algún mesías, porque afirmaba ser un cristiano y seguidor de Jesucristo.
2.) La segunda, y más contundente teoría sobre el origen de los judíos etíopes se encuentra en el libro de Ester. En capítulo 1:1, dice que: “… el rey Asuero que reinó desde la India hasta Etiopía sobre ciento veintisiete provincias…” Pero, en el libro de Ester 8:17, dice:
En cada provincia, en cada ciudad y en todo lugar adonde llegaba el mandato del rey y su decreto había alegría y gozo para los judíos, banquete y día festivo. Y muchos de entre los pueblos de la tierra se hicieron judíos, porque había caído sobre ellos el temor de los judíos… (LBLA).
Guardad en mente que el libro de Ester habla del cautiverio de Judá, y que Hadasa y Mardoqueo eran de la tribu de Benjamín (Ester 2:6-7).
Primeramente, tenemos que conceder el hecho de que había judíos en Etiopía antes de este gran movimiento de proselitismo registrado en el libro de Ester. La lógica dicta que los judíos tenían que estar en Etiopía antes del gran movimiento de proselitismo, porque si no, los prosélitos no habrían sabido lo que era un judío para poder convertirse al judaísmo. Aunque hay otras postulaciones disponibles, este hecho da algo de crédito a las teorías previamente presentadas. Estos primeros prosélitos de Etiopía eran los progenitores de todos los millares de judíos etíopes que encontramos en todo Israel hasta el día de hoy.
Por lo tanto, hallamos al eunuco etíope, hombre de gran autoridad bajo Candace, reina de los etíopes, en el libro de los Hechos 8:26-40 que había subido para adorar en Jerusalén. Este hombre no era un gentil, o un temeroso de Dios, como algunos suponen, sino que era un judío de nacimiento y de, por lo menos, trece generaciones de herencia y pertenencia judaica conforme a Mateo 1:17.
Judíos del Reino del Norte
Aun así, debemos tener en mente que, con la añadida excepción de individuos que, durante las reformas de Ezequías, dejaron sus herencias para volver a Jerusalén para adorar a Jehová, y no a los dioses ajenos de Jeroboam como leemos en 2ª Crónicas 30, todos eran de estas tres tribus. De manera que, también había algunos de los que quedaron con el gentilicio de judíos que eran oriundos del Reino de Israel, y no de Judá. Eran de las tribus de Aser, Manasés, y Zabulón.[64]
Por esto, la profetisa Ana, hija de Fanuel, era judía, aunque era de la tribu de Aser. (Lucas 2:36) “Y había una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Ella era de edad muy avanzada, y había vivido con su marido siete años después de su matrimonio.”
Durante el tiempo del Reino del Norte, su rey más poderoso era Omri. En el séptimo año del reinado de Omri, él compró de Semer el monte de Samaria por dos talentos de plata. También, edificó su palacio en este monte.[65] Omri llamó el nombre de la ciudad que edificó, Samaria, en honor del nombre de Semer, el antiguo dueño de aquel monte (1º Reyes 16:24). De manera que la ciudad capital del Reino del Norte se cambió de Tirsa a Samaria, y así se quedó.
Por esto, en el Nuevo Testamento los sobrevivientes del Reino del Norte, que, como sabemos, eran descendientes de los hijos de Jacob del Reino de Israel, eran conocidos, simplemente, como los samaritanos. Era el gentilicio que indicaba Samaria, la ciudad capital del Reino del Norte antes de su caída. Eran hijos de Israel, pero no eran judíos. Con todo, eran herederos de la promesa del Mesías. Por esto Cristo se presentó y predicó a ellos.[66]
Nazaret, y toda la región del lago de Genezaret no era del Reino de Judá, sino del Reino de Israel. Cuando el Reino del Norte cayó ante los asirios en el año 721-22 a.C., éstos comenzaron a llenar la tierra que fue prometida a los hijos de Israel con otras naciones.
El rey de Asiria llevó a los israelitas de Samaria y puso en su lugar a otra gente de Babilonia, Cuta, Ava, Jamat y Sefarvayin. Ellos ocuparon las ciudades de Samaria y vivieron ahí. (2 Reyes 17:24 PDT)
Sin embargo, debemos tener en mente que no todos los habitantes del Reino de Israel fueron deportados permanentemente (2 Reyes 17:24-34). Un buen número fueron repatriados específicamente para enseñar al pueblo que el rey de Asiria había enviado para ocupar la tierra cómo adorar a su dios. Recordad que el Reino de Israel no se reconcilió plenamente con el Señor, de manera que su adoración era una religión híbrida de la adoración a Jehová y prácticas paganas. Estas etnias no desaparecieron, y los samaritanos tampoco se mezclaron del todo con ellos. Se quedaron allí con los rastros idiomáticos y culturales de sus orígenes, y sus descendientes todavía ocupaban la tierra en el primer siglo en los días de Cristo.
Ahora bien, los cautivos del Reino de Judá fueron repatriados por el rey Ciro del reino de Persia en el año 539 a.C. (2ª Crónicas 36:23). Siendo que los persas conquistaron a los babilonios que, a su vez, habían conquistado a los asirios, la tierra que pertenecía a las otras diez tribus de Israel ahora pertenecía, y estaba bajo el dominio del rey de Persia.
Está claro que estos judíos repatriados por el rey Ciro también, tuvieron el permiso del rey de los persas para ocupar el territorio que era la heredad de las tribus del norte. De esta manera, no dejaban del todo la tierra que fue una vez prometido a ellos, a las naciones de los gentiles. Estos pueblos ahora estaban ocupando la heredad de las diez tribus del norte que la habían perdido por su constante infidelidad a Jehová. Y todo esto pasó en cumplimiento de las promesas de Jehová cuando dijo:
Si después de haber tenido hijos y nietos, y de haber habitado largo tiempo en el país, os pervertís esculpiendo tallas de ídolos que representen cualquier cosa, y causáis enojo al Señor tu Dios haciendo lo que él reprueba, hoy pongo al cielo y a la tierra por testigos contra vosotros, de que desapareceréis inmediatamente de la tierra que vais a tomar en posesión una vez que crucéis el Jordán, y de que no pasaréis mucho tiempo allí sin que seáis aniquilados por completo. El Señor os dispersará entre las naciones y no quedaréis más que unos pocos en medio de esas naciones a las que el Señor os deportará. (Deuteronomio 4:25-27 BLP)
Aunque los judíos eran celosos para no mezclarse con los gentiles, era imposible evitarlo. Debían tener algunos tratos cotidianos con ellos, como en los negocios, las cuestiones públicas y la política. Entre estos gentiles había griegos, siro-fenicios, romanos, descendientes de los asirios, y los otros pueblos ya mencionados. Por supuesto, con todos los pueblos y etnias en la región, era un mundo polígloto. Se hablaba el arameo y el hebreo, y también el griego y el latín se oían comúnmente, entre otros idiomas.
De hecho, dos de los apóstoles tenían nombres griegos: Andrés y Felipe. Tres veces Juan,[67] en su Evangelio, llama a Tomás,[68] Dídimo,[69] una traducción literal del hebreo (arameo) al griego que significa, “gemelo”. Aunque podría haber sido que muchos no dominaban del todo los idiomas extranjeros, no les era cosa extraña oír, entender, o hablar algo de estas lenguas.
Esta influencia de las otras culturas e idiomas se alcanzaba a ver en los nombres como he ilustrado con los ejemplos de Andrés, Felipe y Dídimo. Podemos ver otro ejemplo cuando se refería a Simón, el hermano de Andrés, como Pedro o Céfas, cambiando así su apodo de un idioma a otro con una facilidad natural. Simón es su nombre hebreo (-שׁמעון) traducido al griego (Σίμων). En hebreo es “Shimon”, o “Shimeón”.
La verdadera pronunciación de “Céfas” es “Kēphas” (Κηφᾶς), una palabra de origen caldeo, pero muy semejante a la palabra hebrea “kef” (כּף) que significa “roca, o hueco en una roca.” Un poco más adelante, hablaremos del nombre de Juan Marcos, que lleva los mismos rasgos que menciono aquí.
De vuelta a las “Marías”
He explicado todo esto para ilustrar que ocupar diferentes nombres, o el mismo nombre en diferentes idiomas, como Saulo y Pablo, o Silas y Silvano,[70] era una práctica común. De manera que, para ver una familia que pusiera los nombres de sus hijos en diferentes idiomas, aunque tuviera el mismo significado, no era nada atípico.
En el libro de Rut, Noemí,[71] en su luto, decía a la gente que le llamaran por el sobrenombre de Mara: “Y ella les dijo: No me llaméis Noemí, llamadme Mara, porque el trato del Todopoderoso me ha llenado de amargura.” (Rut 1:20)
En nuestro caso, estamos hablando de hermanas de una familia de esta región que llevaban nombres derivados de la palabra “Mara”[72] (מרים).[73] En los diferentes idiomas que se utilizaban en la región, este nombre era distinto. Se podría decir María, del griego y del latín, o Miriam y Miryam[74] del hebreo o arameo. O, simplemente, se podría utilizar el nombre de Mara, y tener en su traducción al griego, en este sentido, el mismo nombre, porque estaba interpretando su implicación o significado.
De la misma manera, aquí en España, tenemos el nombre de María, Dolores, y hasta Angustias. (¡Vaya!) Con todo, desde el hebreo-arameo, tenemos como fuente de la raíz del concepto de estos nombres; el nombre de Mara. Hacemos, principalmente, lo mismo con los nombres de casi todos los personajes de la Biblia el día de hoy con el castellano. Jesús no se llamaba “Jesús, sino “Yeshua.” No obstante, hoy, todos le conocemos así, le amamos, y le servimos, aunque le hayamos conocido por un nombre por el cual no era conocido en Su día ni en Su nación. Por esto, Miryam (Miriam) siempre nos aparece para nosotros como María.
Lo que tenemos con este nombre es que el autor ha utilizado la versión del nombre más popular de la lengua en que estaba escribiendo, el griego con su influencia romana-latina. De manera que siempre salía María en la traducción del griego al castellano. Hasta lo mismo pasaba, a veces, con la traducción del nombre desde el hebreo con la influencia de la Septuaginta: “Y María[75] la profetisa, hermana de Aarón, tomó un pandero en su mano, y todas las mujeres salieron en pos de ella con panderos y danzas.” (Éxodo 15:20 RVR1960).
Esta versión del nombre está tomada directamente del latín. En la Vulgata, este versículo se lee así: “sumpsit ergo Maria prophetis soror Aaron tympanum in manu egressaeque sunt omnes mulieres post eam cum tympanis et choris” (Éxodo 15:20 Vulgata Latina)
No obstante, sin la influencia de la Septuaginta o la Vulgata Latina, tenemos: “Entonces la profetisa Miriam, (Miryâm)[76] hermana de Aarón, tomó una pandereta, se puso al frente, y todas las mujeres la siguieron, danzando y tocando sus panderetas.” (NTV)
Así que, para contestar la pregunta que surge de Juan 19:25 ¿Cómo vamos a tener a dos hermanas con el nombre de María? Tomando en cuenta la región en que vivían y la historia sociocultural de esta zona, podemos ver que era un lugar multiétnico y políglota. Que las personas de la misma familia tenían nombres que venían de distintos idiomas, y que se tenía que entender el significado de la raíz del significado de un nombre, siendo el mismo nombre, es diferente en los diversos idiomas de la región.
De vuelta al camino a Emaús
Después de haber pasado esta indispensable información de trasfondo, vuelvo al propósito de mencionar a Cleofas y Miriam (o sea, María, o Miryam). Creo que es menester hacer la pregunta de ¿Por qué Cristo tomó el tiempo para manifestarse a personas que parece que las Escrituras nunca han mencionado hasta ahora, y que deja la impresión de que tampoco los vemos después? Claro es que eran discípulos, y sabemos que Cristo apareció a más de quinientos discípulos después de Su resurrección.[77] Pero ¿Por qué mencionar a ellos particularmente?
Sabemos que apareció personalmente a su medio hermano Jacobo. El resultado de esta aparición fue que Jacobo llegó a ser uno de los líderes poderosos de la iglesia primitiva, y el autor del primer libro del Nuevo Testamento.
La respuesta del caso de Cleofas y Miryam se encuentra en el simple hecho de que eran los tíos del Señor Jesucristo. Se llamaban Cleofas Zebedeo, y Miriam Salomé, y eran parte de su familia terrenal. Y, como he mencionado, el hijo de esta pareja, Simeón, el hijo de Clopás, llegó a ser el que dirigió la iglesia de Jerusalén después del martirio de Jacobo.[78]
Capítulo 5
Juan Marcos
La relación entre Juan Marcos y José de Chipre
Antes que podemos hablar de la relación entre Marcos y José de Chipre, debemos saber quién es José. La primera vez que lo encontramos en las Escrituras, es presentado simplemente como José, un levita oriundo de Chipre. Inmediatamente, se manifiesta su corazón misericordioso y compasivo. Podemos ver, también, su amor a Dios y Su obra cuando vendió una heredad que estaba en su posesión, y entregó su precio a los apóstoles para el uso de la obra en Jerusalén (Hechos 4:36-37).
Viendo esto, los apóstoles le honraron con el sobrenombre arameo, Bar Nebuah, o sea, Bernabé. De allí en adelante, solamente le conocemos por este apodo. Bar Nebuah significa “hijo del profeta” o “hijo de la profecía”, pero la iglesia lo interpretó con la aplicación de “Hijo de consolación”. Este sobrenombre era más un título que un apodo, porque podemos ver que era una clara indicación de sus cualidades de consolador y de predicador. Está claro que los líderes de la iglesia de Jerusalén le habían escuchado predicar a Cristo y exponer las virtudes de las Escrituras. A fin de cuentas, era un levita, y la ley de Moisés declaró que su familia estaba apartada para el servicio del Señor en el Templo. Así que, es entendible que habría tenido un buen conocimiento de la Palabra de Dios.
