Por: Flor Méndez
En estos últimos días, 18 y 19 de septiembre, hemos tenido el privilegio de tener en la Facultad de Teología al pastor Felipe Triana (Director Nacional de Jóvenes de las Asambleas de Dios de Cuba y responsable de jóvenes para América Latina), quién ministró en nuestras primeras Jornadas de Énfasis Espiritual. Cada Palabra compartida ha sido Cristo céntrica. Sus predicaciones eran claras y sencillas lo que facilitaba su comprensión y aplicación en nuestras vidas. La presencia de Dios se hizo real de una forma viva y el Espíritu de Dios se movió fuertemente en las sesiones.
Compartimos algunas ap
reciaciones de los estudiantes: “¡Creo que la visita de Felipe Triana ha sido de muchísima bendición!” (…) “Como estudiantes del seminario hemos sido alentados por el Espíritu Santo a través de la Palabra que nuestro hermano Felipe ha compartido en tres de nuestros servicios Ha acertado con las necesidades de los alumnos, ha ministrado muchísimo con cada Palabra predicada, nos ha retado en primer lugar, a profundizar en nuestro nivel de adoración estando dispuestos a entregar incluso aquello de más valor en nuestra vida” (…) “Se nos ha recordado que Dios es extraordinario y opera en medio de días ordinarios, finalmente la combinación de la fe y la pasión, haciendo referencia a Pedro, de tener a Cristo como mayor tesoro y ganancia.”
Así, entendimos la necesidad de buscar a Dios, de disfrutar de su presencia y de confiar más y más en Él. En definitiva, vimos la necesidad de acercarnos a Dios, con alabanza, adoración, acción de gracias y un corazón humilde y dispuesto. Fue muy ilustrativo y muy cercano con los estudiantes. La ministración con los alumnos fue un tiempo de bendición donde Dios habló con palabra de ánimo y esperanza.
Sabemos que Dios es el que se llevó toda la gloria y que Felipe se dejó usar por Dios y ser un instrumento en sus manos. Se necesitan más predicadores con esa pasión, sencillez y humildad. Damos gracias a Dios y al Pr. Felipe, por su disposición de venir a este lugar, cuartel de hombres y mujeres de Dios, dispuestos para su servicio.