La iglesia de Antioquía,[79] también, reconoció el don ministerial que tenía. (Hechos 13:1) “En la iglesia de Antioquía eran profetas y maestros Bernabé; Simeón, apodado el Negro; Lucio de Cirene; Manaén, que se había criado con Herodes el tetrarca; y Saulo…” (NVI). Es interesante notar que Bernabé es el primero que mencionan en esta lista. Creo que esto es una indicación de que él era la persona que tenía el don ministerial sobresaliente en la iglesia en ese tiempo.
En cuanto a ser un consolador, lo podemos ver cuando Saulo, que había estado predicando en Damasco después de su conversión, tuvo que salir a causa de las amenazas de muerte en contra de su vida. Se dispuso a volver a Jerusalén y unirse con los discípulos allí, pero ninguno le recibió hasta que Bernabé le tomó para presentarle a la iglesia.
Cuando Saulo llegó a Jerusalén, quiso reunirse con los creyentes; pero todos le tenían miedo, porque no creían que él también fuera creyente. Sin embargo, Bernabé lo llevó y lo presentó a los apóstoles. Les contó que Saulo había visto al Señor en el camino, y que el Señor le había hablado, y que, en Damasco, Saulo había anunciado a Jesús con toda valentía. (Hechos 9:26-27 DHH)
Cuando Bernabé fue comisionado por la iglesia de Jerusalén para supervisar la obra en Antioquía, la Biblia nuevamente indica que “Bernabé era un hombre bueno, lleno de fe y del Espíritu Santo, así que una gran multitud se agregó para seguir al Señor...” (Hechos 11:24 RVC). Bernabé reconoció que el don que tenía Saulo para enseñar a Cristo desde las Escrituras podría ser bien empleado en la iglesia de Antioquía, y de mucha edificación para el pueblo de Dios en esta ciudad. Por lo tanto, Hechos 11:25 dice que Bernabé salió rumbo a Tarso y buscó a Saulo para que le ayudara en la obra. Y, fue allí, bajo la dirección del ministerio de Bernabé, que a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía (Hechos 11:26).
Al final de Hechos capítulo 11, el profeta Agabo recibió una palabra profética de que una hambruna venía sobre la tierra. Los hermanos de Antioquía determinaron enviar una ofrenda a la iglesia de Judea. Es una especulación de mí parte, pero viendo la generosidad y corazón bondadoso que Bernabé ya ha tenido con la iglesia de Jerusalén en el pasado, él muy bien podría haber sido la persona que ofreció la sugerencia de enviar una ofrenda de parte de la iglesia de Antioquía a Jerusalén. Decidieron enviar la ofrenda por medio de las manos de Bernabé y Saulo.
Cuando se cumplió el tiempo de su ministerio en Jerusalén, y llegó la hora de volver a Antioquía, ellos llevaron consigo a Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos.
Bernabé, hacedor de líderes
Poco tiempo después de su regreso, vino una palabra profética que decía que Bernabé y Pablo tenían que ser apartados para la obra misionera, y Pablo salió bajo el reconocimiento del ministerio de Bernabé:
Ministrando pues éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra para la cual los he llamado. Entonces habiendo ayunado y orado, y puesto las manos encima de ellos, los despidieron. (Hechos 13:2-3 JBS)
Bernabé y Saulo eran explícitamente aptos para la obra a que Dios les había llamado, porque ambos nacieron y se criaron en países extranjeros, y estaban acostumbrados a vivir y transitar entre los gentiles.
Como hemos dicho, Bernabé era de Chipre. Chipre era una isla que, en los días de Marcos, tenía más de mil años de historia. La pequeña isla tiene más de cien yacimientos arqueológicos que datan entre 3000 a.C. y 2500 a.C. En este tiempo, la isla, por medio de sucesivas invasiones, llegó de ser el hogar de los hititas, fenicios, griegos, asirios, persas, egipcios, romanos, y árabes. La isla era (y sigue siendo) un punto de encuentro de Asia, África, y Europa, y todos estos lugares dejaron las huellas de su presencia allí y, por ende, también en sus habitantes.
Saulo, o Saulo Pablo, era de Tarso, la ciudad capital de la provincia romana de Cilicia, que se hallaba en la costa sur de Asia Menor. El día de hoy, toda esta región está en el país de Turquía. Esta comarca tenia las mismas características que la isla de Chipre puesto que, siendo un lugar de una historia escrita larga, era multiétnico y pluricultural. Siendo un natural de Cilicia, Saulo Pablo, también, era un ciudadano romano de nacimiento, y Pablo es su nombre romano.
Este llamado era una confirmación de lo que el Señor le dijo el día en que entregó su vida:
Pero levántate, y ponte sobre tus pies; porque para esto te he aparecido, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto, y de aquellas en que me apareceré a ti, librándote de este pueblo y de los gentiles, a los cuales ahora te envío, para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados. (Hechos 26:16-18 RVG)[80]
Juan Marcos los acompañó en la primera parte de este viaje, pero pronto abandonó su puesto y volvió a Jerusalén (Hechos 13:13).
Posteriormente, en Hechos capítulo 15, decidieron hacer un segundo viaje misionero para hacer un trabajo de consolidación a las obras que habían establecido. Bernabé quería dar una segunda oportunidad a Juan Marcos, pero Pablo opinaba que todavía no estaba listo para ir a la obra con ellos. De manera que Bernabé llevó a Juan Marcos a Chipre, y Pablo llevó consigo a Silas. Solamente podemos especular sobre cuándo la iglesia en Chipre fue establecida, pero Bernabé es considerado el fundador de la obra allí. El nacimiento de esta iglesia bien podría haber sido el fruto de este viaje misionero con Juan Marcos.
Siendo que, en los viajes anteriores, el ministerio comisionado era el de Bernabé, porque él ya tenía su sello de bendición, aprobación y apoyo de la iglesia de Antioquía, ahora, le tocaba a Pablo la comisión de su propio ministerio. Por lo tanto, ahora vemos que la iglesia le da a él su propia encomienda oficial de parte de la iglesia, y, como he dicho, él escogió llevar a Silas consigo. Ahora, gracias a la bendición del ministerio y discipulado de Bernabé, Pablo tiene su propio ministerio y un establecido reconocimiento como líder en la iglesia.
Estoy de acuerdo con John Piper en su criterio de la virtud de Bernabé.[81] Porque, también, a mi parecer, José de Chipre es famoso en las Escrituras por ser un hacedor de líderes. Como hemos visto, dos líderes y héroes notables que fueron formados por su discipulado o influencia directa: Saulo de Tarso y Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos. Y, estoy seguro, que si supiéramos más detalles de su historia, encontraríamos una plétora más de líderes que fueron el fruto de su vida y ministerio. De esta manera, sostuvo su sobre nombre bien merecido, de Bernabé, Hijo de Consolación.[82]
Sabemos que Juan Marcos era un pariente de Bernabé.[83] Pero, quiero recalcar que aquí no pretendo ser dogmático sobre el tema de este punto. Simplemente quiero presentar el argumento que favorece la relación de tío materno y sobrino entre Bernabé y Juan Marcos. Entiendo el punto de vista académico que se inclina a favor de la interpretación que dice que la relación entre ambos era de primos, y reconozco la posibilidad de que muy bien pudiera ser así. Pero, como muchas cosas en nuestro ámbito teológico, también hay fuertes pautas que favorecen la interpretación que sostengo. Y, en beneficio y edificación para todos, las presento aquí.
La Biblia Cambridge para colegios y universidades, en su primer comentario publicado por la prensa universitaria de Cambridge del Reino Unido, extrajo esto de este pasaje:
… María la madre de Juan, cuyo sobrenombre era Marcos.] Esta María era la hermana de Bernabé, como aprendemos en Colosenses 4:10, donde Marcos es llamado el hijo de la hermana de Bernabé. Esta relación explica la manera con que el tío, Bernabé se apegó a su sobrino, aun cuando su compañero, Pablo reusó a tener a Marcos como compañero para el segundo viaje misionero.[84]
El término griego de Colosenses nos ayuda entender con un poco más de nitidez la relación exacta entre Bernabé y Juan Marcos porque, al decir Pablo, “… el primo de Bernabé…”, o, “el sobrino de Bernabé”, él usó la palabra griega “anepsios” (ἀνέψιος). Esta palabra significa “hijo de una hermana”, pero también podría ser utilizado como “primo”.
El mundo académico está históricamente divido sobre la aplicación de la palabra “ἀνέψιος”. Como he dicho, existen argumentos sólidos para ambas interpretaciones, y ambas glosas explican las actitudes y acciones tomadas por José en el libro de los Hechos; cuales cosas veremos más adelante.
Uno de los argumentos más fuertes para tomar la postura de la interpretación de “primo” es el uso de la palabra “ἀνέψιος” en la Septuaginta en Números 36:11, “pues Maala, Tirsa, Hogla, Milca y Noa, las hijas de Zelofehad, se casaron con los hijos de sus tíos.”[85]
Hay un caso en que eruditos como de John Gill en su, Exposición del Antiguo y Nuevo Testamentos,[86] apoya la idea de que es mejor interpretado “sobrino”, al llamar a María la hermana de Bernabé. Robert Jamieson, Andrew Robert Fausset, y David Brown en su histórico comentario, “Jamieson-Fausset-Brown Comentario de la Biblia”, también, se inclinan hacía la traducción de sobrino.[87]
También, los traductores del Vulgato traducen Colosenses 4:10 con la palabra latina “consobrinues[88]”, es decir, “sobrino”. De las tres posibles interpretaciones de “consobrinus” o “consobrini”, la primera, es decir, la más dominante en su uso franco es el de “sobrino”.
Otros académicos como el Dr. Robert Plummer,[89] erudito del griego koiné, y profesor de la interpretación del Nuevo Testamento, y el Dr. Mark Strauss,[90] el a profesor del Nuevo Testamento de la Universidad Bethel afirman que Juan Marcos es el sobrino de Bernabé.
De la misma manera, el Dr. Albert Barns, en su comentario, Apuntes sobre el Nuevo Testamento: Exegético y práctico, Vol. I – Mateo y Marcos,[91] también es de la escuela de que Marcos era el hijo de la hermana de Bernabé.
Muchos de los traductores históricos del libro de Los Hechos de los Apóstoles en el castellano apoyaron la interpretación de que su aplicación correcta era sobrino.
… y Marcos, el sobrino de Bernabé (acerca del cual habéis recibido mandamientos; si fuere a vosotros, recibidle), (Colosenses 4:10 RV 1909)
… y Marcos, el sobrino de Bernabé… (Col. 4:10 BDJ)
… Marcos, el sobrino de Bernabé… (Col. 4:10 RV-BRG)
… Marcos el sobrino de Bernabé… (Col. 4:10 RVG)
Es interesante leer el criterio del respetado Dr. Marvin Vincent acerca de Colosenses 4:10,[92] diciendo que él prefiere la traducción de la palabra “primo”, alegando que la aplicación del uso de la palabra “sobrino” es, históricamente, más reciente.
Al examinar las traducciones en inglés (el idioma natal del Dr. Vincent) encontré que, por lo menos, ocho de diez de las traducciones afirman su declaración. Sin embargo, al hacer las mismas comparaciones en el castellano, he encontrado que lo contrario es verdad. Porque la aplicación de “primo” se encuentra en casi todas las traducciones más recientes, y “sobrino” en las más antiguas. Como en los siguientes ejemplos:
… Marcos, el primo de Bernabé... (Colosenses 4:10 CST)
… Marcos, el primo de Bernabé… (Col. 4:10 LBLA)
… Marcos, el primo de Bernabé… (Col. 4:10 DHH)
Como estos ejemplos, son más abundantes las traducciones modernas que toman esta postura. Así que es legítimo que el debate continúe en relación con cuál sea la traducción correcta.
En lo particular, una de las evidencias más convincentes para mí es el hecho de que la palabra “ἀνέψιος” es la palabra que se usa para la raíz de sobrino, y no primo, en su uso en el inglés. El inglés es un idioma desarrollado con raíces del griego, latín, lenguas germánicas y anglosajonas. Los filólogos ingleses, en el desarrollo de las disciplinas y reglas del idioma, escogieron “ἀνέψιος” para el uso de la palabra “nephew” (que sería pronunciado: “νέψιυ”), es decir, ‘sobrino’.
Aunque podemos seguir especulando de una manera orbicular al estudiar la palabra “ἀνέψιος” miópicamente, la palabra no fue utilizada en un vacío histórico y situacional. Por lo tanto, el proceder correcto sería hacer una exégesis de todo lo que concierne a Marcos, José y todas las otras personas y situaciones involucradas para entender, acertadamente, su contexto y uso correcto.
Mi último comentario sobre este tema es desde una perspectiva completamente personal, y no una afirmación académica. Es que, percibo que podemos observar la relación que tienen Bernabé y Marcos, y las situaciones en que están involucrados no tanto con una relación entre primos. Desde una perspectiva de una relación familiar, creo que descubriremos que se ve mucho más como la relación de un miembro de familia de mayor edad actuando como mentor a un familiar más joven. O sea, se parece más como una relación entre un tío con su sobrino. No parece que fuera tan recíproco como entre primos que podrían tener menos separación en cuanto a sus edades.
Ahora bien, admito que esta pauta tampoco niega la posibilidad de una relación entre primos semejante a la de ellos. Podemos dar otro ejemplo bíblico de una situación semejante: El caso de Mardoqueo y su prima Hadasa. No obstante, es normal y lo más correcto que un hombre, aunque sea un primo, sea más cuidadoso, protector y vigilante sobre el bienestar de un miembro femenino de su familia, especialmente de una más joven tal como era Hadasa con Mardoqueo. En esto, encontramos una pequeña, pero no tajante diferencia.
Así que, después de haber contemplado esto, seguiremos adelante para ver otras relaciones en la vida de Marcos. Con ellas haremos el esfuerzo para entender mejor el contexto bíblico y situacional de lo que leemos de estos importantísimos personajes del Nuevo Testamento.
Capítulo 6
La madre de Juan Marcos
Hemos abarcado varios temas en que hemos tenido que hablar de la madre de Juan Marcos, y con ellos, hemos aprendido mucho de su persona. No obstante, aunque sea de forma de resumen, es menester hablar de ella en su propia pauta.
Sabemos de Hechos 12:12, que el nombre de su madre era María. Siendo que tenía, por lo menos, un hijo, Juan Marcos, y que era un miembro respetado de la iglesia, y en buen estado con su familia, podemos asumir una de dos cosas:
- ) Que estaba casada.
- ) Que era viuda.
En cuanto a la segunda posible condición de María, de que era viuda, tenemos que reconocer que la Biblia tiene un gran respeto para las viudas. Éxodo 22:22 dice: “A ninguna viuda ni huérfano afligiréis…” (RVG). En la iglesia primitiva, había un ministerio establecida para asegurar el cuidado y respeto a todas las viudas. He aquí, por esto tenemos el establecimiento del ministerio del diaconado en Hecho 6.[93] Tenemos un mandato paulino de honrar a las viudas en 1ª Timoteo 5:3: “Honra a las viudas que en verdad son viudas,” (JBS). Santiago 1:27, también, da una exhortación semejante: “La religión pura y verdadera a los ojos de Dios Padre consiste en ocuparse de los huérfanos y de las viudas en sus aflicciones, y no dejar que el mundo te corrompa…” (NTV).
Quiero tomar a Zerúa, la madre de Jeroboam, como ejemplo para ilustrar esta atención especial y gran respeto que la Biblia presta a las viudas. Aunque después de mencionarla en 1 Reyes 11:26, la Biblia nunca vuelve hablar de ella. Su hijo, Jeroboam, llegó a ser el primer rey del Reino del Norte: “También se rebeló contra el rey Salomón uno de sus funcionarios, llamado Jeroboán hijo de Nabat. Este Jeroboán era efrateo, oriundo de Seredá; su madre se llamaba Zerúa, y era viuda…” (NVI).
Aunque el hijo de Zerúa tomó la decisión de ser un rey malvado y rebelde contra Jehová, la Biblia no habla mal de ella. Podemos ver este patrón de respeto a través de toda la Biblia.
La palabra hebrea para “viuda” es “‘almânâh”, y se menciona cincuenta y cinco veces en el Antiguo Testamento. La palabra “viuda” en el griego es “chēra” (χήρα), y se encuentra veintisiete veces en el Nuevo Testamento. Así que, de todos los casos que sabemos, cuando una mujer era viuda, casi siempre se hace mención o alude a este detalle para que no falte ninguna cosa significativa con respeto a esta mujer.
Un ejemplo de una alusión a la viudez, y no un comentario directo, es la encomienda que Cristo dio al apóstol Juan desde la cruz en Juan 19:26-27:
Jesús, al ver a su madre y, junto a ella, al discípulo a quien tanto quería, dijo a su madre: — Mujer, ahí tienes a tu hijo. Después dijo al discípulo: — Ahí tienes a tu madre. Y desde aquel momento, el discípulo la acogió en su casa. (BLP)
La viudez hubiera sido un detalle importante de la madre de Juan Marcos si ella, en verdad, era viuda. Sin embargo, no sugiere ningún detalle semejante de ella cuando la menciona por nombre la primera vez; y su hijo resultó ser un gran siervo de Dios. Siendo que este detalle falta de la descripción de María, la madre de Juan Marcos, creo que bíblicamente, podemos asumir que no era viuda, sino que estaba casada.
Con mi conclusión sobre el estado civil de María, la madre de Juan Marcos, de que estaba casada y no viuda, también quiero presentar mi postura de que el mismo Simón Pedro era su esposo, y padre biológico de Juan Marcos. Y, dicho esto, de aquí en adelante daré fundamento a mi argumento.
En cuanto a su casa mencionada en Hechos 12:12, como hemos dicho anteriormente, siendo que tenían unos centenares de años con estas costumbres, las familias ya habían comprado propiedades (heredades) para alojarse durante sus estadías en Jerusalén. Y, como es normal, algunos habían acumulado más que otros.
También, como hemos indicado, es creído que María era la hermana de José de Chipre. (Nuevamente afirmo que, si María era hermana de Bernabé, Marcos era su sobrino.) Esto indica que María, también, era de Chipre. Sabemos que Bernabé vendió una heredad para ofrendarla a la iglesia. Pero, no indica que era la única heredad que tenía. Algunos opinan que la casa donde se encontraba en Hechos 12 era otra propiedad de su familia.
El día de hoy, muchos académicos judíos in Israel creen que la casa de Simón Pedro en Capernaúm, en realidad, era la casa de su suegra. No soy de esta ideología, yo creo que era su casa, y que su suegra vivía con él en su vejez y viudez. No obstante, sigue siendo un pensamiento interesante, y es una pauta que apoya mi punto de que la prosperidad de la familia de Bernabé es una idea, o un hecho bien contemplado entre los teólogos e historiadores bíblicos. También, hay una fuerte posibilidad de que la casa podría haber sido la propiedad de la familia de Simón Pedro. En todo caso, el hecho de que Pedro consideró que esta casa era el primer lugar donde tenía que ir después de haber escapado de la cárcel y la muerte, es una evidencia que conocía muy bien el lugar.
Pero, la cuestión de la cual quiero hablar aquí no es la propiedad, sino, ¿Cómo fue que Simón, hijo de Jonás de Capernaúm, se haya casado con María de Chipre?
Quiero contestar esto con una ilustración:
Comencé mi ministerio aquí en España en los finales de la década de los ochenta, y principio de los noventa del siglo pasado. (¡Vaya! Suena como si fuera hace un milenio.) En aquel entonces, los evangélicos éramos menos que la décima parte de un por cien de la población de cuarentaicinco millones de habitantes. Yo pastoreaba una iglesia de como treinta personas, que tenía casi puros jóvenes. La mayoría de ellos eran chicas solteras.
Eran tan pocas iglesias que, para evitar los yugos desiguales, una de las únicas maneras que los jóvenes podrían encontrar cónyuges era los congresos juveniles, y otras reuniones de iglesias de distintas partes de las provincias, o de la nación. A veces, se podría ver cosas como parejas casadas en que el esposo era del País Vasco y la esposa de Cádiz, o el esposo de Barcelona y la esposa de Las Islas Canarias. ¿Cómo? Fue por medio de los congresos juveniles.
Ahora, toma en consideración la situación de los judíos de la región de Galilea. Hay muchos pueblos, y algunas ciudades, pero, para la familia común, la vida cotidiana se centraba, principalmente, en los mismos pueblos. Sin mencionar:
- Los peligros de ladrones en el camino,
- Los medios de transporte disponibles,
- Los caminos de su día,
- La distancia promedio entre los pueblos,
- El tiempo que tomaba de caminar de un lugar a otro con toda la familia,
- Los gastos involucrados, y,
- Lo inconveniente a causa de una plétora de otros detalles logísticos involucrados;
No era normal salir e ir a otro pueblo solamente para pasear, como sí es normal el día de hoy. Tenía que ser algo con motivos mayores. Los mercaderes eran los que más transitaban de un lugar a otro, pero esto era para ganarse la vida. Sin embargo, los agricultores, ganaderos, carpinteros, alfareros, tejedores, y otros oficios comunes, por necesidad, tenían una vida más sedentaria.
Esto presentaba una situación problemática cuando venía la hora de conocer a otras familias que no eran parientes, para buscar cónyuges para sus hijos, para no casarse entre las mismas familias generación tras generación. Por lo tanto, cuando llegaba la hora de buscar una esposa para tu hijo, o tener los ojos abiertos para una buena familia y esposo para tu hija, un desplazamiento distante era la opción más viable. El viaje más oportuno y espiritualmente saludable era uno de los viajes a Jerusalén para una de las fiestas celebradas anualmente allí.
Todas las familias fielmente religiosas celebraban una u otra fe las fiestas can frecuentemente que les fuera posible. Esto, entre las más favorables de las condiciones solamente podrían ser, quizás, una vez al año, y esto, muy bien hecho. Pero, por la gran mayoría, que no era por la falta de un deseo sincero, pero financieramente esto presentaba un verdadero desafío para muchas familias. No obstante, estas familias, desde su liberación del cautiverio de Babilonia, y el establecimiento de las sinagogas y la enseñanza sistemática de la Ley de Moisés, los Escritos, y los Profetas, hicieron cada esfuerzo de cumplir con estos viajes y ser fieles.
Las buenas familias judías desde donde quiera que la diaspora había esparcido los descendientes de Judea, ellos volvían para celebrar la Pascua (Pesach), la Fiesta de los Tabernáculos (Sukkot), o cualquier de las otras fiestas santificadas por un Sabbat. Muchas de estas familias se encontraban con situaciones muy semejante para cónyuges para sus hijos en los pueblos y ciudades donde vivían.
En algunos de los lugares de la diáspora fuera de las regiones de Judea y Galilea, el problema era aún peor, porque pueblos idólatras y paganas que adoraban a dioses diabólicos rodeaban las pequeñas comunidades judaicas. Así que, era razonable que estas familias hubieran venido para adorar, y con las esperanzas de entablar unas buenas relaciones con otras familias de judíos fieles.
Con estas familias podrían establecer convenios de matrimonio para sus hijos que tenían, o se acercaban a las edades de matrimonio con otras buenas y fieles familias judías. Por lo tanto, es evidente que, durante una de estas fiestas santificadas, que las familias de José y María de Chipre hicieron un pacto de matrimonio con la familia de Jonás de Capernaum de la región de Galilea.
De manera que, en una de estas fiestas, es evidente que la familia de José y María de Chipre hizo un pacto de matrimonio con la familia de Jonás de Capernaúm, de la región de Galilea.
El punto final que quiero dar para este capítulo; He trabajado en países y con culturas en que los matrimonios arreglados es la norma. Una de las condiciones que ellos buscan es un nivel de acomodo económico de la familia con que se hace el pacto. En otras palabras, si la familia de María de Chipre era bien acomodada, su padre no hubiera buscado hacer un convenio con una familia que luchaba para comer, y que no tenía sustancia financiera. Tenía que ser, por lo menos una familia con medios equivalentes. Así que, la familia de Simón tenía que haber tenido alguna sustancia para pactarse con la familia de María de Chipre.
Un detalle importante es el dote, o sea, lo que vulgarmente se llama, el precio de la novia. Esto no es la compra de una esposa, sino la manifestación de que uno puede proveer para su esposa y familia. Es una muestra e indicación de medios económicos. Consecuentemente, el dote y el valor de lo que se ofrece, debe ser igual al nivel de la vida de la familia de la novia, o mejor por ofrecimiento de la familia del novio.
Capítulo 7
La relación entre Juan Marcos y Pablo
Pablo no cambió su nombre al abrazar la fe en Jesucristo como Mesías de Israel y Salvador de los gentiles, ya que, como todo romano de la época, tenía un praenomen[94] relacionado con una característica familiar (Saulo, su nombre judío, que etimológicamente significa ‘invocado’, ‘llamado’), y un cognomen, el único usado en sus epístolas (Paulus, su nombre romano, que etimológicamente significa ‘pequeño’ o ‘poco’).[95]
Trasfondo
El libro de los Hechos nos dice que, después de la muerte de Esteban, la iglesia en Jerusalén experimentó una diáspora de su congregación. Aunque no era intencional de parte de la iglesia, fue la manera que usó el Espíritu Santo para comenzar con el cumplimiento de la gran comisión que Cristo había dejado a la iglesia en Hechos 1:8: “… pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo; y me seréis testigos, a la vez, en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.” (RVG)
Después del Día de Pentecostés, la iglesia experimentó un gran y hermoso avivamiento, y miles fueron añadidos al pueblo de Dios. No obstante, la bendición no fue con el propósito de que la iglesia celebrara una fiesta continua con unos y otros, sino para otorgar a los creyentes el poder de llevar el Evangelio a todas las demás personas del mundo. Marcos 16:15-18 dice:
Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que crea y sea bautizado será salvo; pero el que no crea será condenado. Y estas señales acompañarán a los que han creído: en mi nombre echarán fuera demonios, hablarán en nuevas lenguas; tomarán serpientes en las manos, y aunque beban algo mortífero, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán las manos, y se pondrán bien. (LBLA)
No obstante, Hechos 11:19 nos informa que:
Después de la muerte de Esteban, comenzaron a perseguir a los creyentes, por lo que algunos tuvieron que huir a Fenicia, Chipre y Antioquía. Allí anunciaron a los judíos el mensaje del evangelio, pero no a los demás. (DHH)
Acordaos, que Esteban era uno de los diáconos griegos llamados a servir y ministrar a las viudas griegas (Hechos 6:1-5).
Pero con la rápida multiplicación de los creyentes, empezaron las murmuraciones. Los que sólo hablaban griego se quejaban contra los de habla aramea, de que sus viudas sufrían discriminación en la distribución diaria de los alimentos. Para solucionar el problema, los doce convocaron a todos los creyentes a una reunión, y les dijeron: ―Nosotros debemos dedicarnos a predicar y no a administrar el programa de alimentación. Por lo tanto, hermanos, seleccionen de entre ustedes a siete hombres sabios, llenos del Espíritu Santo y que gocen de buena reputación, y pongámoslos al frente de este trabajo. Así podremos nosotros dedicarnos a orar y a proclamar la Palabra. La asamblea en pleno aprobó la recomendación. Eligieron a Esteban, varón lleno de fe y del Espíritu Santo, y también a Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Parmenas y Nicolás, un converso de Antioquía. (NBV)
La persecución que siguió tras la muerte de Esteban se desencadenó, mayormente, sobre los judíos griegos. Hechos 8:1 dice:
Y Saulo estaba de completo acuerdo con ellos en su muerte. En aquel día se desató una gran persecución en contra de la iglesia en Jerusalén, y todos fueron esparcidos por las regiones de Judea y Samaria, excepto los apóstoles. (LBLA)
No debemos pensar que Lucas nos estaba diciendo que Jerusalén quedó abandonado de creyentes, y solamente quedaron los doce apóstoles escuchando a los grillos cantar. Antes bien, de una manera general los creyentes griegos sí que tuvieron que abandonar Jerusalén para salvar sus vidas.
Con todo, había algunos celosos y atrevidos de Chipre y Cirene (de Libia, África) que hablaron a todos los que tenían oído.
Y de ellos había unos varones ciprianos y cirenences, los cuales cuando entraron en Antioquía, hablaron a los griegos, anunciando el Evangelio del Señor Jesús. Y la mano del Señor era con ellos; y creyendo, gran número se convirtió al Señor. (Hechos 11:20-21 JBS)
Al leer esto, tienes que considerar que la mayoría de los que salieron de Jerusalén eran judíos griegos, tal como era Esteban el mártir, y el diácono Felipe, ahora haciendo la obra de evangelista en Hechos 8:4-5: “Pero los que fueron esparcidos, iban por todas partes predicando la palabra. Entonces Felipe descendió a la ciudad de Samaria, y les predicaba a Cristo...” (RVG).
Así que, podemos asumir que estos Judíos que fueron esparcidos eran judíos helenistas que, gozosamente habían llenado la iglesia en Jerusalén. Tengo que creer que ellos hablaron a griegos temerosos de Dios, o sea, gentiles incircuncisos, que estaban en las sinagogas escuchando la enseñanza de la Ley de Moisés, pero, aún no eran prosélitos circuncidados. Estos testimonios de la extensión del Evangelio en la región de Antioquía llegaron a la iglesia de Jerusalén, y enviaron a Bernabé para investigar y averiguar el asunto.
Bernabé, viendo la tremenda obra de Dios in Antioquía, decidió que Saulo podría ser un instrumento idóneo para la edificación de la iglesia en aquella ciudad. De manera que salió a Tarso en busca de él, le encontró, y le llevó para servir en la iglesia en Antioquía.
Bernabé, Pablo, y Juan Marcos
Unos años después, fueron enviados a Jerusalén para cumplir una encomienda de parte de la iglesia de Antioquía. Ellos tenían la misión de entregar una ofrenda importante para ayudar a los creyentes necesitados en Judea. Al volver a casa, Bernabé y Saulo llevaron con ellos a Juan Marcos, (Hechos 12:25).
De todo lo que sabemos de él, era la primera vez que Juan había salido de su ambiente natal. Él había vivido toda su vida en la región de Galilea, y Judea. Pero, hay una cosa muy importante que debemos considerar, y es que María, su madre, y Bernabé, su tío, hermano de su madre, eran judíos de Chipre y estaban muy acostumbrados a estar alrededor de los gentiles. Y, como ya lo hemos mencionado, también, Saulo nació y se había criado en un país donde se encontraban judíos de la diáspora.
No obstante, Marcos era un judío nacido en la tierra que los romanos decidieron llamar Palestina, y toda su vida había vivido solamente en presencia de los judíos. A los gentiles los veía de lejos y, como era costumbre, los veía como inmundos. Seguramente, él nunca había estado dentro de la casa de un gentil, y un gentil nunca había estado en su casa. Esta información del trasfondo de Juan Marcos es muy útil para entender eventos en su vida que provocaron su abandono y su período de separación de Pablo.
La conclusión lógica que tengo por el abandono de Marcos de la obra es que sufrió de un caso de choque cultural. Es algo que casi todos los misioneros han sufrido en un u otro grado en los primeros años de sus ministerios. Aunque las regiones de Judea y Galilea eran pluriculturales, los cambios radicales de localidad, etnias, una inmersión repentina y total, sumado a todo lo demás, dieron lugar a una situación sicológica inesperada y demasiado difícil de asimilar para el joven discípulo.
El choque cultural es un tema complicado para todos los misioneros. A veces, es más complicado ajustarse a una cultura semejante que a una que es radicalmente distinta. Lo he oído descrito como algo semejante a cambiar los muebles, repentinamente, en la casa de un invidente.
Parte de este choque cultural era el conflicto de los conceptos de su crianza entre los judíos puristas, y la obligación que ahora tenía de tratar diariamente y convivir con gentiles incircuncisos como si fueran sus hermanos y semejantes. Con todo, si ministraba con su tío y Pablo, esto iba a ser su nueva realidad.
Con esto en mente, permitidme pintaros un cuadro de lo que el pobre Marcos podría haber pasado. Marcos estaba en los primeros pasos de su formación ministerial y madurez espiritual. Los cambios que estaba experimentando resultaron ser demasiado difíciles para tolerar en la etapa en que se encontraba en su vida, y en el desarrollo de su ministerio.
Después de haber estado en Antioquía por un buen tiempo, y todavía en el proceso de ambientarse a este cambio sociocultural, vino la palabra profética en Hechos 13:2 que separó a Bernabé y Saulo para la obra. Juan Marcos salió como discípulo de su tío, José Bernabé. Y así, se juntó oficialmente como parte del equipo de Bernabé y Saulo Pablo en su primer viaje misionero para predicar el Evangelio (Hechos 13:5).
Este fue el comienzo de otra etapa completamente nueva para la vida del joven Juan Marcos. Salió con su tío y su fiel compañero y discípulo Saulo para llevar el evangelio a los gentiles. En un principio, en su mente, todo era una idea muy romántica y una aventura emocionante.
De Antioquía salió a corta distancia a la ciudad de Seleucia, y después a Chipre. A lo mejor, esto le emocionó también, porque tenía familia allí. No obstante, siendo la primera vez que él había estado en el mar abierto, se dio cuenta que no era lo que esperaba. ¡Este no era como el Mar de Galilea! Juntamente con esto, el choque cultural y la añoranza de casa comenzó a asentarse en el joven corazón de Juan Marcos. Todo era extraño, y todos eran extranjeros. Estaba llegando a conocer a Pablo y, a lo mejor, le parecía un poco austero.
También, su tío parecía diferente al verle en estos ambientes foráneos. ¡Con qué facilidad se mezclaban con las gentes de otras naciones que no conocían a Dios en estos países, lejos de su hogar! ¿No se sentía inmundo con tantos contactos y roces con estos gentiles? Le mareaban los olores en los mercadillos de carnes cocidas de cerdo, cangrejos, y otras bestias inmundas, tanto terrestres como marítimas. Asimismo, le repugnaba ver a los gentiles comer estos animales con tanto gusto.
Cuando llegaron a Chipre, le dio algo de gusto al ver sus primos, judíos ortodoxos. Pero, los vio en su ambiente natural chipriota, rodeados por todos lados por personas completamente paganas, y totalmente a gusto con estas situaciones como si fueran algo normal. El colmo de la pesadilla surgió cuando llegaron a Pafos, y salió a su encuentro un judío. ¡Pero este judío era un brujo! Peor todavía, el brujo se llamaba, Barjesús (el Hijo de Jesús). Este judío apóstata andaba con un procónsul romano que se llamaba Sergio Paulo, un varón culto y prudente (Hechos 13:4-12).
Sergio Paulo deseaba escuchar la Palabra de Dios, y llamó a Bernabé y a Saulo para hablar con ellos. En su esfuerzo de extender al Evangelio ampliamente, a través de su influencia positiva sobre la vida de este varón importante, Bernabé y Pablo entablaron una estrecha amistad con él. Esto, seguramente, involucraba ir a su casa y, posiblemente, comer con él. Sergio Paulo quería escuchar la Palabra de Dios, pero Elimas, o sea, Barjesús, reprobado por su herejía, se opuso a todos los esfuerzos de Bernabé y Pablo de ministrar la Palabra de Vida a este hombre. Se presentaba continuamente para poner tropiezo ante Sergio Paulo.
A Marcos le vino a la cabeza lo que le pasó a su padre, Pedro, cuando él fue a la casa de Cornelio, un centurión romano. Pero, por lo menos, Cornelio era un hombre temeroso de Dios, que estaba acostumbrado, dispuesto, y acoplado a todo lo que pertenecía a Judea y los judíos.
Con todo, Pedro solamente fue después de experimentar una visión tres veces para convencerle, y diciéndole lo que tenía que hacer. El resultado de su visita y ministerio con Cornelio fue que todos recibieron el bautismo con el Espíritu Santo, y todos hablaron en lenguas y glorificaron a Dios. Y, aun así, la iglesia en Jerusalén regañó a su padre. Difícilmente, se tranquilizaron después de escuchar todo lo demás del hermoso testimonio de la obra de Dios con Cornelio y sus familiares y amigos (Hechos 11:1-3).
Sin embargo, en este caso, un judío hereje sale a su encuentro acompañado por un romano que no sabía nada del judaísmo. Esto era el colmo, y sumado a todo lo demás, era más que el pobre joven podía aguantar. Tristemente, Marcos abandonó la obra con estos valientes pioneros del evangelio y volvió a casa (Hechos 13:13).
Después de una gira misionera exitosa, volvieron a la iglesia madre en Antioquía y testificaron de cómo Dios había abierto la puerta para ministrar a los gentiles con tanto éxito, (Hechos 14:26-27). Con todo, una polémica surgió con algunos de Judea que no aceptaron que la justificación por medio de la fe era suficiente para la conversión de los gentiles. Alegaron que era necesario que pasaran todo el procedimiento de proselitismo de circuncisión para hacerse judíos del todo. Pablo y Bernabé razonaron que la justificación por la gracia, y la fe en Cristo era el paso completo para recibir la plena provisión de Dios para la salvación (Hechos 15:1-2).
Así que, nuevamente, la iglesia de Antioquía comisionó a Pablo y Bernabé, juntamente con otros ancianos de su congregación, para subir a Jerusalén para hablar de este asunto con los apóstoles. Así es como se realizó el primer concilio de la iglesia con el resultado de que Jacobo juzgó que Pedro, Pablo y Bernabé tenían la razón.
Una carta fue escrita y entregada a Pablo y Bernabé para leerla a todas las iglesias que alcanzaban a los gentiles para Cristo. Además, para dar un poco más de autoridad a la carta, y como una prueba del respaldo total de los apóstoles, mandaron a Judas y Silas con ellos. Estos dos eran profetas de la congregación de Jerusalén (Hechos 15:27-35). Aparentemente, estando en Jerusalén, encontraron a Juan Marcos, y él volvió a Antioquía con ellos.
Después de un tiempo, Judas estimó que era su hora de volver a Jerusalén, pero a Silas le pareció bien quedarse en Antioquía y seguir con su ministerio allí. Durante este tiempo, nació en el corazón de Pablo volver a ministrar y confirmar las iglesias que habían establecido en su primer viaje misionero. Estando de acuerdo Bernabé, quiso llevar con ellos a Juan Marcos. Y, como ya sabemos, Pablo juzgó que Marcos aún no estaba preparado para salir con ellos, y que Silas era un candidato más maduro y preparado para la obra. Bernabé se mostró firme. Aseveraba que Marcos era un buen discípulo, y que estaba dispuesto a ser corregido y adiestrado para acoplarse para esta clase de ministerio.
Así que, aunque estaban en desacuerdo en cuanto a tener a Marcos como parte de su equipo, se pusieron de acuerdo que era mejor que Bernabé tomara a Marcos para trabajar con él, y hacerle apto para la obra. La verdad era que aun Bernabé reconoció que él tenía que tomar mucho más tiempo para desarrollar al joven Marcos, pero estaba seguro de que toda su inversión en su vida iba a valer la pena, y que un día Marcos iba a ser un instrumento de gran valor en las manos de Dios. Con todo, Pablo tenía la carga inmediata de las obras nuevas, que eran el fruto de su primer viaje. Por lo tanto, él iba a llevar a Silas.
La iglesia estuvo de acuerdo con la decisión que tomaron y, siendo que Bernabé ya tenía su aprobación y comisión, él tomó a Marcos y navegó a Chipre. De esta manera, ahora Pablo recibió su propia comisión de parte de la iglesia, estableciendo así su propio ministerio (Hechos 15:40).
Bernabé hizo bien en llevar a Marcos a Chipre, porque allí comenzó su formidable formación bajo la tutela de su tío. Su labor fue claramente la verdadera obra de Dios. Uno de los frutos es que, posteriormente, vemos a Juan Marcos trabajando nuevamente con Pablo. Estuvo con él hasta el punto de sufrir las penalidades de la prisión juntamente con él en Roma. En el libro de Filemón, una carta escrita desde la cárcel, Pablo escribió en el versículo 24: “… y también de Marcos, Aristarco, Demas y Lucas, que me ayudan en el trabajo…” (DHH).
Asimismo, en Colosenses 4:10, un versículo que hemos visto ampliamente en este estudio, Pablo da una recomendación en la que manifiesta su sincero amor hacia Marcos, y su plena aprobación de la eficacia de su ministerio. También, reconoció el fruto del ministerio del amado tío de Marcos, Bernabé, diciendo: “Aristarco, mi compañero en la prisión, os saluda, y Marcos, el sobrino de Bernabé (acerca del cual habéis recibido mandamientos; si fuere a vosotros, recibidle…)” (JBS).
Tan eficaz fue su tiempo de discipulado con Bernabé, que Pablo pidió a Timoteo que trajera a Marcos con él, porque era “útil” para la obra. 2ª Timoteo 4:11: “Sólo Lucas está conmigo. Trae a Marcos cuando vengas, porque me ayudará en mi ministerio…” (NBV).
Capítulo 8
La relación entre Simón Pedro (Cefas) y Juan Marcos
“La iglesia que está en Babilonia, la cual Dios ha escogido lo mismo que a ustedes, les manda saludos, y también mi hijo Marcos.” (1ª Pedro 5:13 DHH)
“Al darse cuenta de esto, Pedro se fue a casa de María, la madre de Juan, llamado también Marcos, donde muchas personas estaban reunidas en oración.” (Hechos 12:12 DHH)
Aunque anteriormente hemos asignado a Pedro la paternidad biológica de Juan Marcos, quiero dedicar esta sección para ultimar todos los detalles que matizan lo que creo que es un hecho bíblico.
Afirmo el hecho de que creo que Simón Pedro, también, era el padre espiritual de Juan Marcos. Esto no nos debe extrañar, porque es de esperar de un padre cristiano sea, también, el sacerdote de su hogar, el mejor ejemplo y el héroe más grande a los ojos de sus hijos. Por lo menos, así es como debe ser, y así creo que fue con este amado apóstol.
En mi caso, yo soy el padre biológico y el padre espiritual de mis hijos. Y, tampoco es cosa anormal. Todos conocemos familias cristianas cuyos hijos resultan ser grandes siervos del Señor, y apuntan a sus padres como la fuente principal de su discipulado, y ejemplos encarnados de un sincero siervo del Señor. ¿Por qué no debemos de esperar ver esto entre los personajes y protagonistas del Nuevo Testamento?
Está claro que el apóstol Pedro era un hombre casado, al igual que los otros apóstoles. Aquí, vale la pena repetir la Escritura: “¿Acaso no tenemos derecho a llevar con nosotros una esposa creyente, así como los demás apóstoles y los hermanos del Señor y Cefas?” (1ª Corintios 9:5 LBLA).
En este peldaño, simplemente quiero recalcar que la confirmada relación entre Pedro y Marcos es evidente. Papias obispo de Hierápolis,[96] Ireneo,[97] Justino Mártir,[98] Clemente de Alejandría,[99] Eusebio de Cesarea,[100] Tertuliano,[101] y Orígenes atribuyeron el Evangelio de Marcos a Pedro.[102] Todos, históricamente, e irrevocablemente afirman la relación estrecha entre Pedro y Juan Marcos. Esto ya lo hemos visto y lo tenemos claro.
Pedro tuvo una influencia sobre Marcos de tal manera que muchos, tal como Orígenes, se refieren al Evangelio de Marcos con el nombre del Evangelio de Pedro. Podemos decir de Marcos que, aparte de la posible observación del joven en Marcos 14:51-52, los Evangelios no hacen más mención de Juan Marcos como testigo ocular de la vida de Cristo de manera confirmada.
Dice así el versículo: “Y cierto joven le seguía, cubierta su desnudez con una sábana; y los jóvenes le prendieron. Mas él, dejando la sábana, huyó de ellos desnudo...” (Marcos 14:51-52 RVG).
Aun así, quisiera presentaros la postura que afirma acertadamente que este joven en Marcos 14 es el mismo Juan Marcos, dando testimonio él, y el apóstol Pedro con él, de su presencia en el suceso. No es atípico que un autor de un evento bíblico se refiera a sí mismo en la tercera persona, y en varias ocasiones en las Escrituras podemos ver este estilo literario hebraico de escribir y expresarse.
Podemos comenzar con Moisés con sus expresiones que, para mí, a veces son muy graciosas. Por ejemplo:
(Éxodo 2:2) “La mujer quedó embarazada y tuvo un hijo, y al verlo tan hermoso lo escondió durante tres meses.” (NVI)
(Números 12:3) “Moisés era un hombre muy humilde; no había sobre la tierra otro más humilde que él.” (BLP)
Otro ejemplo es el apóstol Juan que lo hace, por lo menos, cinco veces en su Evangelio:
(Juan 13:23) “Uno de sus discípulos, el que Jesús amaba, estaba a la mesa reclinado en el pecho de Jesús.” (LBLA)
(Juan 19:26) “Y cuando Jesús vio a su madre, y al discípulo a quien Él amaba que estaba allí cerca, dijo a su madre: ¡Mujer, he ahí tu hijo!” (RVC)
(Juan 20:2) “Entonces corrió, y vino a Simón Pedro, y al otro discípulo, a quien amaba Jesús, y les dijo: Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto.” (RVG)
(Juan 21:7) “Dijo entonces aquel discípulo, al cual amaba Jesús, a Pedro: El Señor es. Entonces Simón Pedro, cuando oyó que era el Señor, se ciñó la ropa, porque estaba desnudo, y se echó al mar.” (JBS)
(Juan 21:20) “El discípulo preferido de Jesús estaba siguiendo a Jesús y a Pedro. Ese discípulo era el mismo que había estado cerca de Jesús en la cena de la Pascua, antes de que Jesús fuera clavado en la cruz, y era también el que le había preguntado a Jesús quién lo iba a traicionar.” (TLA)
Y, finalmente, encontramos, por lo menos, un ejemplo de este estilo con el apóstol Pablo:
(2ª Corintios 12:1-5) “Me veo obligado a jactarme, aunque nada se gane con ello. choquea las visiones y revelaciones del Señor. Conozco a un seguidor de Cristo que hace catorce años fue llevado al tercer cielo (no sé si en el cuerpo o fuera del cuerpo; Dios lo sabe). Y sé que este hombre (no sé si en el cuerpo o aparte del cuerpo; Dios lo sabe) fue llevado al paraíso y escuchó cosas indecibles que a los humanos no se nos permite expresar. De tal hombre podría hacer alarde, pero de mí no haré alarde sino de mis debilidades.” (CST)
No obstante, si Marcos es el hijo físico de Pedro, como los apóstoles casados viajaban con sus familias, es normal que Marcos, siguiendo a su padre, hubiera estado presente en varias de las enseñanzas de Cristo. Estas enseñanzas se recalcaron con la relación que Marcos tenía con Pedro y el tiempo que habría pasado con él. Esto, muy bien, podría incluir la noche en que Cristo fue entregado.
No es difícil creer que Juan Marcos, el hijo biológico de Simón Pedro, era el joven en Marcos 14:51-52. Esta es la razón que él es el único que lo menciona. Él estaba allí acompañando a su padre, o lo había seguido de lejos, porque quería estar con él, y ser como él.
Lo que sabemos de Simón Pedro
Primeramente, sabemos:
- Que su padre se llamaba Jonás.[103]
- Que tenía una suegra (Mateo 8:14) (Marcos 1:30) (Lucas 4:38).
- Si tenía una suegra, es innegable que tuvo una esposa, tal y como leemos en 1ª Corintios 9:5.
En cuanto a Jonás, el padre de Simón, no sabemos nada. No obstante, sí sabemos que tenía suegra. Los tres sinópticos mencionan a la suegra de Simón: Mateo 8:14-15; Marcos 1:30-31; Lucas 4:38-39. Siendo que nuestro enfoque principal es Marcos, quiero citarle a él. Porque, en este caso, él estaría hablando de su propia abuela.
La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y en seguida se lo dijeron a Jesús. Él se le acercó, la tomó de la mano y la ayudó a levantarse. Entonces se le fue la fiebre y se puso a servirles. (CST)
Ahora bien, podemos aprender varias cosas de su suegra en base a este:
(1) Podría haber sido una oriunda de Chipre. No obstante, si era originalmente de la región de Galilea, se había casado con un judío ortodoxo y practicante de Chipre, y se mudó a esta isla para hacer su vida con su esposo chipriota. Fue en esta isla donde nacieron sus hijos.
(2) Que era la madre de, por lo menos, dos hijos. Su hija estaba casada con Simón, hijo de Jonás. Y, su hijo José (Bernabé), por lo menos durante el tiempo del registro bíblico que tenemos de él, era soltero.[104]
(3) Que era una mujer que venía de una familia con recursos materiales. ¿Cómo podemos asumir esto? Su hijo, José Bernabé, vendió una propiedad que le fue dejada en herencia, y la regaló a la iglesia.
(4) Que, muy probablemente, era una viuda. Podemos ver en el libro de Rut 1:3-8, que a una viuda joven le quedaba la posibilidad de volver a la casa de sus padres. Este no era el caso de las viudas mayores de edad. Tenemos el primer mandamiento con promesa, Éxodo 20:12, “Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da…” (RV1960).
Estas viudas se quedaban al cuidado de los hijos casados, o sus hijas casadas. La ley de Moisés les dio la responsabilidad de cuidar de sus padres en su vejez. En el Nuevo Testamento, la iglesia primitiva tomó el cuidado de las viudas un paso más adelante. Podemos verlo en Hechos 6.
Con todo, podemos ver los consejos del apóstol Pablo de cómo manejar el cuidado de las viudas que estaban al cuidado y cargo de la iglesia local en 1ª Timoteo 5:3-16. En el versículo 16, tenemos una instrucción que viene a nuestro caso:
Si alguno, o alguna de los creyentes tiene viudas, manténgalas, y no sea gravada la iglesia; a fin de que pueda ayudar a las que en verdad son viudas… (RVG).
Las viudas, que en verdad eran viudas, eran las mujeres que se habían quedado solas, y sin más familia.
En 1ª Timoteo 5:8, en este mismo contexto del cuidado de las viudas, Pablo dijo: “Aquellos que se niegan a cuidar de sus familiares, especialmente los de su propia casa, han negado la fe verdadera y son peores que los incrédulos...” (NTV). Decía que eran peores que los incrédulos porque, aun los paganos tenían la costumbre de cuidar a las viudas de sus familias.
(5) Ahora bien, si Pedro tuvo una suegra, el siguiente paso lógico es que, también, tuvo esposa. Y como una familia judía normal del primer siglo, no es nada inconcebible considerar que hubiera tenido hijos. ¿Y por qué no, si en 1ª Pedro 5:13, Simón Pedro dijo que Juan Marcos era su hijo? Con esto, tengo que preguntar, ¿por qué es tan difícil para la iglesia protestante creer y reconocer que Juan Marcos era, literalmente, el hijo físico de Pedro, si no fuera por la superstición religiosa que prohíbe tal pensamiento?
Alguien podría hacer la pregunta: “Pero, Pablo también llamó a Timoteo su hijo. ¿No podrían estar utilizando el término de la misma manera como ‘un hijo espiritual’?” Sí, por supuesto, y la pregunta es legítima. Sin embargo, sabemos que Pablo estaba hablando metafóricamente por el hecho de que él era un reconocido soltero. Además, Pablo dijo claramente que Timoteo era su “… verdadero hijo en la fe…” (1ª Timoteo 1:2).
Sin embargo, este no es el caso de Pedro. De manera que no tenemos por qué asumir automáticamente tal postura con él, siendo él un hombre casado. Es más, es de lo más natural y lógico que hubiera tenido un hijo.
Nuevamente, afirmo que, a causa de la mencionada influencia católica (con la idea de que las personas santas no se casan, ni tienen hijos, ni jamás tienen relaciones sexuales, porque eran santos), son muchos los que no están cómodos con la idea de que Marcos podría ser literalmente el hijo de Pedro. Pero, la palabra griega que emplea en este versículo es “uihos” (υἱός), que, aunque siempre lo han tomado como hijo en el sentido metafórico, no hay un motivo lingüísticamente hablando para tomarlo así en el caso de Pedro. Porque la palabra significa, literal y simplemente, “hijo”.
También, sabemos que Pedro era el dueño de una casa en Capernaúm, y que su suegra vivía con él. “Cuando Jesús llegó a la casa de Pedro,…” (Mateo 8:14 NTV). No dice, “Cuando Jesús llegó a la casa de la suegra de Pedro.”
Esto quiere decir que la casa de Pedro en Capernaúm era de buen tamaño, y valiosa por el pueblo en que vivían. También, es un buen indicio que Pedro era un hombre cuyo oficio proveía lo suficiente para suplir las necesidades de su familia y para apoyar, también, a su suegra que, como hemos dicho, muy posiblemente había quedado viuda.
Fred H. Wight, en su libro, Usos y Costumbres de las Tierras Bíblicas, dice de las casas de la región y de los días de Cristo:
Si se va a construir una casa de dos piezas, el oriental no las pone lado a lado, como lo haría un occidental. Más bien el ancho de una pieza se deja entre las dos, y se construye una pared entre los extremos, y como resultado de este arreglo, la casa tiene un patio abierto. Si el constructor desea hacerla de tres piezas, entonces una pieza substituye a la pared al extremo del patio y entonces habrá tres piezas en derredor del patio. Sí va a haber más de tres piezas en la casa, las piezas adicionales se añaden a aquellas en el lado, agrandándose así el patio.[105]
Con la evidencia de Hechos 12:12, es muy probable que la casa donde llegó Pedro en Jerusalén, la casa de María, madre de Juan Marcos, era de la familia de Bernabé y María. Esta casa era una propiedad que quedaba de la herencia a María de su padre fallecido, y su padre, aparentemente, era un hombre pudiente. Somos muchos los que, de una u otra manera, llegamos a la misma conclusión.
Por ejemplo, William Webster y William Francis Wilkinson, en su obra clásica, El Testamento griego con notas gramaticales y exegéticas; Volumen 1, dicen de Hechos 12:12:
María debería haber tenido una casa de algunas impresionantes proporciones para recibir un grupo de tal tamaño. Y de acuerdo con esto, también leemos que su hermano Bernabé (Colosenses 4:10) era una persona de sustancia (Hechos 4:37). Ella también debería haber sido una persona distinguida por su fe y valentía para permitir una reunión tal con amenaza de la persecución sobre sus cabezas.[106]
Los doctores Robert Jamieson, Andrew Robert Fausset, y David Brown en su comentario sobre Hechos 12, dan eco a esta indicación con casi las mismas palabras.[107]
Y, finalmente menciono a Marcus Dods, William Burt Pope, y Philip Schaff en su “Comentario popular del Nuevo Testamento”, quienes afirman:
Creemos que María era la hermana del famoso Bernabé de Chipre…, quien, en los primeros días de la existencia de la iglesia, vendió una porción de su propiedad y lo regaló a los apóstoles (Hechos 4:36-37), y que presentó a Pablo a los apóstoles en Jerusalén (Hechos 9:27). Esta familia, evidentemente, era una de considerables bienes económicas y materiales…[108]
Vemos que, en la ley de Moisés, las mujeres, o sea, las hijas de una familia no podrían quedar exentas de la distribución de las herencias.[109] Yo no creo que Bernabé vendió la herencia de su hermana, sino que él vendió lo que su padre le había dejado a él. Él era soltero e hizo lo que quería con su porción de la herencia. Pero, su hermana escogió utilizar su porción de la herencia, no solamente para su familia, sino que también, para la obra del Señor.
Nuevamente, tenemos que pensar que estas personas eran iguales que tú y yo con sus vidas familiares y cotidianas.
Yo sé que esta parte es hipotética para nosotros, pero vamos a contemplar esta situación un poco más.
Una realidad para Pedro, y una situación hipotética para nosotros
Si como fiel creyente, esposo, y padre de familia, te meten en la cárcel para ejecutarte el día siguiente por tu testimonio como seguidor de Cristo, después de haber ejecutado a un íntimo compañero y a otro líder de la congregación apenas unos días antes, ¿qué harías? ¿Qué harían los hermanos de tu congregación con tu familia si esto te pasara?
Por lo menos, ha sido mi experiencia, y lo he visto incontables veces con otros, que los hermanos estarían atendiendo a tu esposa e hijos, orando con ellos, cuidándoles, animándoles, y consolándoles. Hasta puede ser que harían una velada de oración en tu casa y con tu familia tal como vemos en Hechos 12.
Sabiendo esto, Pedro salió de la cárcel y se fue directamente a su casa, donde los hermanos de la iglesia estaban orando con su familia y ministrándoles. Esto no nos debe extrañar. No obstante, sí nos debería extrañar si él, al salir de una situación de vida y muerte, el primer lugar al que pensara ir fuera la casa de otra mujer.
La razón por la que digo esto es que, al despedirse de ellos, mandó palabra a Jacobo y a los otros hermanos, pero nada a su familia (Hechos 12:17). Para mí, es lógico que no mandara palabra a su familia, porque estaba con ellos. También, era de lo más lógico que, bajo tales circunstancias tan peligrosas, fue por lo que los líderes de la iglesia no estaban en un mismo lugar, y era necesario mandar palabra a ellos para que supieran que Dios le había librado milagrosamente.
Todos estaban en espera del evento eminente de su ejecución que Herodes tenía planificado para Pedro. Al ser librado milagrosamente e irse directamente a su casa es un procedimiento completamente normal para un hombre fielmente casado y con hijos. Tenemos que considerar que no dice explícitamente de que se fue con su familia, simplemente es así porque este no es el estilo literario en que está escrito el libro, y es cosa que se da por sentado. Sin embargo, para el lector aquellos días, acostumbrado a la forma literaria del libro, era entendido de que era así.
Mi pregunta ahora es, ¿por qué tenemos que desvincular a Pedro de su vida matrimonial y familiar? ¿No sería por las influencias que he mencionado en los capítulos anteriores?
Marcos en Getsemaní
Marcos es el único evangelista que menciona al joven que estaba en Getsemaní en Marcos 14:51-52. Yo creo que, al comentarlo, lo único que añade al relato es para subrayar la idea de que el autor tenía conocimiento personal del incidente. Yo sé que hemos visto este versículo tres veces antes en esta monografía. Pero, esta vez, quiero enfocarme en el uso de una palabra en particular para recalcar un punto importante.
Dice el versículo:
Un joven que los seguía solamente llevaba puesta una camisa de noche de lino. Cuando la turba intentó agarrarlo su camisa de noche se deslizó y huyó desnudo. (NTV).
Empero un mancebillo le seguía cubierto de una sábana sobre el cuerpo desnudo; y los mancebos le prendieron: Mas él, dejando la sábana, se huyó de ellos desnudo. (RVA)
Hay como dos o tres traducciones al castellano en que podemos notar que la palabra joven, u otras formas de esta palabra, se utiliza dos veces en este versículo. Es porque en el griego aparece dos veces. La primera vez está en directa referencia al joven vestido con la camisa de noche, o como la mayoría de las traducciones lo ponen, una sábana.[110] La segunda vez, se usa en referencia a los soldados. ¿Por qué?
Esta palabra “joven” en el griego es la palabra “neaniskos” (νεανίσκος) “joven”. Pero, hay dos aplicaciones y derivaciones de este sustantivo. Es que esta palabra, también, proviene de otra palabra griega “neanias” (νεανίας) que es alguien entre niño (pequeño) y joven… un adolescente, o sea, un chico de cómo trece años. La segunda palabra es, “νεανισκοι” (neaniskoi), y la implicación de la palabra es una persona con menos de cuarenta años.
En este versículo, el primer uso es el de “neaniskos”, que conlleva la inferencia de “neanias”: que el muchacho era un adolescente.[111] En el griego, la segunda palabra es “neaniskoi” (νεανισκοι). La RVA hace muy bien hacer notar la distinción del uso de la palabra “neaniskos”, con la inferencia de la implicación de “neanias”, cuando ocupa la palabra “Mancebillo” para el joven en la sábana.
En cambio, utiliza “Mancebos” en referencia a los soldados, dando a entender, simplemente, hombres de menos de cuarenta años. Por esto, muchas de las traducciones simplemente no utilizan la palabra “jóvenes” cuando mencionan a los soldados. Es porque los traductores entendieron que los soldados eran apreciablemente mayores de edad que el muchacho vestido de su camisa de noche, pero no los consideraban como mayores de edad en cuanto a la sociedad y cultura de su día. Para nosotros, con nuestro concepto de la palabra “joven”, no hubiera comunicado la misma idea.
El dilema repentino, pero pasajero de Pedro
Lo que vemos aquí es un muchacho, Juan Marcos, que siguió a su padre de lejos. Puede ser que saliera de su casa a hurtadillas pensando que, ahora que era hombre, quería estar con los hombres verdaderos, y no en la casa con su madre y su abuelita. No obstante, las cosas se pusieron arriesgadas esta noche y, de repente, el joven Marcos se encontraba envuelto en una situación peligrosa. Los otros mancebos armados echaron mano al hijo querido de Simón Pedro.
Al ver esto, Pedro se quedó profundamente turbado. Nunca imaginaba un escenario en que su hijo podría estar en peligro de muerte a causa de sus decisiones. Se evaporó toda su valentía con el calor del susto que le dio al ver esto. Él, sí, estaba dispuesto a morir por Cristo, y hasta defenderle con la espada si fuera necesario. Pero, lo que no había considerado era si estaba dispuesto a sacrificar a su esposa e hijo. Pedro comenzó a pensar que las cosas repentinamente cambiaron, y su sentido de prioridades se había volcado del todo. Su familia estaba en peligro a causa de su afiliación con Cristo. ¿Qué era lo que tenía que hacer en una situación así?
De vuelta al huerto
Con todo, en cuanto a la identidad de este joven, algunos eruditos creen que era el Apóstol Juan (el más joven de los apóstoles), pero Juan no menciona el incidente. Otros creen que era Jacobo (Santiago), el medio hermano del Señor. Aún otros creen que era un joven vecino que vivía cerca del huerto dónde Cristo estaba orando, que se despertó por el tumulto y salió a investigar.
Muchos otros eruditos, entre ellos Dr. Alexander MacLaren (1826-1910) en su obra, “Las Exposiciones de Las Santas Escrituras: Marcos”,[112] y George Alexander Chadwick (1840-1923) en su obra, “El Evangelio de San Marcos”,[113] creen que Juan Marcos mismo es el misterioso joven.
Yo también creo que este joven era Marcos, que salió siguiendo a su padre, mientras su padre seguía a Cristo. Siendo de noche, él estaba vestido (o desvestido) para dormir. El alboroto le despertó, y cuando le quisieron echar mano, logró escapar vestido en su ropa interior.
Yo creo que Marcos describió el incidente sin mencionarse directamente a sí mismo de la misma manera que Juan hizo en su evangelio (Juan 13:22-25) o como el Apóstol Pablo hizo en 2ª Corintios 12:2-3. Yo sé que es especulación mía, pero creo que Marcos dice que el joven estaba cubierto con una camisa de noche porque era una indicación de que el muchacho fue enviado a la cama. Pero, él se escapó de la casa, y salió a hurtadillas para seguir a su padre de lejos con la plena intención de estar con él en el huerto.
Si este Evangelio es, como muchos creen, una narración del apóstol Pedro, sería otro motivo que él mismo hubiera mencionado a su hijo en el Huerto de Getsemaní.
Como he dicho, todos los Evangelios tienen detalles que los otros omiten. Pero, los detalles de este Evangelio dan evidencias de un testigo ocular y que fácilmente se puede identificar como un testimonio personal del autor. En un estudio anterior hablamos de los motivos que Pedro habría tenido para tener tanta influencia sobre la vida y escritos de Marcos. Este es, simplemente, otra indicación de la influencia de Pedro en este libro, y sobre la vida de Juan Marcos, y que son los detalles vívidos de un testigo ocular.
Siguiendo el camino de la deducción lógica
La lógica no es mala. El curso cotidiano y normal de nuestras vidas es guiado por decisiones lógicas. Y, de ninguna manera quiere decir esto que son decisiones carnales y ausentes de la vida y del Espíritu de Dios. Los discípulos vivieron sus vidas enamorados con el Señor, pero esto no quiere decir que vivieron irracionalmente.
Tampoco estoy diciendo que Dios esté atado al raciocinio del hombre. Porque, cuando Pablo escribió a los corintios que, “… la sabiduría de este mundo es necedad para Dios…”, (1ª Corintios 3:19 NTV), él estaba hablando de las filosofías de este mundo que intentan entender la vida sin el Dios verdadero. No estaba hablando del sentido común de la vida.
Si Pedro hubiera tenido un hijo, ¿no crees que habría sido un buen servidor como Juan Marcos? Entendemos que el Evangelio de Marcos es la narración de Pedro a Marcos. Sin embargo, este Evangelio, también, ha sido escrito desde la perspectiva de un observador presencial, y se puede sentir que Marcos está participando vívidamente en su narración.
Si Pedro era, literalmente, el padre de Marcos, esto explica cómo Marcos llegó a ser un testigo ocular de muchos de los sucesos en la vida de nuestro Señor. Él simplemente andaba con su padre mientras su padre seguía al Señor. Marcos era un discípulo de Jesucristo, pero, por supuesto, no era uno de los doce que Cristo apartó para el apostolado. No obstante, como el hijo de Pedro, él era parte del grupo grande de discípulos que siguieron a Jesús.
Conclusión
Quiero finalizar este trabajo con una breve reseña de lo que he presentado en estas pocas páginas.
En la introducción, hablé de las máscaras egipcias, las cuales ahora dan evidencias de una fecha temprana del Evangelio de Marcos. Que el Evangelio de Marcos fue escrito a la mitad del primer siglo. Las fechas que están fijando para la escritura de los manuscritos originales es cerca del año 50 d.C. Esta fecha cae ampliamente dentro de un período de tiempo en que una gran cantidad de los testigos oculares y seguidores presenciales de Jesucristo estaban aún con vida, y habrían entendido plenamente el contexto de todo el relato, tal y como ha sido declarado.
En el capítulo 1, hablé sobre la importancia de este Evangelio, y que sirvió como base para la escritura de Mateo y Lucas. También, presenté la fuerte posibilidad de que Pedro fuera el narrador de su testimonio, mientras que Marcos sirvió como el escribano del testimonio. Destacamos detalles vitales del evangelio como las evidencias de que fue escrito para los romanos y su mentalidad. Concluimos este capítulo con unos indicios históricos y breves detalles de la persona de Marcos.
En el capítulo 2, presenté el argumento bíblico de Santiago 5:17 sobre la humanidad y las vidas naturales de los protagonistas que encontramos como nuestros amados héroes en las Escrituras. También, proporcioné cosas que nos separan del ambiente y la cultura de la Judea del primer siglo. Estas cosas provocan una eiségesis de las Escrituras, en vez de una debida exégesis. Con una mentalidad influida por la eiségesis, es imposible entender lo palpable de la semejanza de las vidas de los que anduvieron con Jesucristo, con nuestra realidad.
Presenté las principales influencias que se han asentado, generalmente, en nuestras mentalidades. Han podido arraigarse en nosotros a causa de, aproximadamente, dos mil años de desvíos y de interferencias ideológicas que han llegado hasta nuestros días. Estos desapegos han venido principalmente de la iglesia católica. Como resultado, han empañado nuestro entendimiento, y cambiado nuestros conceptos de la verdad de la vida real, y las situaciones de los que vivieron el testimonio original del Evangelio.
Al ver acontecimientos históricos que surgieron de decisiones antibíblicas en contra del matrimonio de los siervos de Dios, se puede entender cómo se ha asentado una mentalidad que encuentra difícil aceptar hechos cotidianos de la vida de los personajes bíblicos. Son situaciones simples y comunes de la vida, pero en nuestros días, resultan ser incomprensibles para la iglesia.
Estas cosas hacen difícil imaginar que los siervos de Dios tuvieron familias lo mismo que las tenemos nosotros. Que fuesen maridos normales, padres de familias, primos, tíos y tías, y también, instrumentos para hacer portentosas obras para nuestro Señor. Pensar, de verdad, que eran personas sujetas a pasiones semejantes a las nuestras, como nos dijo Santiago, es casi imposible.
Por esto presenté la historia de la introducción del celibato para los que querían servir a Dios. He dado, de forma documentada, a cómo la iglesia católica afirma que un hombre casado no es apto para administrar la eucaristía. También presenté el argumento bíblico a favor del matrimonio para todos, y que enseñar lo contrario equivalía a enseñar doctrinas de demonios según 1ª Timoteo 4:1-3.
Con todo, la iglesia protestante, aun habiendo rechazado la teología católica, sigue bajo la influencia de más de un milenio de adoctrinamiento con este concepto antibíblico. Claro está que algunos luchan con estos conceptos más que otros, pero la influencia negativa persiste en hostigar las mentes de los evangélicos.
Por lo tanto, he explicado que era menester construir un puente exegético. Sobre todo, desplegar un puente que conecta y nos ayuda a entender el ambiente histórico, sociocultural, geopolítico y filológico en el desarrollo de mi argumento.
En el capítulo 3, hablé del matrimonio en el Nuevo Testamento y la razón de las discrepancias entre las genealogías de Mateo y Lucas. Viendo estas genealogías, hablé de la familia de nuestro Señor Jesucristo, enfocándome sobre las vidas de Jacobo y Judas.
En capítulo el 4, hablé de los tíos del Cristo, y de la identidad de Cleofas, Zebedeo, María, y Salomé. Entré en detalles del ambiente cultural de Judea y la región de Galilea para los judíos del primer siglo.
Asimismo, en el capítulo 5, entré en detalles de la vida y las relaciones que tenía Juan Marcos con otros personajes de los Evangelios y el libro de los Hechos. En este capítulo, hablé principalmente de José de Chipre y su relación con Juan Marcos.
Entrando en el capítulo 6, dialogué de la identidad de la madre de Juan Marcos, y el trasfondo de su vida y familia.
Este discurso condujo al capítulo 7. Aquí, desarrollé la dinámica de la relación que tenía Juan Marcos con el apóstol Pablo. Presenté el caso del choque cultural que sufrió Juan Marcos, y el tierno cuidado y discipulado de su tío José Bernabé para restaurarle al ministerio.
De manera que, con esto llegamos al capítulo 8 sobre la plataforma de todo el argumento que he venido promoviendo exegéticamente. Con ello, he presentado mi argumento de la relación familiar de Juan Marcos con Pedro.
De manera que, quiero hacer una correlación de las conclusiones lógicas a que he llegado con todo lo que ya sabemos de estos personajes ilustres. Primeramente, sabemos que Bernabé era el tío de Marcos. También, entendemos que Bernabé era el hermano de María, y la esposa de Simón Pedro. Además, entendemos que Pedro era el padre de Juan Marcos, y María, la madre de este. Por consiguiente, Bernabé era el cuñado de Pedro. Así que, aquí, trato la consumación del argumento a favor de la paternidad biológica de Simón Pedro de Juan Marcos. También, afirmo, de forma conclusiva, que María, la madre de Juan Marcos era la esposa de Pedro.
Que Dios Padre, Hijo, y Espíritu Santo, sea glorificado siempre, y en todo momento. Que la Palabra de Dios sea honrada y amada, y leída con entendimiento. Y que el pueblo de Dios sea edificado y motivado para amar y servir al Señor eficazmente, y con sabiduría.
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[1] Owen Jarus. Mummy Mask May Reveal Oldest Known Gospel, Live Science – History, January 18, 2015 04:21am ET. https://www.livescience.com/49489-oldest-known-gospel-mummy-mask.html. (Accedido el 01/04/2015)
[2] Laura Clark. Papyrus Found in a Mummy Mask May Be the Oldest Known Copy of a Gospel, Smithsonian.com, January 21, 2015. https://www.smithsonianmag.com/smart-news/papyrus-found-mummy-mask-may-be-oldest-known-copy-gospel-180953962/ (Accedido el 01/04/2015).
[3] Raymond E. Brown. El Evangelio según Juan. Vol. I. Madrid: Ediciones Cristiandad. p. 104. “… ha sido ampliamente aceptada la datación de este papiro en 135-50.”
[4] F.F. Bruce. “The New Testament Documents: Are they Reliable? North Kingston, RI: Kingsley Books; p. 9. 2018.
[5] F.F. Bruce. The New Testament Documents: Are they Reliable? North Kingston, RI: Kingsley Books; p. 6. 2018.
[6] William Hendriksen. Comentario al Nuevo Testamento: El Evangelio según San Mateo, Grand Rapids, MI: Libros Desafío. p. 10. 2003
[7] Eusebio de Cesarea. La Historia de la Iglesia o Historia Eclesiástica (en griego, Ἐκκλησιαστικὴ ἱστορία)
[8] Eusebio, Hist. Eccl., III, 39, 15
[9] Rafael Sanz. Escritura Sagrada, https://rsanzcarrera2.wordpress.com/2007/08/12/marcos-autor-fuentes-externas/. (Accedido el 05/02/2019).
[10] Bob Utley, The Gospel According to Peter: Mark and 1 & 2 Peter, Marshall, TX: Bible Lessons International. 2012.
[11] Divergencias en las diferentes traducciones es causa de las transliteraciones de los traductores del arameo al griego, y de allí, al castellano.
[12] Hechos 13:16 “Pablo se levantó, y haciendo señal con la mano, dijo: Hombres de Israel, y vosotros que teméis a Dios, escuchad”
[13] Jesús Mosterín. Los cristianos: Historia del pensamiento. Madrid: Alianza Editorial 2010:
Durante las épocas de Julio César y de Octavio César Augusto, la población judía aumentó no solo por su crecimiento demográfico, sino también como resultado de un activo y exitoso proselitismo entre los gentiles del ancho mundo helenístico.
En el acercamiento de los gentiles al judaísmo había dos grados. El prosélito (prosélytos) propiamente dicho era un gentil que había abrazado el judaísmo completamente, habiéndose sometido a la circuncisión, y aceptando todas las reglas rituales de la Ley judaica, con lo que pasaba a ser un miembro a parte entera de la sinagoga.
Muchos gentiles se sentían atraídos por las doctrinas judías del Dios único, y se acercaban a la sinagoga y asistían a sus reuniones, pero no se sometían a la circuncisión ni aceptaban necesariamente las reglas de conducta judías en todos sus detalles (referentes, por ejemplo, a la estricta observancia del shabbat, a la comida o a las purificaciones rituales). Se los llamaba temerosos (de Dios), en griego phoboúmenoi (de phobéō, temer) y en latín metuentes (de metuere, temer). Los temerosos de Dios no eran considerados legalmente como judíos, pero ayudaban a la sinagoga y formaban como un reservorio de potenciales prosélitos.
[14] Bob Utley, La Carta a los Romanos: El Evangelio Según Pablo: Romanos. Marshall, TX: Bible Lessons International. 2015. (Trad: P. Cabral & G. Ramos, Eds., R. Gutierrez).
[15] Historia Eclesiástica Libro II Capítulo XV
[16] Historia Eclesiástica Libro IV Capítulo XIV
[17] Historia Eclesiástica Libro VI Capítulo XXV
[18] Bob Utley, The Gospel According to Peter: Mark and 1 & 2 Peter, pgs. 4-5, Marshall, TX: Bible Lessons International, 2012.
[19] J. Warner Wallace, “¿Es el Evangelio de Marcos un Testimonio Temprano del Apóstol Pedro?”, https://coldcasechristianity.com/writings/es-el-evangelio-de-marcos-un-testimonio-temprano-del-apostol-pedro/. 1 de diciembre de 2018. (Accedido el 05/02/2019)
[20] El Serapeum de Alejandría era el producto del sincretismo de las mitologías egipcia y griega. El templo de Serapis estaba en Alejandría, Egipto.
[21] Jonatán, hijo de Gersón, hijo de Manasés (Jueces 18:30); Jonatán, hijo del rey Saúl (1º Samuel 14:1); Jonatán, hijo de Abiatar (2º Samuel 15:27); Jonatán, hijo de Sima hermano de David (2º Samuel 21:21); Jonatán, de los hijos de Jasén (2º Samuel 23:32); Jonatán, hijo del sacerdote Abiatar (1º Reyes 1:42); Johanán hijo de Carea (2º Reyes 25:23); Jonatán, hijo de Jada hermano de Samai (1º Crónicas 2:32); Jonatán, hijo de Sage ararita (1º Crónicas 11:34); Jonatán, hijo de Uzías (1º Crónicas 27:25); Jonatán, tío de David (1º Crónicas 27:32); Jonatán el levita (2º Crónicas 17:8); Jonatán, hijo de Asael (Esdras 10:15); Jonatán, hijo de Semaías (Nehemías 12:35); Jonatán escriba (Jeremías 37:15); Johanán (Jehová ha favorecido) y Jonatán (Jehová ha dado), hijos de Carea (Jeremías 40:8); Y hay, por lo menos, otros cinco no determinados.
[22] Hermanos míos, tomen como ejemplo de sufrimiento y paciencia a los profetas que hablaron en nombre del Señor. Pues, nosotros consideramos felices a los que soportan con fortaleza el sufrimiento. Ustedes han oído cómo soportó Job sus sufrimientos, y saben de qué modo lo trató al fin el Señor, porque el Señor es muy misericordioso y compasivo. Sobre todo, hermanos míos, no juren: ni por el cielo, ni por la tierra, ni por ninguna otra cosa. Cuando digan «sí», que sea sí; y cuando digan «no», que sea no, para que Dios no los condene. Si alguno de ustedes está afligido, que ore. Si alguno está contento, que cante alabanzas. Si alguno está enfermo, que llame a los ancianos de la iglesia, para que oren por él y en el nombre del Señor lo unjan con aceite. Y, cuando oren con fe, el enfermo sanará, y el Señor lo levantará; y si ha cometido pecados, le serán perdonados. Por eso, confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros para ser sanados. La oración fervorosa del justo tiene mucho poder. El profeta Elías era un hombre como nosotros, y cuando oró con fervor pidiendo que no lloviera, dejó de llover sobre la tierra durante tres años y medio. Después, cuando oró otra vez, volvió a llover, y la tierra dio su cosecha. (Santiago 5:10-18 DHH)
[23] Antonio Orozco-Delclós, Celibato Sacerdotal y Eucaristía, Arvo Net (06 noviembre, 2005). http://arvo.net/sacramento-del-orden/celibato-sacerdotal-y-eucaristia/gmx-niv503-con16748.htm. (Accedido el 12/31/2018).
[24] Ibid.
[25] Comentario Personal: No estoy opinando a favor, ni en contra de dicha ley, simplemente registro un dato histórico para mi argumento.
[26] George Long. «Lex Papia Poppaea«. A Dictionary of Greek and Roman Antiquities: 691–692. (1875)
[27] Las Vírgenes Vestales. https://www.imperivm.org/articulos/vestales.html (Obtenido el 02/03/2019 – permiso solicitado)
[28] Maha Ghosananda: Paso a paso, meditaciones sobre la sabiduría de la compasión. Buenos Aires: Lumen, 1995.
[29] Philip Schaff (1819-1893), History of the Christian Church, vol. II: Ante-Nicene Christianity A.D. 100–325, §33, pg. 256. Grand Rapids, MI: Christian Classics Ethereal Library, 1882.
[30] Enciclopedia Católica Online. Primer Concilio de Nicea, Traducido por Juan Ramón Martínez Maurica. L H M. http://ec.aciprensa.com/wiki/Primer_Concilio_de_Nicea. (Accedido el 18/12/2018).
[31] Agustín (Obispo de Hipona), Celibato y Nicolaísmo o concubinato, Historia de la iglesia católica. De Constantino al Concilio de Trento (313 – 1545).
[32] La aprobación del Vaticano de este artículo está en el pie de la página del artículo.
[33] Sandro Magister, Eunucos por el Reino de los Cielos. La disputa sobre el celibato. Noticias, análisis, documentos sobre la Iglesia católica, a cargo de Sandro Magister, Roma. 28 de mayo de 2010. http://chiesa.espresso.repubblica.it/articolo/1343466ffae.html?sp=y. (Accedido el 20/01/2019).
[34] Génesis 12:2; 13:16; 15:13-18; 17:5-10; 17:15-21; 18:9-16; 21:1-3.
[35] También menciona a Tamar, en Mateo 1:3.
[36] David Logacho, La genealogía del Señor Jesús. La Biblia Dice, 06-17-2017. https://labibliadice.org/estudio-biblico/evangelio-segun-lucas/la-genealogia-del-senor-jesus/. (Accedido el 20/01/2019).
[37] (1ª Corintios 7:2-5 NBV) “Pero por lo general es mejor que cada hombre tenga su propia mujer y que cada mujer tenga su propio marido, para evitar caer en pecado. El hombre debe satisfacer los derechos conyugales de su esposa; y lo mismo la esposa respecto de su esposo. La mujer no tiene derecho sobre su cuerpo, porque este le pertenece a su esposo. Tampoco el hombre tiene derecho sobre su cuerpo; pues le pertenece a su esposa. Por lo tanto, no se nieguen el uno al otro, a menos que se pongan de acuerdo, y sólo por un tiempo, para dedicarse a la oración. Pero luego, únanse de nuevo, para evitar que Satanás los tiente, por no tener dominio propio.”
[38] Francis Brown, Samuel Rolles Driver. Charles Augustus Briggs. A Hebrew and English Lexicon of the Old Testament (Brown–Driver–Briggs). 1906. H3290.
[39] F.F. Bruce, Commentary on the Book of the Acts, The New International Commentary on the New Testament. Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 1954.
[40] C. Leslie Mitton, The Epistle of James, Eerdmans Press, Grand Rapids, MI 1966), p. 235, Menciona
sesenta casos.
[41] (1) Judas Iscariote – Mateo 10:4; (2) Judas, Hijo de José y María, medio hermano del Señor – Mateo 13:55; (3) Judas, el hijo de Jacobo – Lucas 6:16; (4) Judas de Galilea – Hechos 5:37; (5) Judas de Damasco – Hechos 9:11; (6) Judas, llamado Barsabás – Hechos 15:22.
[42] Lucas 6:16; Juan 14:22; Hechos 1:13.
[43] Juan 6:71; “Y hablaba de Judas Iscariote, hijo de Simón, porque éste era el que le iba a entregar, y era uno de los doce.”
[44] El “Easton’s Bible Dictionary: New and revised ed.” publicado por T. Nelson and Sons, dice que el nombre “Iscariote” es un gentilicio hebreo que significa: “Oriundo de Queriot.” Queriot era el nombre de dos ciudades en la Biblia. Se mencionan en Amós 2:2, “Enviaré, pues, fuego sobre Moab, que consumirá los palacios de Queriot, y Moab morirá entre el tumulto, entre gritos de guerra y sonido de trompeta.” (RVG). También se menciona en Jeremías 48:24, “contra Queriot, contra Bosra y contra todas las ciudades de la tierra de Moab, las lejanas y las cercanas.” (RVG).
[45] R.V. Tasker. The Gospel according to Saint Matthew. InterVarsity Press. 1961. p. 36
[46] Gálatas 1:19
[47] Κλεόπας
[48] Κλωπᾶς
[49] En griego “Ἰωσήφ” (José – Josef – Joseph). También es necesario observar a Marcos 15:47 “Y María Magdalena, y María la madre de José, miraban dónde era puesto.” Ver para comparar Mateo 27:56 “Entre las cuales estaban María Magdalena, y María la madre de Jacobo y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo.” (RVG).
[50] M.G. Easton, Easton’s Bible Dictionary, Salome. T. Nelson and Sons, London, Edinburgh, and New York. 1894.
[51] William Smith, Smith’s Bible Dictionary, Salome. John Murray Publishers, London, 1863.
[52] Richard R. Losch. All the people in the Bible: An A-Z guide to the saints, William B. Eerdsmans Publications, 2140 Oak Industrial Drive, N.E., Grand Rapids, Michigan, 49505. 2008 (Page 279)
[53] Eusebius of Caesarea, Church History, Book III, ch. 11. “Cómo Simeón dirige la iglesia de Jerusalén después de Jacobo – (XI) Tras el martirio de Jacobo y la inmediata toma de Jerusalén, cuenta la tradición que, viniendo de diversos sitios, se reunieron en un mismo lugar los apóstoles y los discípulos del Señor que todavía se hallaban con vida, y juntos con ellos también los que eran de la familia del Señor según la carne (pues muchos aún estaban vivos). Todos ellos deliberaron acerca de quién había de ser juzgado digno de la sucesión de Jacobo, y por unanimidad todos pensaron que Simeon, el hijo de Clopás (a quien también menciona el texto del Evangelio), merecía el trono de aquella región, por ser, según se dice, primo del Salvador, pues Hegesipo cuenta que Clopás era hermano de José.”
[54] Vea también a Números 18:21, Deuteronomio 10:9; 18:1, y Josué 13:14, 33.
[55] (2ª Crónicas 35:3) “También dijo a los levitas que enseñaban a todo Israel y que estaban consagrados al Señor: Poned el arca santa en la casa que edificó Salomón, hijo de David, rey de Israel; no será más una carga sobre vuestros hombros. Ahora servid al Señor vuestro Dios y a su pueblo Israel.” Este versículo no se trata de los días de Esdras, pero el versículo manifiesta el papel de los levitas de enseñar al pueblo durante los días de las reformas del rey Josías. Entonces tenemos el ejemplo de Nehemías 8:9 “Entonces Nehemías, que era el gobernador, y Esdras, el sacerdote y escriba, y los levitas que enseñaban al pueblo, dijeron a todo el pueblo: Este día es santo para el Señor vuestro Dios; no os entristezcáis, ni lloréis; porque todo el pueblo lloraba al oír las palabras de la ley.”
[56] Lucas 1:5-38
[57] M’Sur. Falasha. https://msur.es/religiones/judaismo/falasha/. (Accedido el 11/02/2019)
[58] Haggai Erlich, The Cross and the River: Ethiopia, Egypt, and the Nile. (2002) Lynne Rienner Publishers, Boulder, Colorado, USA. p. 192. »
[59] Los Rastafari (seguidores de Ras Tafari) han existido desde que el emperador Ras Tafari Makonnen fue coronado en 1930. Su título complete era «Su Majestad Imperial Haile Selassie I, el Conquistado y León de la Tribu de Judá, Rey de Reyes de Etiopía y Elegido por Dios.»
[60] «Solomonid Dynasty – Ethiopian history«. britannica.com. https://www.britannica.com/search?query=Solomonid+dynasty+%28Ethiopian+history%29. (Accedido el 10/02/2019).
[61] Getatchew Haile, The Ethiopian Orthodox Church’s Tradition on the Holy Cross. Brill, Leiden, Netherlands, 2017.
[62] Ari Feldman, Archaeologists Hunt for Ark of The Covenant in Israel. July 17, 2017.
Read more: https://forward.com/fast-forward/377171/watch-archaeologists-hunt-for-ark-of-the-covenant-in-israel/. Obtenido el 02/03/2019.
[63] Stuart C. Munro-Hay, Aksum: An African Civilisation of Late Antiquity, Edinburgh University Press, 1991,
[64] 2ª Crónicas 30:10-11 (NIV-CST) “Los mensajeros recorrieron toda la región de Efraín y Manasés de ciudad en ciudad, hasta llegar a la región de Zabulón, pero todos se reían y se burlaban de ellos. No obstante, algunos de las tribus de Aser, Manasés y Zabulón se humillaron y fueron a Jerusalén.”
[65] Nota del autor: He estado allí, y he visto las ruinas de su palacio. Está localizado en el territorio palestino. El lugar y las ruinas de su construcción son tan hermosos que Herodes el Grande edificó un palacio como unos trecientos metros de las ruinas y los romanos hicieron un asentamiento allí con un anfiteatro.
[66] Juan 4:4-40
[67] Juan 11:16, 20:24, 21:2
[68] Hebreo: Thaom – תאום
[69] Δίδυμος – Didumos
[70] Greigo: “Σιλουανός” (Silouanos), del latín, para ser comparado con el nombre “Σίλας” (Silas).
[71] Strong’s, H5281 (נָעֳמִי) Agradable, un deleite.
[72] Ibid. H4751 (מרה) mârâh, amargo, dolor, luto. Éxodo 15:23.
[73] Ibid. H4755 (מרא) Mara, amargura, Rut 1:20.
[74] Ibid. H4813 (מרים) miryâm – tomado de H4805, la palabra “merı̂y” (מרי) que en la Reina-Valera 1960 es traducida como “María”.
[75] Ibid. H4813 hebreo (מרים) miryâm. Griego “μαριαμ” (Mariam). Latín “Maria”
[76] Paréntesis del autor
[77] 1ª Corintios 15:6 “luego se apareció a más de quinientos hermanos a la vez, la mayoría de los cuales viven aún, pero algunos ya duermen”
[78] Eusebius of Caesarea, Church History, Book III, ch. 11.
[79] Antioquía, hoy es la ciudad de Antakya, Turquía.
[80] Vea, también, a Hechos 9:15-16.
[81] John Piper, Bernabé: El hacedor de un gran líder, Desiring God, Topic: New Testament Biblical Figures https://www.desiringgod.org/messages/barnabas-the-maker-of-a-great-leader?lang=es. 12, julio, 1987. (Accedido 07/02/2019)
[82] (Hechos 4:36 LBLA) “Y José, un levita natural de Chipre, a quien también los apóstoles llamaban Bernabé (que traducido significa hijo de consolación)”
[83] (Hechos 4:36 LBLA) “Y José, un levita natural de Chipre, a quien también los apóstoles llamaban Bernabé (que traducido significa hijo de consolación)”
[84] J.R. Lumby, The Cambridge Bible for Schools and Colleges – the first commentary set published by Cambridge University Press. Published 1882-1921 Public Domain.
[85] “καὶ ἐγένοντο Θερσα καὶ Εγλα καὶ Μελχα καὶ Νουα καὶ Μααλα θυγατέρες Σαλπααδ τοῖς ἀνεψιοῖς αὐτῶν·” (Números 36:11 Greek OT)
[86] John Gill, «Commentary on Colossians 4:10; The New John Gill Exposition of the Entire Bible». 1748-1763, 1809; Dominio Público. Baker Book House, 2768 East Paris Ave. SE, Grand Rapids, MI 49546, 1980.
[87] Robert Jamieson, Andrew Robert Fausset, y David Brown, Jamieson, Fausset and Brown Commentary, Dominio Público, originalmente publicado en 1871.
[88] Latdict, Latin Diccionary & Grammar Resources. Latin definition for: consobrinus, consobrini, http://latin-dictionary.net/definition/13407/consobrinus-consobrini. (Accedido 12/12/2018).
[89] Robert L. Plummer, El Evangelio Según San Mark; Trasfondo, Birmingham Theological Seminary, http://es.btsfreeccm.org/local/lmp/lessons.php?lesson=GOS3text. 2200 Briarwood Way, Birmingham, AL 35243-2923. © 2012. (Accessed 17-12-2018).
[90] Mark Strauss, El Evangelio Según San Mark; Trasfondo, Birmingham Theological Seminary, http://es.btsfreeccm.org/local/lmp/lessons.php?lesson=GOS3text. 2200 Briarwood Way, Birmingham, AL 35243-2923. © 2012. (Accessed 17-12-2018).
[91] Albert Barns, Notes on the New Testament: Matthew and Mark, Baker Book House, Grand Rapids, MI 1954.
[92] Marvin R. Vincent, «Vincent’s Word Studies in the New Testament; Commentary on Colossians 4:10«, New York: Charles Schribner’s Sons. 1887. https://www.studylight.org/commentaries/vnt/colossians-4.html. (Accedido 12/12/2018).
[93] Hechos 9:39; 1ª Timoteo 5:5-16;
[94] Praenomen: El primer nombre, o sea, el nombre personal dado en la antigua Roma. Por ejemplo: Marcus Tullius Cicero.
[95] Rinaldo Fabris, Pablo: el apóstol de los gentiles. 1999. Ediciones San Pablo, Protasio Gómez, 15, 28027 Madrid.
[96] Papias de Hierápolis, Libro de Historia Eclesiástica II. Capítulo XV, Libro III, del Capítulo XXX, y Libro VI, Capítulo XIV.
[97] Ireneo, Contra las herejías. (Libro III Capítulo I)
[98] Justino Mártir, “Diálogo con Trifón”
[99] Clemente de Alejandría, “Hypotyposeis” (Historia Eclesiástica, Libro II capítulo XV)
[100] Eusebio de Cesarea, Ἐκκλησιαστικὴ ἱστορία, (Historia Eclesiástica), Libro VI Capítulo XIV.
[101] Teólogo, “Contra Marción”, Libro IV Capítulo V.
[102] Eusebio, Historia Eclesiástica, Libro VI Capítulo XXV.
[103] La frase “hijo de Jonás” es una sola palabra en el griego “Βαριωνᾶς”, o sea, Barjonás. Mateo 16:17, Juan 1:42, Juan 21:15-17.
[104] Concluido del contexto de 1ª Corintios 9:5-6, que la palabra “tenemos” en ambos versículos es constante un constante en su referencia a tanto Pablo como a Bernabé.
[105] Fred H. Wight, Manners and Customs of Bible Lands, Chicago, IL: Moody Press; Clean & Tight Contents edition. p. 29. 1953.
[106] William Webster; William Francis Wilkinson, The Greek Testament with Notes Grammatical and Exegetical; Volume 1, (1855) Charleston, South Carolina: Nabu Press, Reprinted 2015
[107] Robert Jamieson, Andrew Fausset, David Brown. Jamieson-Fausset-Brown Bible Commentary, Publisher Hartford, Scotland, Publication date 1878.
[108] Marcus Dods, William Burt Pope, Philip Schaff. A Popular Commentary on the New Testament, Edinburgh, Scotland: T&T Clark, and New York: Charles Scribner’s Sons. Published 1879-1890.
[109] Números 27:1-7
[110] Strong’s, G4616 “σινδών” (sindōn) Una tela o prenda de lino emblanquecido –
[111] Es importante entender que históricamente, una persona pasaba de ser un niño a ser adulto con toda la responsabilidad que se espera de un adulto maduro en la sociedad como a edad de 12 o 13 años. Al decir “adolescente” aquí, no implico el sentido que la palabra adquirió en el mundo occidental del siglo veinte, como si fuera una categoría psico-social delicada y que merecía consideraciones particulares apartada de las responsabilidades de un adulto responsable en la sociedad. (Como de un joven frívolo, semi rebelde o abiertamente rebelde, dado a modas, generalmente tenido como uno de poca responsabilidad responsable de entre doce y 18 años.) Antes bien, lo ocupo simplemente como el período de la vida de la persona comprendido entre la aparición de la pubertad, que marca el final de la infancia, y el inicio de la edad adulta, momento en que se ha completado el desarrollo del organismo.
[112] Alexander MacLaren, Expositions of Holy Scripture: St. Mark, Victoria, Australia: Trieste Publishing. 2018.
[113] George Alexander Chadwick, The Gospel According to St. Mark (Classic Reprint), London: Forgotten Books, 2018.
Sobre el autor:
Hijo de un oficial militar (estadounidense) no comisionado, el Dr. Parker pasó una gran parte de su vida viviendo en diferentes países y viajando. Tuvo su encuentro con Cristo el 7 de mayo de 1971. Tenía 17 años de edad.
Después de haber terminado sus estudios de educación secular (era un profesor de colegios secundarios y de universidad por varios años) reanudó a sus estudios en preparación para servir al Señor plenamente en el ministerio. Sus primeros estudios teológicos estaban con una extensión de Moody Bible Institute. A continuación, siguió con sus estudios en Trinity Evangelical Seminary y Christ’s Church Seminary en Canterbury, Inglaterra. Completó sus estudios graduados con el grado de doctorado (Th.D.) en “La Universidad Cristiana Para Las Naciones”. También ha recibido un doctorado honorífico (D.D.).
En sus 46 años de ministerio, ha plantado o pastoreado 18 iglesias en varios países. También es músico y ha grabado cinco discos de música cristiana y producido otros y ha trabajado con muchos de los músicos más notables del habla castellano. Ha escrito varios libros y numerosos artículos para revistas y periódicos cristianos tanto en castellano como en inglés.
Casado con Guillermina Olmos Avalos desde 1976, son padres de cuatro hijos adultos y trece nietos.
El Dr. Parker ha sido un ministro de las Asambleas de Dios desde 1975 (EEUU) y desde 1990 de las Asambleas de Dios de España. Actualmente es miembro del cuerpo docente permanente de la Facultad de Teología FADE en La Carlota, Córdoba.